Historia Contemporánea 56: 121-155 ISSN: 1130-2402 — e-ISSN: 2340-0277 DOI: 10.1387/hc.17596
THE CHALLENGE TO THE 1936 BERLIN OLYMPIC GAMES: THE JEWISH ATHLETES FROM PALESTINE AND THE FRUSTRATED BARCELONA POPULAR OLYMPIAD
Raanan Rein Universidad de Tel Aviv, Israel
orcid.org/0000-0002-0249-6084
Recibido el 29-1-2017 y aceptado el 20-9-2017
Resumen. El día 19 de julio de 1936 la ciudad de Barcelona albergaba a un nero inusual de personas. Miles de atletas y hasta 20 mil visitantes se encontraban presentes en la ciudad para asistir a los actos de inauguraci de la Olimpiada Popular que había sido convocada como desafío a los Juegos Olímpicos de Berlín de ese mismo a. Sin embargo la insurrecci militar contra el gobierno electo de la Segunda Replica puso fin a esta iniciativa antifascista auspiciada por la Generalitat catalana. Debido a ello esta iniciativa quedaría relegada al olvido durante las décadas siguientes, recibiendo muy poca atenci por parte de la historiografía dedicada a este agitado periodo de la reciente historia espala.
Este artículo arroja nueva luz sobre el desafío que la Olimpiada de Barcelona planteaba al imparable crecimiento del fascismo europeo a lo largo de los as centrales de la década de 1930. Igualmente, destaca el hecho de que algunos de los atletas presentes en Barcelona durante esos días pasarían a ejercer como los primeros voluntarios en sumarse a la defensa en armas de la sitiada Replica. Una de las delegaciones que viajaban a Barcelona partidesde la Palestina judía. Fue esta la primera expresi de solidaridad desde el Yishuv judío con la Replica espala y su lucha por la supervivencia.
Palabras clave: Olimpiada Popular, Juegos Olímpicos de Berlin, GuerraCivil Espala, Palestina, sionismo, voluntarios internacionales.
Abstract. On 19th July 1936, a few hours before the scheduled opening ceremony of the Peoples’ Olympiad, the military uprising against the elected government of the Second Republic broke out. Most of the athletes who had come to Barcelona departed quickly. However, some of them remained in Spain and became the first international volunteers to help in the defense of the Republic.
The Barcelona games had been planned as a response to the Olympics, about to open in Berlin, which had been hijacked to serve the Nazi propaganda. Since the Peoples’ Olympiad did not take place, historiography has dedicated only little attention to this anti-fascist effort of counter-Olympics. This paper focuses on the delegation of athletes from Jewish Palestine, which consisted mainly of members of the Hapoel Sport’s Federation. This was the first expression of the Yishuv’s solidarity with the Spanish Republic and the anti-fascist struggle.
Keywords: Popular Olympiad; Berlin Olympic Games; Spanish Civil War; Palestine; Zionism; International volunteers.
Chaim Elkon llega la Palestina judía en 1924 junto al legendarioequipo de fbol Hakoah Viena, que llegaba a disputar un partido contra Maccabi Tel Aviv. Al regresar los visitantes a Austria, Elkon resolviquedarse en Palestina. Desde entonces militen las filas del PartidoComunista de Palestina, cuya actividad era ilegal, hasta que fue expulsado por las autoridades mandatorias británicas.1 En julio de 1936 llega Barcelona para participar en la Olimpiada Popular en calidad de árbitro. Pero esos Juegos, que debían inaugurarse el 19 de aquel mes, no llegaron a realizarse. Pocas horas antes, cuando en la ciudad había cerca de
6.000 deportistas y unos 20 mil visitantes que se disponían a presenciarel acto de inauguraci, estallla revuelta militar contra el gobiernoelecto de la Segunda Replica. Este levantamiento, que llevaría finalmente al poder al general Francisco Franco, desencadenrápidamentela que sería una larga y encarnizada guerra civil. La mayor parte de losatletas que habían llegado a la capital catalana abandonaron la ciudad loantes posible. Elkon decidipermanecer en ella y contribuir a la defensade la Replica.
También Imre Jacobi, nacido en Budapest y devenido uno de los futbolistas más destacados de Palestina en la primera mitad de la década de 1930, llega Barcelona en julio de 1936 y decidipermanecer en Espa para combatir el alzamiento nacionalista. El club judío en el que había jugado en sus as jenes, Hagibor Bratislava, solía salir de vez en cuando de Checoslovaquia para recaudar dinero en sus giras. Cuando llegaron en 1927 a Palestina, Imre prefiriquedarse allí. En muy poco tiempo se convirtien capataz en la empresa Gut y Gurewitz, que llevaba a cabo trabajos de construcci de carreteras para las autoridades británicas. Las duras condiciones de explotaci en que se empleaba a los obreros, árabes y judíos, llevaron a Imre a organizar a trabajadores de ambos grupos étnicos para mejorar sus condiciones laborales. A consecuencia de una de las grandes huelgas de los constructores de caminos, la gerencia de laempresa despidia Jacobi, que por aquel entonces ya se había sumado a las filas del Partido Comunista local. Durante la represi policial en respuesta a la manifestaci obrera del 1 de Mayo de 1935, Imre fue detenido por primera vez por los británicos. En los meses siguientes se su
1 Seg Centner, 1966, p. 294 y Yahav, 2008, p. 217, la orden de expulsi deElkonse decretya en 1929, pero en la práctica no lo fue al menos hasta 1933. Véase los periicos con informaci sobre la detenci de activistas comunistas, entre ellos Elkon: Davar, 7.7.1932 y 16.8.1933.
cedieron sus entradas y salidas de comisarías policiales, tribunales y prisiones del Mandato.2 En junio de 1936 fue expulsado de Palestina y salirumbo a Espa. Cuando se enterde que la competici popular no se iba a celebrar, deciditambién él sumarse a los voluntarios extranjeros que luchaban en Espa, semanas antes de que el Comintern alentara la creaci de las Brigadas Internacionales.
Este artículo tiene como objetivo analizar la formaci y desarrollo del equipo judío de Palestina, las protestas desde aquel territorio en contra de los Juegos Olímpicos de Berlín, el viaje de los atletas judíos hasta la frontera francesa y su regreso a Palestina. Basándose en una variedad de fuentes primarias y secundarias, sobre todo en la prensa hebrea contemporánea, los boletines del comité organizador de la Olimpiada Popular y documentaci de la asociaci deportiva judeo-socialista Hapoel, el texto intenta ahondar en la motivaci sociopolítica y la experiencia de estos atletas y sus representantes en los momentos previos al estallido de la Guerra Civil y durante sus primeras horas.
La Olimpiada Popular pretendía ofrecer una alternativa basada en el deporte popular frente al deporte olímpico competitivo. Miles de participantes llegaron desde diversos países y de todos los rincones de Espa para esta contra-competici que organizaron las autoridades catalanas,mas debido a que al final de cuentas no tuvo lugar, la Olimpiada Popular ha recibido escasa atenci por parte de los investigadores. En el centro de este artículo se encuentra la delegaci de Palestina que partirumbo a Barcelona, integrada sobre todo por atletas de la organizacin deportiva Hapoel. Fue esta la primera expresi de solidaridad de la poblaci judía de Palestina con la Replica Espala y con la lucha anti-fascista. En los tres as siguientes (1936-1939), a pesar de estar la poblaci judía envuelta en el fragor de la lucha con el incipiente movimiento nacional palestino, en el marco de «la gran revuelta árabe» que coincididurante ese mismo trienio, la guerra civil en Espa tuvo grandes repercusiones enPalestina. Sin embargo, las expresiones de solidaridad con la Replica no gozaron del apoyo del establishment sionista para reclutar voluntarios que fueran a combatir a la península ibérica.3
2 Doar Hayom, 22.8.1935, p. 8; Davar, 22.5.1936; Davar, 30.5.1936; Davar,3.6.1936.
3 Rein, 2009, pp. 89-112; Rein, 2012, pp. 24-49; Rein & Ofer, 2016, pp. 92-112.
A finales de abril de 1931, unas dos semanas después de que el reyAlfonso XIII abandonara Espa y se constituyera la Segunda Repblica, el Comité Olímpico Internacional se reunía en la capital catalana para seleccionar la que debía ser la ciudad anfitriona de los JuegosOlímpicos de verano de 1936. Las dos candidatas eran Berlín, que debihaber sido la sede de la Olimpiada de 1916, cancelada debido a la GranGuerra, y Barcelona, que ya había sido propuesta para las ediciones de1920 y de 1924.4 No todos los miembros del COI llegaron a la ciudadcondal; algunos enviaron su voto por correo. Si bien el reciente paso demonarquía al republicanismo había ocurrido de forma pacífica, sin derramamiento de sangre, algunos delegados albergaban temores. Pero laresoluci del Comité a favor de la capital germana no era la expreside una política conservadora o de apaciguamiento hacia el fascismo. Apesar de la crisis general en que estaba sumida, la Replica de Weimarse adhería a a sus instituciones democráticas. Ninguno de los delegados asistentes a la reuni del COI podía siquiera imaginar lo que iba aocurrir en los as subsiguientes. Una mayoría contundente, con 43 votos a favor contra 16, resolviconceder a la capital alemana el honor deser la sede olímpica en 1936.5
Cuando menos de dos as después el nacionalsocialismo asumiel gobierno, comprendimuy pronto el potencial propagandístico de los JJ.OO. como un escaparate para su régimen, su visi y sus logros. Se trataba de una oportunidad para demostrar la superioridad del atletismo ario y el renacimiento de Alemania bajo el gobierno nazi.6 No obstante, desde1935 y ante el segregacionismo impuesto a alemanes no arios en las diversas disciplinas y la militarizaci de la actividad deportiva, comenzuna campa internacional para boicotear los Juegos de Berlín. Para contrarrestar estos intentos por parte de los Países Bajos o Estados Unidos, entre otros, el régimen dio marcha atrás en sus declaraciones anteriores seg las cuales solamente arios podrían representar a la nacin germana y que deportistas judíos extranjeros no serían bienvenidos en la capital del Reich. En la práctica, muy poco cambien la política implementada. Las
4 Colomé, 2008, p. 5.
5 Stout, 2016, cap. 7..
6 Mandell, 1986; Clay Large, 2007 y la película de Leni Riefenstahl con su versi glorificada y romántica de los Juegos, Olympia (parte 1) - Festival de las Nacions (1936).
