Historia Contemporánea, 2021, 66, 629-631 https://doi.org/10.1387/hc.22553
HC
ISSN 1130-2402 – eISSN 2340-0277
VIÑAS, Ángel, ¿Quién quiso la Guerra Civil? Historia de una conspiraci, Crítica, Barcelona, 2019, 501 pp.
Ángel Vis es un caso singular en la historiografía espala por haber sido muy polifacético en su carrera profesional: economista, catedrático de Economía, alto funcionario y embajador de la Uni Europea; pero ha sido capaz de compaginar estos trabajos con su dedicaci a la historia durante casi medio siglo. También es peculiar su modus operandi como historiador: sus numerosas obras se basan en lo que denomina «evidencia primaria relevante de época» (EPRE), porque se sustentan sobre todo en una abundante documentaci de archivos de varios países europeos, dado que su principal línea de investigaci se ha centrado en la vertiente internacional de la Guerra de Espa, que para él fue «una guerra internacional» y de la que es el máximo experto.
Otro rasgo característico de Vis es que en sus libros «dialoga» a menudo con otros historiadores, tanto afines como contrarios, siendo muy crítico con estos timos, porque no rehe la polémica. Así, coordinla obra En el combate por la Historia. La Replica, la Guerra Civil, el franquismo (2012), que replicaba las controvertidas biografías de Franco y de otros protagonistas de la Guerra Civil incluidas en el Diccionario Biográfico Espal de la Real Academia de la Historia.
Además, cabe resaltar su enorme capacidad de trabajo, como prueba la publicaci de un libro cada a desde que se jubilen la Uni Europea en 2006. Entre ellos destacan su tetralogía sobre la Replica en la Guerra Civil y varios dedicados a desmitificar la figura de Franco.
El libro objeto de esta rese viene a cerrar un bucle que empezcon su tesis doctoral, una obra ya clásica: La Alemania nazi y el 18 de julio (1974), temática sobre la que volvien otra mucho más extensa: Franco, Hitler y el estallido de la Guerra Civil (2001). La Alemania nazi no se interespor la Espa republicana hasta el inicio de la guerra, cuando Hitler decidisuministrar armas a Franco. En cambio, la Italia fascista fue enemiga de la Replica y dio apoyo exterior a los conspiradores, con los que llega un acuerdo en 1934 e hizo contratos en 1936.
Si el acuerdo sellado por dirigentes carlistas y monárquicos alfonsinos con el Gobierno de Mussolini el 31 de marzo de 1934 era muy conocido, los cuatro contratos firmados el 1 de julio de 1936 para la entrega de aviones de combate por una empresa italiana a los monárquicos fueron descubiertos y publicados por Ángel Vis en la obra colectiva Los mitos del 18 de julio (2013).
¿Quién quiso la Guerra Civil? no es una historia de la II Replica. Es la historia de la conspiraci monárquica contra el régimen republicano, que empieza el mismo día de su instauraci, el 14 de abril de 1931, y culmina con el golpe de Estado del 18 de julio de 1936