promesas de los representantes alemanes demostraron muy pronto no tener ning valor y la discriminaci contra los deportistas judíos continu Tampoco se redujo la protesta internacional.7 Las garantías dadassobre la esperada participaci de la esgrimista alemana-judía HelenaMayer, campeona olímpica y mundial en florete (quien efectivamenteparticipen el marco de la delegaci local) y la atleta Margaret «Gretel» Bergmann (que finalmente no pudo participar en su especialidad,salto de altura) fueron realizadas para demostrar que la Alemania nazi no impedía la actividad a deportistas judíos. El Comité Olímpico Estadounidense adoptla decisi de participar en los Juegos tras una votaci que obtuvo una mayoría ínfima (61 a favor, 57 en contra) y al mismo tiempo quedimposibilitado de apoyar cualquier iniciativa alternativa.8
A comienzos de 1936, el panorama político de la Europa meridional estaba en transformaci. En febrero asumiel poder en Madrid el nuevo gobierno, liderado por el Frente Popular, renovándose la actividad de las instituciones catalanas que habían quedado suspendidas tras la fallida intentona revolucionaria de octubre de 1934.9 A mediados de mayo tambiénen París se imponía el Frente Popular encabezado por Le Blum.10 En la atmfera imperante a ambos lados de los Pirineos se veía con beneplácito, y en algunos círculos hasta con entusiasmo, la iniciativa de la Generalitat catalana de organizar una Olimpiada Popular para el mes de julio, dos semanas antes del inicio de los Juegos de Berlín. Sin embargo, el gobierno de Blum intentcomplacer tanto a sus adeptos como a sus adversarios, al asignar 1.100.000 de francos para la participaci de Francia en Berlín y cerca de la mitad de esa suma para quienes representaran al país en los Juegos populares de Barcelona. Huelga selar que ni unos ni otros quedaron satisfechos con estas medidas.
Catalu tenía tradici a la hora de promover el deporte popular,al alcance de todos. Sus infraestructuras para ello eran avanzadas e incluían un estadio grande y moderno construido pocos as antes, con un
7 Guttmann, 1999, pp. 31-50; Gottlieb, 1972, pp. 200-209.8 Guttmann, 1999, pp. 31-50.9 Shubert, 1987, cap. 8; Preston, 1975, pp. 555-578.10 Alexander & Graham, 1989.
aforo de 72.000 espectadores, para la Expo celebrada en 1929. Su identidad regional se construía sobre una estrategia de planificaci culturalque incorporaba también un componente de deporte popular y de actividad físicas en asociaciones obreras apartidistas.11 En Barcelona y el cintur industrial que la rodea había una nutrida clase obrera, orgullosay experimentada en las luchas sindicales, sociales y políticas. Durantela dictadura del general Miguel Primo de Rivera (1924-1930) el Estadoespal oprimidiversas expresiones de identidad regional catalana yel deporte se convirtien uno de los canales legales por los que se podía fortalecer el sentimiento nacional. Sobre el epígrafe del periico La Rambla de Barcelona, fundado a comienzos de 1930 por iniciativa deJosep Sunyol i Garrig, que era también presidente de Fbol Club Barcelona, aparecía el lema «esport i ciutadania». Por consiguiente, no sorprende que además de las competiciones en las modalidades habitualesse fueran a celebrar en las Olimpiadas Populares otros eventos que habían de festejar la variedad cultural y el reconocimiento del primo mediante mica, teatro, folclore y danzas populares.12
La resoluci del gobierno catalán de organizar esta competicin alternativa fue en gran medida una manifestaci automa y no un eslab adicional en los Juegos de las Espartaquiadas que organizaba el movimiento comunista internacional y que contaba con el apoyo de la Uni Soviética (la primera Espartaquiada se celebren Moscen 1928). Sin embargo, la apertura de los archivos soviéticos muestra que la participaci comunista en la iniciativa de celebrar las olimpiadas antifascistas fue más grande que lo que se tiende a pensar.13
Lluís Companys, Presidente de la Generalitat, fue en gran medida el espíritu vivificador detrás del comité organizador de la Olimpiada Popular y su presidente honorífico. Lideraba la Esquerra Republicana de Ca-talunya, un partido de izquierda moderada que se había convertido en la fuerza política dominante en el gobierno automo regional desde su fundaci en 1931 y cuya composici y objetivos eran en muchos sentidos similares a los del Frente Popular, desde antes que la URSS comenzara a promover la idea del frente antifascista de izquierda.
El esfuerzo organizativo era inmenso. A diferencia de los Juegos Olímpicos de Berlín, cuyos preparativos duraron varios as, en Barce
11 Stout, 2016, cap. 7.12 Stout, 2016, cap. 5.13 Gounot, 2005, pp. 115-123.
lona lograron organizarse para una competici de una envergadura similar en cuesti de pocas semanas (el comité organizador fue constituido a finales de abril de 1936), llegando el grueso de la financiacin de cuatro fuentes principales: el gobierno francés (600.000 francos),14 y una sumasimilar aportada entre el gobierno espal (300.000 pesetas),15 la Generalitat (100.000 pesetas) y la alcaldía de Barcelona.16 Los deportistas ibana competir en 16 disciplinas, entre ellas fbol, tenis, baloncesto, boxeo, atletismo, lucha, el juego tradicional de pelota vasca, rugby y ajedrez(las tres timas no estaban incluidas en las disciplinas reconocidas por el COI).17 Seg el Trade Union Congress británico, «el objetivo es hacerfrente a las consecuencias de los Juegos de Berlín mediante un festival de deporte popular que no está destinado a obtener plusmarcas, sino a mantener el espíritu olímpico de paz y cooperaci entre las naciones».18
Los círculos de derecha dentro y fuera de Espa, naturalmente, criticaron la decisi de celebrar la Olimpiada Popular y la presentaron como un evento comunista.19 En el marco de la propaganda negativa se llegarona esgrimir argumentos como que de hecho se trataba de una olimpiada judía internacional, que eran respaldados con «pruebas»: hubo judíos que tuvieron un papel importante en la campa internacional para boicotear los Juegos en Berlín; a Barcelona iba a llegar una delegaci de Palestina con deportistas judíos exclusivamente y una delegaci de exiliados judíos europeos; el Frente Popular francés, que dio una aportacin material significativa para la organizaci de la Olimpiada Popular, estaba encabezado por un judío, Le Blum, de quien el periico derechista La Veu de Catalunya escribique su nombre no era «demasiado francés que digamos» y que tenía características físicas semitas muy evidentes.20 Además,
14 La Vanguardia, 15.7.1936, p. 12; Olimpiada Popular de Barcelona, Comité Organizador, Servicio de Prensa, Boletín N.º 7, p. 7.
15 Mundo Deportivo, 18.6.1936.
16 Colomé, 2008, p. 15. Seg Andrés Martín, el miembro comunista en el comité organizador, las contribuciones oficiales llegaron también desde Suiza. Véase: «El éxito de la Olimpiada Popular está asegurado», Mundo Obrero, 29.6.1936, p. 5.
17 Olimpiada Popular de Barcelona, Comité Organizador, Servicio de Prensa, Boletín N.º 6, p. 3.
18 British Workers’ Sports Association, «Press Information: Barcelona Popular Olym-piad», Trade Union Congress, 9.6.1936, Biblioteca digital de la Universidad de Warwick.
19 «La prensa reaccionaria miente a sabiendas cuando dice que es una Olimpiada roja», Mundo Obrero, 29.6.1936. Sobre la Olimpiada Popular en la prensa contemporánea, véase Casado Hernández, 2002, pp. 627-632.
20 La Veu de Catalunya, 2.7.1936.
el presidente del comité organizador, Josep Antoni Trabal, participenEuropa en mítines de protesta por el trato discriminatorio que daba el gobierno alemán a sus ciudadanos judíos.
Pero el argumento más «demoledor» consistía en que la partitura de la Marcha de la Olimpiada de los Pueblos, himno oficial del evento, fuecompuesta por Hanns Eisler, hijo de padre judío y madre luterana, que se vio forzado a exiliarse de Alemania por su origen y por sus posturas comunistas.21 Eisler se hizo famoso, entre otras cosas, por la mica que había compuesto para las obras teatrales de su amigo Bertold Brecht. Enmanifestaciones y protestas de obreros en toda Europa era com que se entonara la «Canci de la solidaridad» de estos timos en la primera mitad de la década de 1930. Después de la segunda guerra mundial Eisler compuso la mica de la Replica Democrática de Alemania.
En Francia reaccionaron con entusiasmo a la iniciativa catalana. La FSGT (Fédération Sportive et Gymnique du Travail), que incluía a socialistas y comunistas que hasta poco antes habían sido enemigos acérrimos, había comenzado tiempo atrás con una campa para «salvar los Juegos Olímpicos» que desde hacía mucho se habían convertido en «burgueses, hipritas, chauvinistas y comerciales».22 A mediados de mayo de 1936,el periico parisino Sport informaba a sus lectores sobre la decisi de celebrar la Olimpiada Popular en Barcelona como un mensaje alentador para todo aquel que creyera en la hermandad humana y deseara un mundo mejor. Los círculos de izquierdas en Francia y Espa vieron este acontecimiento como una oportunidad para estrechar los lazos entre los dos gobiernos del Frente Popular. Por ello, no debe sorprender que Léo La-grange, subsecretario de deportes del gobierno francés, se comprometiese ante los lectores del diario comunista L’Humanité a hacer todo cuanto pudiera para que en esos Juegos participase la mayor cantidad posible de deportistas franceses.23
21 Olimpiada Popular de Barcelona, Comité Organizador, Servicio de Prensa, Boletín N.º 7, p. 8.
22 Citado en Stephan Edelsohn y Armel Goutier, «La Olimpiada olvidada», Haaretz,31.7.1992.
23 L’Humanité, 7.7.1936.
Efectivamente, la francesa fue la más grande de las 23 delegaciones que llegaron a Barcelona e incluía a 1300 deportistas y acompaantes. Si tomamos el total de participantes, 6000 personas, considerando que la mitad pertenecían a las delegaciones de Espa, Galicia, País Vasco y Catalu, casi la mitad de los extranjeros eran franceses.24 El gran nero deinscritos forzal comité organizador a prolongar la Olimpiada Popular. La apertura original, programada para el 22 de julio, fue adelantada al 19 de ese mismo mes.25
A pesar de que el gano del Partido Comunista Espal manifestsu esperanza de que la Uni Soviética participara en los Juegos barceloneses y destacara la política deportiva y la superioridad de los atletas de aquel país,26 es interesante selar que la URSS no envininguna delegaci. La expectativa de algunos miembros del comité organizador de recibir a más de un centenar de competidores por primera vez en Europa Occidental para demostrar los logros soviéticos en diversas disciplinas,se vieron frustradas. El gobierno catalán no tenía interés en proyectar una imagen demasiado «roja» de las Olimpiadas Populares y seguramente no lamentdemasiado esta abstenci.
Jaume Miravitlles era un ex militante comunista que en 1934 se suma Esquerra Republicana de Catalunya y ocuparía el cargo de vicepresidente del comité organizador; con el estallido de la guerra civil pasa servir como secretario general de la comisi de las milicias antifascistas. As después reconocique una de las tareas que le había encomendado el Presidente Companys era la de impedir que el comunismo soviético explotase para sus fines políticos la celebraci de los Juegos en Barcelona.27 Cabe cuestionarse si la ausencia rusa se debia que los soviéticos no querían proyectar su sombra sobre el gobierno catalán o si fue una expresi de la política de Stalin, quien prefería cultivar los intereses diplomáticos por encima de las expresiones de solidaridad internacional. La vacilaci del líder soviético al comienzo de la Guerra Civil en Espa hasta
24 Murray, 1992, pp. 29-49; Steinberg, 1980, pp. 1-6. Entre las delegaciones hubo 12 atletas de los Estados Unidos, de los que la mitad, seg se enfatizaba en las publicaciones del Comité Organizador, eran negros y también seis representantes canadienses. Véase:
A.S. Lipschitz to Walter Citrine (TUC), 1.7.1936, Biblioteca digital de la Universidad de Warwick; Kidd, 1978, pp. 20-40, Kidd, 1980, pp. 1-18.25 Olimpiada Popular de Barcelona, Comité Organizador, Servicio de Prensa, Boletín
N.º 6, p. 8.26 «El éxito de la Olimpiada Popular está asegurado», Mundo Obrero, 29.6.1936, p. 5.27 Pacuet & Pujol, 2007, pp. 42-43.
que se decidia enviar ayuda a la Replica puede indicar que la segunda hipesis es la más razonable.28 Desde 1935 la URSS se esforzaba por integrarse en el marco del deporte internacional y comenzaba a cimentar sus lazos con organismos internacionales como la FIFA y el COI. Es probable que Mosceligiera no poner en riesgo estas maniobras mediante su participaci en la Olimpiada Popular de Barcelona.
La bandera de la Olimpiada exhibía tres figuras en rojo, blanco amarillento y negro, que sostenían juntas el estandarte de los Juegos y simbolizaban la fraternidad y la igualdad entre hombres y mujeres, blancos, negros y mestizos. Con esta imagen se debía simbolizar el enfoque integrador de la iniciativa, sin distinci de clase, raza o naci. En uno de los posters de la Olimpiada Popular, selecciones en un concurso internacional, destaca particularmente la presencia de mujeres; y efectivamente al Club Femenino y de Deporte de Barcelona le cupo un papel preponderante en la organizaci.29 La inclusi de atletas de color en el material visual distribuido también tenía como meta transmitir el mensaje de unos Juegos Olímpicos heterogéneos y progresistas basados en la tolerancia,en un mundo que se convertía en amenazante y polarizado entre el comunismo y el fascismo.30 El objetivo era agrupar no solamente a deportistasde elite que intentasen establecer nuevas plusmarcas, sino también crear una vivencia com y aglutinante de aficionados a los deportes y a la actividad física de todos los rincones y de todos los estratos.31
También en el extremo oriental del Mediterráneo la decisi de celebrar una contra-olimpiada en Barcelona despertgran interés, en el que se aglutinaban criterios de política local e internacional. La prensa hebrea
28 Payne, 2004; Kowalsky, 2004.
29 Olimpiada Popular de Barcelona, Comité Organizador, Servicio de Prensa, Boletín N.º 6, p.7.
30 «El día pro Olimpiada Popular se celebrará el primo día 3 y constituirá el máximo impulso a la campa de preparaci y propaganda», Mundo Obrero, 1.6.936, p. 5.
31 Olimpiada Popular de Barcelona, Comité Organizador, Servicio de Prensa, Boletín N.º 7, p. 1; British Workers’ Sports Association, Press Information, 15.6.1936, Biblioteca digital de la Universidad de Warwick.
publicno pocas noticias sobre la campa internacional contra los Juegos en Alemania. Por ejemplo, en abril de 1936 aparecien Doar Hayomuna nota bajo el título «Exigen boicotear la Olimpiada en Yugoslavia», donde decía:
Inmensa impresi provocaquí el artículo principal publicado en el periico más importante y más grande, Politika, contra la participaci en la Olimpiada en Berlín. El artículo, en forma de una solicitud firmada por 100 personalidades de renombre en Yugoslavia y en el que rezaba que «bien sabemos que el objetivo de la Olimpiada berlinesa es comercial bélico y no es posible que aportemos nuestro dinero a la industria alemana de los canes». Seguidamente el diario sela que el objetivo del deporte es lograr la fraternidad y la paz entre los pueblos y Alemania es actualmente un país europeo que persigue cruelmente no so a los judíos sino también a todas las razas «inferiores», a todos los «no arios».32
La nota finalizaba expresando la esperanza de que la solicitud, que fue publicada en periicos adicionales, «no quede como una voz clamando en el desierto». En el matutino Davar, gano de la Histadrut (Federaci de los Trabajadores de Eretz Israel), se enfatizaba el lazo entre deporte y política, «nos guste o no... y precisamente por ello, no nos resulta igual dde se centrarán los torneos y bajo qué régimen. Por eso tiene raz el plico ilustrado y progresista que elevsu voz contra la celebraci de los Juegos Olímpicos en la Alemania de Hitler y Goebbels. No se trata de un asunto de deportistas exclusivamente, sino de toda la humanidad progresista».33
A finales de mayo, los periicos hebreos de Palestina informaban de que el comité de los trabajadores judíos en Estados Unidos había resuelto apoyar al movimiento obrero en varios países europeos para realizar una olimpiada deportiva especial de todos los proletarios del mundo en losPaíses Bajos o en Bélgica como protesta contra los JJ.OO. en Berlín.34 A fin de cuentas, el Jewish Labor Committee había organizado a través del Amateur Athletic Union, un encuentro multitudinario en Nueva York, los días 15 y 16 de agosto, o sea paralelamente a los dos timos días de los
32 Doar Hayom, «Exigen boicotear la Olimpiada en Yugoslavia», 17.4.1936, p. 11. 33 Davar, «Olimpiada, deporte y política», 23.6.1936, p. 9.34 Doar Hayom, «Olimpiada vs. Olimpiada», 29.5.1936, p. 3; Davar, «Olimpiada anti-
nazi», 1.6.1936, p. 6.
Juegos de Berlín. Este Carnaval Atlético de Trabajadores del Mundo fue su forma de resistencia y protesta tanto contra la celebraci del evento en la Alemania nazi como contra la participaci de los Estados Unidos en esas competiciones.35
Por eso, la resoluci del gobierno de Catalu fue recibida con beneplácito en la prensa hebrea. Davar publicvarias notas al respecto:
Mientras en Berlín deliberarán los buscadores de récords de los pueblos, en Barcelona se reunirán en una olimpiada masas de deportistas populares de Catalu y de Espa, de Suiza, la Replica Checa, Países Bajos, Rusia Soviética, etc. En el prefacio al programa de este evento internacional escriben «en la Olimpiada de Berlín primará el espíritu del nazismo, la esclavizaci y el odio racial, mientras que en la Olimpiada en Barcelona primará el espíritu olímpico puro, el que iguala a una raza con otra raza y a una naci con otra naci y que aspira a educar a la juventud de todas las nacionalidades en una atmfera de paz y amistad».36
En los días siguientes, los periicos de Palestina ya apodaban a los Juegos en Barcelona como «la Olimpiada ideal».37
La federaci deportiva Hapoel (vinculada a la federaci de los trabajadores judíos) tenía claro que debía organizar una delegacin para estos Juegos. En 1931, una delegaci de Hapoel había participado en los torneos deportivos obreros que se celebraron en Viena y nuevamente lo hizo en 1934, siendo Praga la sede en esta ocasi. Ahora había una caracterizaci especial por el trasfondo de la campa internacional deboicot a Berlín y el deseo de organizar una alternativa de izquierda a «la olimpiada nazi». También las circunstancias locales y los enfrentamientos violentos entre el movimiento nacional palestino en formaci y elmovimiento sionista alentaron la voluntad de presentar la posici delsionismo socialista en foros internacionales. Sumemos a ello el deseo de irritar al Comité Olímpico de Palestina y a los directivos del movimiento Maccabi, rivales acérrimos de Hapoel en la lucha por la primacía en el campo deportivo sionista, que deliberaron largamente sobre la posibilidad de enviar una delegaci a los Juegos en Berlín e impidieron la participa
35 Shapiro, 1985, pp. 255-273.36 Davar, «El espíritu olímpico vs. el espíritu fascista en el deporte», 1.6.1936, p. 3. 37 Davar, «Olimpiada ideal», 14.6.1936, p. 2; Doar Hayom, «En las dispersiones de
Israel», 9.6.1936, p. 7.
ci de los clubes de Hapoel en los II Juegos Macabeos que se habían realizado en abril de 1935.38
Maccabi Eretz Israel había sido fundado ya en 1912 y se consideraba como un movimiento sin distinci de clases, al servicio de la naci hebrea en formaci y en el espíritu del «judaísmo muscular» de MaxNordau. Hapoel fue creado en 1926, por las olas migratorias que incrementaban el nero de obreros judíos en Palestina y alentado por la constituci de la Histadrut, que además de la reivindicaci sindical bregaba por proponer a los trabajadores una variedad de instituciones sociales y culturales. Maccabi se adhirial movimiento olímpico y a las diversas organizaciones deportivas internacionales, mientras que Hapoel se integren el movimiento deportivo obrero, que había surgido en Alemania a fines del siglo XIX y que aspiraba a contribuir al desarrollo y al fortalecimiento de la cultura en una clase obrera orgullosa y segura de sí misma. Simultáneamente fue un intento de uso del deporte para reclutar apoyo y para protestar por la discriminaci que impedía a la clase obrera acceder a diversas prácticas deportivas. Esa raz lleva la creaci de clubes deportivos obreros, federaciones de diversas disciplinas y la organizaci de torneos que daban a los trabajadores la oportunidad de participar en actividades físicas sanas y festejar su poder y sus aspiraciones como clase, fuera del presunto marco chauvinista, comercial y competitivo de los «deportes burgueses».39
A raíz de esto, Hapoel se adhiricomo miembro de la SWSI (Internacional Deportiva de los Trabajadores Socialistas), una organizaci creada en 1921. Ese mismo a se celebraron en Praga los I Juegos Internacionales de Deportes Obreros. Los I Juegos Olímpicos delos Trabajadores se realizaron en 1925 en Fránkfurt, con la participaci de representantes de 19 países y atrayendo la presencia de más de
150.000 espectadores.40 Los II Juegos Olímpicos de los Trabajadores tuvieron lugar en Viena en 1931, con cerca de 80.000 trabajadores-competidores de 26 países y un plico que se estimen 250.000 personas.41 La participaci de mujeres fue central en estos Juegos, con unas
25.000 participantes en Viena, si lo comparamos con las 107 mujeres
38 Davar, «’Hapoel’sobre la cancelaci de su participaci en la Macabiada»,31.3.1935; Kaufman, 2007, pp. 554-565.
39 Kidd, 2013, pp. 503-514.
40 Steinberg, 1978, pp. 233-251.
41 Wheeler, 1978, pp. 191-210.
que competirían en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles un a después. Los comunistas tenían también sus Espartaquiadas. La llegada delos nazis al poder y la represi contra los partidos de izquierda y lossindicatos en Alemania lleva socialistas y comunistas a cooperar parapromover la Olimpiada Popular de Barcelona.
El 22 de junio de 1934 se enviaba desde Berlín una invitaci oficial al Comité Olímpico de Palestina, que había obtenido el reconocimiento del COI aproximadamente un mes antes, para participar en los JuegosOlímpicos de verano de 1936. Los miembros del Comité hebreo se enfrentaban a un gran dilema: responder afirmativamente podía dar por tierra con los esfuerzos del boicot internacional y un rechazo podía dar el estatus internacional del comité, a los deportistas judíos en Alemania y en otros países que iban a participar en los JJ.OO.. La organizaci Maccabi en Alemania incluso se dirigial comité en Palestina, probablemente bajo presi de las autoridades del Reich, solicitando que no boicoteara losJuegos. Finalmente este comité resolvino participar, pero la negativa fue redactada de forma diplomática. El presidente del comité, el coronel Frederic Hermann Kisch, enviuna carta a los organizadores en Berlín explicando que, por tratarse de una instituci que estaba en sus primeras etapas de organizaci, no podría a enviar deportistas a las competiciones en Alemania.42
Esta respuesta formal causincomodidad en diversos círculos. Para la gente de Hapoel, los de Maccabi eran capitalistas burgueses que rehuían la resistencia activa contra el fascismo, el antisemitismo y la tiranía, mientras que ellos, los representantes del deporte obrero, asumían el reto y se unían a la Olimpiada Popular en Barcelona. Poco antes de partir hacia la ciudad condal, Israel Carmi, uno de los miembros de mayor jerarquía en la delegaci de Hapoel, redactel «Manifiesto de Hapoel para la Olimpiada antinazi de Barcelona»:
¡Saludos a los trabajadores libres de Espa! Mientras que sobre esta Olimpiada flamean las banderas de la libertad, en la Alemanianazi se está llevando a cabo la Olimpiada que simboliza la esclavitud, la represi y el despotismo. ¡Viva nuestra Olimpiada! Que salgade esta Olimpiada un llamado entusiasta a los trabajadores del mundopara unir fuerzas en la guerra contra la guerra y por la realizaci delsocialismo.
42 Harif, 2011, cap. 5.
¡Hermanos y camaradas! Nuestro peque país, que estuvo yermodurante dos mil as, renace desde que comenzamos a retornar a él.Hemos vuelto a nuestra patria destruida por el deseo sincero de construir junto con los trabajadores árabes una patria libre para los hijos de ambos pueblos... Desde hace tres meses que un terrorismo cruel [árabe] impera en el país, se ensa con nis y mujeres [judíos] y sin embargo nuestros jenes, musculosos y experimentados combatientes, han sabido evitar la venganza y no derramar sangre inocente.
Desde aquí, desde la tarima de la Olimpiada, declaramos a todoslos pueblos y a los trabajadores del mundo entero: nuestro propitoes trabajar y vivir en paz con el pueblo árabe. Y para finalizar: ¡Viva la Olimpiada antinazi! ¡Viva la libertad! ¡Viva la fraternidad entre los pueblos! ¡Viva el socialismo! ¡Viva Espa libre! ¡Viva la resurrecci del trabajador en Eretz Israel!43
La direcci central de Hapoel formuna delegaci que incluíauna serie de destacados deportistas.44 El documento en que se pormenoriza «la cuenta de arreglos de los viajes de la delegaci a la Olimpiada(en Barcelona)» incluye los nombres de 21 atletas a los que se les debía sufragar los costes de obtenci de un visado (francés para uno, inglés para otros dos), renovaci del pasaporte de cuatro de los participantes y pago por el regreso al país de uno. El resto de los gastos debíanser cubiertos supuestamente por los anfitriones catalanes.45 Entre los selecciones destacaban los futbolistas, sobre todo de Hapoel Tel Aviv yde Hapoel Haifa. Zalman Friedman (nacido en 1912) era el mediocam-pista ofensivo (volante con llegada) de Hapoel Tel Aviv en las décadasde 1930 y 1940. Con esa escuadra obtuvo los campeonatos de la primeradivisi y las Copas de Israel en 1934, 1935, 1938 y 1940. También lucila camiseta de la selecci de Palestina y de la selecci de Hapoelpara las olimpiadas obreras jugadas en Viena y Praga. Abraham Nudel
43 Yahav, 2008, p. 214. En un espíritu similar escribitambién el boletín del movimiento juvenil sionista socialista Hashomer Hatzair: «Hapoel en la Olimpiada anti-fascista en Barcelona», Hashomer Hatzair, N.º 14, 1936, pp. 14-15.
44 Sport Haboker, 5.7.1936, p. 4. 45 «Para la Convenci de Hapoel», 11.7.1936, Archivo Lav de Historia del Partido Laborista Haavodá, IV, pp. 244-55.
man (nacido en 1910) fue extremo lateral (alero, delantero izquierdo) delmismo equipo en Tel Aviv cuando conquistla copa por primera vez en1928, en gran medida gracias a un gol del propio Nudelman. El poeta hebreo Alexander Penn, de militancia comunista y ex boxeador en HapoelTel Aviv, inmortalizsu nombre en unos versos dedicados al club de Ha-poel Tel Aviv que fueron publicados en Davar en marzo de 1932.
Abraham Beit-Halevy (nacido en 1913) había llegado a Palestinadesde Polonia con sus padres, en 1920. Defensa de Hapoel Tel Aviv,trabajaba también como intérprete en el ejército británico. GdaliahuFuks (nacido en Transilvania en 1911) comenza practicar el futbol alos 15 as, en las divisiones juveniles del club judío Shimshon, pesea la oposici de sus padres. En 1929 fue con el equipo adulto a jugara Checoslovaquia, sin la autorizaci de sus padres, que le castigaronapartándolo de la familia. Se mudentonces a Czernowitz, donde jugen las filas del Hakoah local. En 1931 emigra Palestina invitado por suhermano Shlom que jugaba a la saz como centrocampista en HapoelHaifa. Gdaliahu ocupel puesto de su hermano, que se había retirado,y en poco tiempo se convirtien uno de los jugadores más destacados y el primer capitán de la selecci de Palestina. Lideral combinado en el marco de las preliminares para los mundiales que se disputaron en Italia en 1934 y en Francia en 1938. Como jugador de Hapoeltambién participen las olimpiadas obreras y aprovechla oportunidadpara reencontrarse con su familia y hacer las paces. Yehoshua (Shuka)Brashedsky nacien Haifa en 1914 y era un destacado delantero centrode Hapoel Tel Aviv a mediados de la década de 1930, y transferido en1938 a Hapoel Haifa, y también jugen la selecci palestina. YaakovBreuer y Yona Stern también formaron parte de la delegaci. Stern eraalgo mayor que sus comparos, nacido en Klausenburg o Cluz, Transilvania, en 1908. Desde muy joven jugaba al fbol y en 1922 se muda Austria, donde pasa formar parte del prestigioso Hakoah Viena. En1925, cuando Hakoah Viena estaba de gira en Palestina, Stern decidiquedarse y pasa jugar en Hapoel Haifa, que había sido fundado apenas un a antes. Dos as más tarde regresa Hakoah Viena, donde alcanzgran éxito. A finales de 1930 volvia Hapoel Haifa y en 1933 fuea Francia, donde jugpara Stella Paris y para Saint Etienne. Una vezmás regresa Haifa y la selecci palestina y a los partidos disputadosen las eliminatorias para la copa del mundo.
La comisi organizadora barcelonesa recibicon satisfacci la noticia de la llegada del equipo de fbol de Palestina, que debía competir con otros 15 rivales.46 El servicio de prensa de la Olimpiada Popular enfatizla calidad de la formaci: «Cabe especialmente destacar la participaci de una selecci de primer nivel que llegará del club deportivo Hapoel en Palestina. Es una selecci que se ha medido recientemente con un equipo de elite hgaro y empat2:2. Su entrenador es el famoso austriaco Ne-mes Neufeld».47
Efectivamente, Sándor Nemes, cuyo nombre original era AlexaderNeufeld, fue un jugador hgaro-judío y un entrenador de renombre en su tiempo. Nacido en 1899, su larga y ramificada carrera incluysu paso por Hungría, Austria, Suiza, Estados Unidos y Yugoslavia. Había jugado en las selecciones nacionales de Hungría y de Austria. En este timo país lucila camiseta de Hakoah Viena; en la temporada de 1924 gan con dicho club el campeonato de la liga austríaca y la copa europea tras derrotar al Westham United 5:0, en un partido en el que Nemes marctres goles. Jugasimismo un tiempo breve en Checoslovaquia, en Maccabi Brno.En la década de 1930 fue entrenador de diversos equipos europeos y en 1935-36 lo fue de Hapoel Haifa durante algunos meses. Regresa Israel en 1950 como entrenador de Hapoel Tel Aviv.
Pese a la centralidad del fbol, la delegaci a Barcelona incluíaatletas de otras disciplinas.48 Destacaban entre ellos el luchador Nickolaus (Mickey) Hirschl, nacido en Viena en 1908 y miembro del club Hakoah de su ciudad natal, al que representconquistando el campeonato deAustria en diez oportunidades, campe europeo y medallista de bronce en peso pesado en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1932, tanto en lucha libre como en greco-romana (Hirschl estaba desde hacía pocotiempo en Palestina), el boxeador peso mosca Bill Birinbaum, que había sido campe de Varsovia, un boxeador de apellido Laub, peso pesado y ex campe de Austria, y Rachel Ozik, que competía en salto de altura.
Pero la participante de mayor jerarquía en la delegaci era SonjaLewin-Szmukler, la más importante de las atletas de Palestina. Oriunda de
46 Ya a comienzos de junio informaba el boletín del Comité Organizador que «se comunicaron con la Organizaci Sionista Internacional en Londres, buscando obtener una participaci oficial del sionismo en la Semana del Deporte Internacional en Barcelona. Las negociaciones sugieren un resultado muy favorable», Olimpiada Popular de Barcelona, Comité Organizador, Servicio de Prensa, Boletín N.º 6, p. 6.
47 Olimpiada Popular de Barcelona, Comité Organizador, Servicio de Prensa, Boletín N.º 7, p. 3.
48 Pujadas & Santacana, 2006, p. 193; Olimpiada Popular de Barcelona, Comité Organizador, Servicio de Prensa, Boletín N.º 7, p. 4.
Polonia, comenzsu actividad deportiva en Maccabi Vilnius y destacen el lanzamiento de peso, disco y martillo. En el campeonato polaco de atletismo de 1930 obtuvo la medalla de oro en lanzamiento de peso y llegal décimo puesto del ranking mundial. En la segunda Macabiada, celebrada en 1935, Lewin obtuvo la medalla de plata, detrás de Lilian Copeland, la campeona olímpica estadounidense. Después de esa competici se afincen Palestina con su familia.49
La segunda Macabiada, que también puede ser vista como una manifestaci de protesta por la discriminaci de deportistas judíos en Alemania, fue la «Macabiada de la migraci a la Tierra de Israel». Participaron 1350 deportistas de 28 países, entre ellos una delegaci alemana que había sido autorizada por el gobierno nazi. Dado que el gobierno manda-torio británico continuaba restringiendo los visados que se concedían para inmigrantes, muchos de los participantes en los Juegos Macabeos, particularmente de las delegaciones de Bulgaria, Alemania y Polonia, aprovecharon la oportunidad para establecerse en el país después de terminada la competici deportiva.
En una entrevista concedida en vísperas de la apertura de la Olimpiada Popular al diario comunista espal Mundo Obrero, Chaim Glowinsky, uno de los directivos de la delegaci de Hapoel, manifestaba su orgullo por la composici y la calidad de los delegados, varios de elloscampeones europeos, y que en virtud de su migraci a Palestina representaban ahora el deporte de los trabajadores judíos. Glowinsky mencionaba particularmente los éxitos de Rachel Ozik en salto de altura y de Sonja Lewin en lanzamiento de peso y de disco.50
El 16 de julio, muchos atletas de la numerosa delegaci francesa,51 abordaban el tren que les transportaría a Barcelona y que era acompa
49 En 1937 conquistla plusmarca de Palestina-Eretz Israel en lanzamiento de bala, récord que mantuvo durante 22 as. Véase Davar, «Atletas y plusmarcas en el deporte»,8.2.1952.
50 «Opiniones de tres delegados internacionales sobre la Olimpiada», Mundo Obrero,18.7.1936, p. 5.
51 «Deportistas franceses constituirán la más fuerte delegaci extranjera en la Olimpiada Popular», Mundo Obrero, 18.7.1936, p. 6.
do por una multitud que se acercaba a despedirse de los deportistas enla estaci.52 Para su desilusi, fueron pocos quienes vinieron a recibirlos al día siguiente en su destino. Los franceses se alojaron en el hotel Olímpico, en Plaça de Espanya, donde se encontraron con grandessalas en las que se habían esparcido numerosos colchones. Por falta detiempo y de presupuesto, en la ciudad no se había podido construir unavilla olímpica y los miles de deportistas que acudieron tuvieron que pernoctar en albergues populares que parecían más bien dormitorios obreros, de a cuatro u ocho por cuarto, y en apartamentos esparcidos por laciudad.53 Debido a esto, los atletas se encontraban junto a la poblacilocal y no apartados en un espacio acotado, lo que les permitía sentir elpulso urbano.
El trayecto de los deportistas de Palestina fue mucho más agotadorque el de los franceses: zarpando desde el puerto de Haifa, vía Argelia y Tez, hasta Marsella, de allí por tren hasta la poblaci fronteriza de Portbou en los Pirineos, para continuar luego hasta Barcelona. Dos semanas antes viajChaim Glowinsky, quien compartía con Carmi el Liderazgo de la delegaci, para ocuparse de los preparativos. Glowinsky fue uno de los más importantes dirigentes del deporte en la Palestina judía y posteriormente en el Estado de Israel.54 Había sido uno de los fundadores de Hapoel. Los miembros de la delegaci esperaban en Haifa su sel desde Catalu indicando que todo estaba bien y que podían embarcarse a bordo del Patria e iniciar el periplo.
El sábado 18 de julio al anochecer en Barcelona comenzaron a reunirse en el estadio, en la parte superior de Montjuic, numerosos deportistas que querían ver el lugar en el que iban a competir y de paso relacionarse con sus colegas llegados de diversas latitudes. Algunos atletasintentaron entrenarse antes de la inauguraci. No fueron pocos los organizadores que decidieron permanecer y dormir en el lugar. Pau (Pablo) Casals, violonchelista y compositor, hizo un ensayo general con su orquesta de Barcelona, de la que era director, interpretando una vez más la novena sinfonía de Beethoven antes de la ceremonia de apertura, que debía tener lugar al día siguiente en el Teatro Griego de Montjuic (lo ha
52 «Un tren especial desde París», Mundo Deportivo, 6.7.1936; Ha’aretz, 31.7.1992.
53 «Los atletas noruegos en la Olimpiada Popular. Enorme pedido de alojamientos en Barcelona», Mundo Obrero, 11.7.1936, p. 5; Olimpiada Popular de Barcelona, Comité Organizador, Servicio de Prensa, Boletín N.º 7, pp. 5-6.
54 Paz & Zimri, 1982.
bía hecho cinco as antes, al establecerse la Segunda Replica). El concierto festivo no llega celebrarse y Casals no volvia dirigir ni a tocar en suelo espal.
La Olimpiada Popular pretendía presentar una alternativa en lo que se refiere a la participaci basada en la identidad nacional. Representantes de países que se encontraban bajo un gobierno colonial participaron como delegados de países soberanos, en igualdad de condiciones con países veteranos. Tal fue el caso de Palestina, que se encontraba bajo mandato británico, o de Marruecos, donde la mayor parte de su territorio estaba a dominado por los franceses y una parte del norte en manos de Espa.55 También exiliados judíos de la Alemania nazi y exiliados anti-fascistasobtuvieron su participaci en las competiciones, junto a delegacionesregionales de Alsacia y Lorena, del País Vasco, Galicia y Catalu.56 La predisposici a reconocer una multiplicidad de identidades queden evidencia también al incluir un equipo de fbol femenino de Estudiantes del Mundo.
Los huéspedes del hotel Olímpico despertaron en medio de la noche por ruidos de explosiones. Por la mana comenza aclararse que se trataba de un intento de rebeli de una parte del ejército espal. Varios de los soldados del batall apostado en Barcelona abandonaron su cuartel para participar en este pronunciamiento, obedeciendo a las instrucciones recibidas desde el comando en Pamplona, al mando del general Emilio Mola, uno de los líderes del levantamiento. Se prohibia los visitantes salir del hotel, mientras milicianos anarquistas tomaban posiciones detrás de barricadas.57 Tony Binet, corredor de fondo y boxeador, fue uno de losdelegados británicos que ya había participado en eventos internacionales de deporte obrero.58 La selecci de cincuenta atletas llegdesde el Reino
55 Mundo Deportivo, 7.6.1936.
56 En una carta dirigida a Sir Walter Citrine, secretario del Congreso de los Sindicatos de Gran Breta (Trade Union Congress), los organizadores destacaban que «de particular interés para los anti-fascistas son los deportistas judíos que vienen de Palestina, los equipos de judíos alemanes exiliados de París y Ámsterdam y los deportistas negros de los Estados Unidos», Olimpiada Popular de Barcelona, Comité Organizador a Citrine, 12.6.1936, Biblioteca digital de la Universidad de Warwick.
57 Sobre los testimonios de los representantes británicos, véase: Walters, 2006, cap. 6; Jones, 1988, pp. 185-186.
58 Sobre la delegaci británica, véase: British Workers’ Sports Association, Organizing Committee for Team for Barcelona Peoples’ Olympiad, Press Information, 24.6.1936, Biblioteca digital de la Universidad de Warwick.
Unido a Barcelona tras un viaje de 57 horas en tren. El testimonio de Binet es muy similar al de sus colegas franceses:
Me desperté muy temprano por la mana con lo que pensé queeran vigorosos pelotazos… Asomándome (al balc) veía una calle angosta desierta, exceptuando seis civiles armados, miembros de la patrulla nocturna de la Milicia Obrera. Desde el final de la calle de enfrente vi un grupo de hombres y una mujer desde detrás de una barricada de piedras erigida en forma rápida, disparando hacia un auto que cruzaba la calle a una velocidad fatal.59
El 19 al mediodía los organizadores intentaban tranquilizar a loshuéspedes. Los representantes del comité explicaron que, efectivamente,parte del ejército se había levantado contra el gobierno de la Replica,pero en lo tocante a Barcelona, por lo menos, no debían temer por su integridad física ya que el dominio republicano en la ciudad era estable.Pero parecía que les costaba tranquilizarse ellos mismos, mientras quelos visitantes comprendían que estaba ocurriendo algo importante y quelas competiciones deportivas no comenzarían ese día como estaba programado. En las calles se veían escaparates destrozados, varios vehículos incendiados y varios edificios destruidos. Algunos deportistas fueronrápidamente a las oficinas de correo más cercanas para telegrafiar a familiares y amigos y tranquilizarles, explicando que sus vidas no corríanpeligro.
Los deportistas provenientes de Palestina llegaron al lado espal de los Pirineos el día 20 y desde allí debían continuar en tren hasta Barcelona. Israel Carmi lo relataba así:
En Portbou había un tel gigantesco por el que debía pasar el tren. Los soldados que controlaban la zona nos dijeron que no había paso. So entonces supimos que la noche anterior a nuestra llegada a Espa estallla Guerra Civil y que el general Franco intentaba asumir el control del país. Nos dijeron que el camino a Barcelona estaba bloqueado por los fascistas y que en toda Espa se estaban librando cruentas batallas. Escuchamos la radio para saber qué ocurría. Entonces llegelanuncio: «Esta es la estaci principal del Comando de la ReplicaEspala desde Barcelona. El general Franco iniciuna guerra contra el pueblo de la Espa libre». Al final de los anuncios de cuestiones de se
59 Citado en Martin, 1992, pp. 6-8.
guridad, el locutor dijo que el Comité Organizador de la Olimpiada popular informaba que dada la situaci de la seguridad, la inauguraci de los Juegos Olímpicos se postergaba hasta nuevo aviso.
Mientras tanto, llega la estaci del ferrocarril un auto militarcon un representante de la comisi militar republicana, con una solicitud al jefe de la delegaci de Hapoel de acudir de inmediato paraconsultas. Informé a todos los miembros de la delegaci que debíanquedarse en sus sitios en el vag. En la comandancia local se encontraba también el alcalde. Dijo que haría todo para ayudarnos, pues estábamos varados sin comida, sin lugar para pernoctar y sin medios.Pedí permiso para que nuestros deportistas siguieran viviendo en losvagones que los trajeron y que me otorgasen un pase especial parapoder llegar a Barcelona. Pedí al alcalde, si podían, que organizaranpara nuestros deportistas un partido de entrenamiento contra un combinado local y quizás también que les sacaran a excursiones por losalrededores.60
Carmi dio instrucciones a los delegados sobre co actuar en su ausencia y nombruna comisi de tres personas (tesorero, ecomo y encargado de seguridad) y les confila responsabilidad sobre los deportistas y su bienestar.
Antes de salir de Portbou, escuché en la radio anuncios a las diversas delegaciones deportivas y entre otras escuché la voz de nuestro comparo Glowinsky en hebreo: «Bienvenidos, estoy en Barcelonaocupándome de los asuntos vinculados a vuestra situaci. Espero aquí a Carmi». Por la tarde llegnuestro taxi, el blindado. Nos presentamos con los periodistas que viajaban conmigo y con el conductor. Pronuncié la plegaria de agradecimiento para quien ha salido de una situaci en que peligra su vida y partimos. En el camino nos detuvieron soldados republicanos, que nos previnieron sobre francotiradores fascistasque disparaban contra automiles en la carretera principal. Cogimos un camino secundario, y pese a ello fuimos atacados con una ráfaga de disparos que, para nuestra fortuna, no penetr Pensé entonces que se acababa la vida. Más adelante aparecieron unos faroles rojos con la leyenda «ALTO». A una distancia de decenas de metros oímos intercambio de disparos y paquetes de gran tama volando por el aire desde el techo de una iglesia y una multitud de lugares y de los alrededores gritando «¡Viva la Replica!» y un canto a voz en grito. Los soldados
60 Yahav, 2008, p. 214-215.
que estaban allí nos contaron que en la iglesia habían encontrado a una escuadrilla de franquistas y la multitud los liquidlanzándolos desde el techo de la iglesia, aproximadamente unos cuatro pisos [de altura].61
El trayecto de Portbou a Barcelona en tren, de unos 200 km, debía cubrirse en unas 3 horas, pero se alargdesde las tres de la tarde hasta el mediodía del día siguiente. Incluymuchas demoras puesto que los pasajeros despertaban sospechas y desconfianza, o por tiroteos entre los bandos que apoyaban la rebeli y los defensores de la Replica. Para el timo tramo, les asignaron dos automiles de custodia y sobre el taxi colocaron una pancarta con la leyenda que se trataba de extranjeros que iban a la Olimpiada en Barcelona.62 Carmi, los dos periodistas y el conductor local encontraron finalmente la forma de llegar a Plaça de Cata-lunya, en pleno centro de la ciudad, donde fueron testigos del ba desangre que había ocurrido poco antes.
El terreno en su totalidad parecía un matadero, decenas de cadáveres de soldados y de caballos esparcidos por la plaza, algunos de ellos a con estertores. Todas las paredes parecían [perforadas como] una colmena... A medida que se avanzaba caminando había más y más cadáveres. Era terrible. Con miedo y desesperaci llegamos al edificio del comité organizador de la Olimpiada y allí por fin encontré a Glowinsky. Camino al hotel, con soldados escoltándonos, oímos la estaci de radio difundiendo: ‘Atenci, atenci, barceloneses. Un auto a toda velocidad con una escuadra fascista dispara a troche y moche’. Antes que lográramos entrar al hotel vemos una muchedumbre agolpándose alrededor de un monocasco militar y junto al auto soldados republicanos prendiéndole fuego con sus ocupantes, que en un tiempo breve lograron cobrarse varias víctimas entre los peatones de la ciudad.63
La viuda de Glowinsky presentel punto de vista de su marido, que sin buscarlo se encontren el ojo del huracán en la capital catalana:
¡Tiene que pensar en co eran las cosas! Por la mana Chaimdespierta y se encuentra dentro de una revoluci. No es sencillo. Sabe que la delegaci quedará atascada en la frontera y la situacin era más
61 Yahav, 2008, p. 215.62 Davar, «En Espa en los días de la insurrecci: miembros de la delegaci de Hapoel informan sobre hechos e impresiones», 10.8.1936, pp. 2-3.63 Yahav, 2008, p. 215.
compleja a puesto que no existían en absoluto pasaportes israelíes. Cado uno [de los atletas] llevaba otro pasaporte. Durante todo aquelcaos estaba completamente solo. Por co conocí a Chaim, él no temía a nada. Pero, por otra parte, cuando te disparan desde la izquierda y desde la derecha, no eres ning héroe. En Palestina no sabíamos absolutamente nada de lo que estaban pasando, porque no teníamos contacto hasta que recibí un telegrama suyo que decía: «Estoy en Barcelona y controlamos la situaci». Se refería a que los izquierdistas controlaban el terreno; todos esperábamos que Franco fuera derrotado.64
Seg Carmi, hasta el atardecer de aquel día estuvieron quitando de la plaza todos los cadáveres que había visto al llegar y en el sitio tuvo lugar una gran manifestaci de partidos de izquierda y de defensores de la Replica. «Por la noche, la direcci de la Olimpiada nos comunicque no veían ninguna posibilidad de realizar el encuentro mientras durara la guerra». Aunque el 19 de julio por la mana Jaume Miratvilles anunciaba por Radio Barcelona que la inauguraci se llevaría a cabo tal como estaba planificada y que la revuelta militar había fracasado en Barcelona, la decisi fue de cancelar los Juegos.
El consulado francés en Barcelona anuncia todos los deportistas llegados desde el país vecino que la armada gala enviaría dos barcos que se encontraban apostados en Argelia, para evacuarlos al puerto de Marsella. Algunos atletas prometieron regresar y ayudar a los espales en su lucha; otros prefirieron permanecer y movilizarse directamente para los combates. De cualquier modo, la marcha de solidaridad de todos los deportistas desde el centro de la ciudad hacia el estadio en que debían celebrarse los Juegos fue organizada de forma precipitada.65 Seg el testimonio de Binet:
Con nuestros gaiteros escoceses al frente, nosotros, con los equipos de todas las demás naciones representadas, marchamos en la procesi hacia el estadio deportivo escoltados por autos blindados. Marchábamos cruzando gigantescas masas de gente, masas sobre cuyas cabezas se le
64 Ibid. 65 La Vanguardia, 24.7.1936, p. 1.
vantaba un mar de pus apretados en el saludo anti-fascista. Nunca, hasta entonces, había experimentado semejante emoci de orgullo.66
El 22 de julio llegaron los barcos franceses para recoger a los deportistas. Glowinsky y Carmi consiguieron para los delegados de Palestina billetes desde Marsella a Haifa. La regi levantina del Mediterráneo, con su tormentosa lucha entre judíos, palestinos y británicos, parecía ahora un refugio seguro comparado con el infierno que se cernía sobre Espa. La decisi de los jefes de la delegaci fue enviar de inmediato a Marsella a Carmi para que luego volviera a Portbou a buscar a los atletas judíos que se encontraban allí. Glowinsky permanecería dos días más en Barcelona, tras los cuales saldría también él en un barco hacia Marsella.67
Tres días después, Carmi llegal lado francés de los Pirineos, pero no pudo cruzar el tel, que estaba cerrado por razones de seguridad.
Por casualidad, encontré un grupo de voluntarios de Hungría, Polonia, Alemania y Rusia, que deseaban... luchar junto a los republicanos. Eran unos treinta, hombres y mujeres, con un guía francés... y por sugerencia de los pobladores de la aldea francesa selaron un sendero por los montes, a aproximadamente 10 km de caminata de Portbou. Durante la agotadora caminata conversé con los voluntarios sobre su movilizaci y ellos me respondieron: «Vemos cada día co dos chalados, Hitler y Mussolini, conducen a Europa hacia la perdici, esto llevará a una guerra terrible, debemos detener el proceso destructor». Al cabo de unos kiletros distinguí a un grupo de personas que venían caminando en direcci opuesta, entre ellos dos miembros de nuestra delegaci. Gritamos «Shalom, shalom» en hebreo y nos abrazamos.68
Carmi contque mientras permanecieron en Portbou, los deportistas de Palestina jugaban al fbol con los nis de la aldea y trabaron amistad con sus padres. Lamentaron oír que los Juegos habían sido cancelados por la insurrecci militar, pero al mismo tiempo se alegraron al oír que al cabo de unos días estarían de regreso en sus hogares. Cuando la locomotora francesa llegpara enganchar los dos vagones en los que la dele
66 Citado en Martin, 1992, pp. 6-8.
67 Glowisky efectivamente viajo en un barco de guerra inglés a Marsella. Ver Davar,«En Espa en los días de la insurrecci: miembros de la delegaci de Hapoel informan sobre hechos e impresiones», 10.8.1936, pp. 2-3.
68 Yahav, 2008, p. 216.
gaci había permanecido durante una semana, los pobladores de Portbou se despidieron de ellos de modo conmovedor.
Se estima que unos 200 deportistas de diversos países permanecieron en Espa para sumarse a la lucha en defensa de la Replica y salieron de forma organizada hacia el frente en Zaragoza.69 La más célebre entre ellos fue Clara Ensner-Thalmann, nacida en Basilea e hija de un socialista alemán que se refugien Suiza durante la guerra franco-prusiana. A muy temprana edad se afilial Partido Comunista Suizo y al cabo de unos as se muda Francia, donde escribía para el periico del PCF, L’Humanité,mas a finales de la década de 1920 adoptposturas anti-soviéticas y se acerca círculos trotskistas tras regresar a Suiza. A Barcelona llegcomo representante del club obrero de nataci, el Arbeiterschwimmclubs.
Tras el estallido de la Guerra Civil se enrolen la Columna Durruti, de combatientes anarquistas, marchando al frente aragonés, donde se le sumsu marido Paul Thalmann. Perseguidos los anarquistas por los comunistas, los Thalmann intentaron salir de Espa y fueron detenidos.Al cabo de unos meses fueron liberados y se establecieron en París. Tal como ocurricon no pocos brigadistas internacionales, como por ejemplo David Ostrovsky, Marcel (Mendel) Langer, y Zeev (Philip) Gotesman,que habían llegado a Espa después de haber residido un tiempo en Palestina, durante la Segunda Guerra Mundial participaron activamente en la Resistencia francesa.70
Israel Carmi relaten su testimonio que algunos de los miembros de la delegaci de Palestina pidieron quedarse para sumarse a las filas anti-fascistas: «No permití a ninguno reclutarse. Obligué a todos a regresar conmigo a Haifa. Hay que entender que yo prometí personalmentea todas las familias que traería a los muchachos sanos y salvos. Era esta una de las condiciones para salir. Las madres me habrían demandado, y justificadamente».71
69 «Muchos de las… representaciones extranjeras de atletismo se han alistado en las milicias», La Vanguardia, 24.7.1936, p.1; Richardson, 1982, p. 24, nota 35; Wullschleger, 1939, p. 78.
70 Ver el libro de memorias de ambos: Thalmann, 1985.
71 Yahav, 2008, p. 216.
Entre los deportistas que llegaron desde Palestina, aunque no en elmarco de Hapoel, sabemos de tres que se quedaron y combatieron en Espa. Chaim Elkon, que iba a participar en la Olimpiada Popular como árbitro de fbol y después se enroljunto con un grupo de voluntarios alemanes y polacos que habían llegado desde Francia al batall Thälmann de las Brigadas Internacionales. Este batall llevaba el nombre del líder comunista alemán Ernst Thälmann, que encabezaba el partido durante la mayor parte del periodo de la Replica de Weimar, fue detenido por la Gestapo en 1933 y permaneciincomunicado durante 11 as. En agosto de 1936 Elkon moría en los combates primos a la ciudad universitaria en Madrid. Su unidad fue rodeada por fuerzas nacionalistas y Elkon hallla muerte mientras intentaba cubrir con la metralleta que tenía a su cargo el intento de sus camaradas de armas de romper el cerco.72
Nachum Weiss llega los Juegos en Barcelona junto con Elkon y con Imre Jacobi. También él combatipara defender la Replica y muria los pocos meses de comenzada la contienda. Weiss, que en algunas publicaciones del Partido Comunista de Palestina Israel aparece con el nombre Nachumi Weitz y en otras fuentes como Albert Nachumi, estaba en el batall que homenajeaba la memoria de Edgar André, otro dirigente comunista alemán que estaba en prisi desde poco después que los nazis asumieran el gobierno. Weiss murien noviembre de 1936.73
De los tres, Jacobi era el más conocido y sobre el que tenemos más informaci biográfica. Imre provenía de una familia de bajos recursos, y abandonsu afici por el violín para dedicarse al fbol, que podía asegurarle el sustento.74 El equipo en el que jugaba, Hagibor Bratislava, llega Palestina en 1927 para disputar una serie de partidos e Imre decidiquedarse. El comienzo de su trayectoria deportiva en el país paspor diversoslugares: Hapoel Allenby Tel Aviv, Hapoel Haifa y Maccabi Haifa. En 1930entren Maccabi Tel Aviv como volante izquierdo. En 1931 jugcon laselecci de Palestina en Egipto, uno de los seis jugadores judíos. Un adespués jugen las Macabiadas con la selecci de Maccabi Eretz Israel.
72 Kol Haam, «Recordará», 18.7.1947, p. 3; Kol Haam, «Bendita sea su memoria»,15.7.1949, p. 5; Yahav, 2008, p. 216.
73 Kol Haam, «Recordará», 18.7.1947, p. 3; Kol Haam, «Bendita sea su memoria. Hijos de Eretz Israel que han caído en combate de la guerra santa por la libertad del Hombre sobre el suelo de Espa», 15.7.1949, p. 5.
74 Kol Haam, «Imre Jacobi (20 as de su muerte en el frente de Espa)», febrero de 1957.
Su acceso al estrellato, en los términos de la época, se produjo cuando en junio de 1933 marcel tanto de la victoria en la final de la Copa de Palestina en el partido contra Hapoel Tel Aviv.75 «Cuando Imre circula porla calle Allenby montado en su motocicleta Norton», escribiuno de los periicos de la época, «muchos corazones laten con fuerza».76 Una familiar, Noa Jacoby-Stevenson, recuerda las historias que contaban sobre él como «un soltero empedernido, que aparecía en su moto cada vez con otra chica. Era considerado el pícaro, la oveja negra de la familia. Sobre todo cuando se le comparaba con su hermano, que era un abogado asentado, culto, que tocaba en la orquesta de la policía británica, el ni bueno de la familia. El hermano de Imre estaba siempre enojado con él, no le gustaban su carácter. Tampoco a los británicos les caía bien».77
La decisi de Jacobi de afiliarse al partido comunista se derivaba en gran medida de su resistencia ante la llegada de los nazis al poder en Alemania y la represi de la clase obrera en Viena. Es posible que jugara en Maccabi Tel Aviv como un intento (fallido) de ocultar a las autoridades británicas su identidad político-ideolica. Resulta interesante que el periico polaco en ídish Haynt afirmase que «su comunismo es más romántico que ideolico». En el oto de 1935 comentaba Haynt que lapolicía de Tel Aviv sospechaba que Jacobi, de la selecci de motociclistas de Maccabi, estaba involucrado en una red comunista. En una pesquisa en su casa se encontraron sellos con la rrica del Alto Comisionado para Palestina y del csul de Francia. Asimismo fueron incautados materiales químicos y pasaportes falsificados de Palestina, Polonia, Hungría y Checoslovaquia.78
En las prisiones del Mandato, Jacobi sufrila mano dura de sus guardianes, que lo acusaban de haber empleado la violencia contra ellos. La policía incautsus escasas pertenencias y la «asistencia roja» del partido se movilizpara ayudarle en los periodos en que estaba libre. En junio de 1936 Jacobi, junto con Robert Aquist fue expulsado de Palestina por los británicos y zarpdesde Haifa rumbo a Espa. Ambos se sumaron a las Brigadas Internacionales. Jacobi estuvo en el batall alemán Thälmann hasta febrero de 1937, en que fue herido en Jarama, aparentemente por
75 Dvorin & Goldberg, 2011, p. 50.
76 Yahav, 2008, p. 216.
77 Yahav, 2008, pp. 216-217.
78 Haynt, 23.9.1935, p. 3; Doar Hayom, «Orden de captura contra los dirigentes delnido comunista en el país», 22.8.1935, p. 8.
un mortero mientras iba en su moto con denes de la comandancia hacia el frente, falleciendo en el hospital de campa aleda a Madrid. Seg una carta enviada por su sobrino, Haggai Jacobi, a Zalman Saltzman, secretario de la Asociaci Israelí de Combatientes en las Brigadas Internacionales, en junio de 1986, Imre fue enterrado en un suburbio de la capital de Espa.79
La Olimpiada Popular, a la que los nacionalistas se referían como una amplia operaci de propaganda internacionalista, masona y judía, destinada a convertir a Espa en un basti bolchevique, no llega realizarse.80 Sin embargo, el recuerdo del intento de crear un reto a los JJ.OO. de Berlín no desapareci El movimiento deportivo obrero tampoco termincon la sublevaci de julio de 1936. Un a después se celebruna Olimpiada Popular en Amberes con la cooperaci de la Internacional de Deportes Socialista y la Internacional de Deportes Comunista, con la participaci de 27.000 atletas de 17 países. En esa ocasi hubo también una delegaci soviética y una delegaci republicana espala, representando al país donde se libraba una guerra cruel.
En la Palestina judía, el partido político hegemico y sus ganos de prensa se sumaron al boicot internacional contra los Juegos Olímpicos de Berlín. En la federaci deportiva de Hapoel decidieron por lo tanto enviar una delegaci para participar en la Olimpiada Popular de Barcelona, expresar su actitud antifascista y manifestar la posici sionista en el cada vez más agudo conflicto entre judíos y árabes en Palestina. Hapoel organizun grupo de más de veinte atletas judíos, destacándose entre ellos los mejores futbolistas de aquellos as así como ex campeones europeos que se habían trasladado a Palestina poco tiempo antes.
Solo los dirigentes de la delegaci llegaron a Barcelona, mientrasque los atletas se quedaron varados en la frontera Francesa por el estallido de la Guerra Civil. Las fuentes en hebreo que hemos utilizado en estetexto dan testimonio de la experiencia de estos atletas y sus representantes durante las primeras horas del alzamiento franquista en Catalu y a
79 Hagai Jacobi a Zalman Zaltsman, junio de 1986. Agradezco a Eran Torbiner por haberme facilitado una copia de la carta.
80 Para un aporte reciente, ver Physick, 2017, pp. 51-75.
su vez de aspectos poco conocidos de la organizaci de los Juegos Populares en aquellos momentos decisivos. De esta manera el presente articulo ha intentado ampliar el conocimiento acerca de un episodio ideolico-deportivo de 1936, central para el estudio de la historia social del deporte internacional en el periodo de entre guerras.
Algunos de los atletas llegados a Barcelona para los frustrados Juegos Populares se quedaron en Espa y se transformaron en los primeros voluntarios internacionales que se sumaron a la defensa de la Republica. Tres de estos atletas —Elkon, Weiss y Jacobi— habían desarrollado su carrera deportiva en la Palestina judía. Estos tres voluntarios marcaron el rumbo a decenas de otros jenes judíos, la mayor parte de ellos de tendencias comunistas y algunos, como David Karon, vinculados al sionismo socialista, que también fueron a Espa a combatir en las filas republicanas. Todos aquellos jenes dejaron atrás la lucha entre judíos, árabes y británicos y llegaron a la península ibérica con la esperanza de detener con sus cuerpos la ola fascista que amenazaba con inundar Europa.
Fuentes primarias
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Archivos
Olimpiada Popular de Barcelona, Comité Organizador, Servicio dePrensa.
Biblioteca digital de la Universidad de Warwick.
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El autor agradece al Israel Institute de Washington cuyo apoyo ha posibilitado la investigaci para este artículo.
Raanan Rein es Profesor y Doctor en Historia, Vicepresidente de la Universidad de Tel Aviv y director del Centro S. Daniel Abraham de Estudios Internacionales y Regionales de la misma Universidad. Condecorado por el gobierno argentino como comendador de la Orden del Libertador General José de San Martin y por el Rey de España como comendador en la Orden del Mérito Civil. Es miembro correspondiente en Israel de la Academia Nacional de la Historia de la Argentina. Entre sus libros destacan: La salvación de una dictadura: Alianza Franco-Perón, 1946-1955 (1995); Franco, Israel y los judíos (1996); Guerra Civil y franquismo (compilado con Joan María Thomas, 2016).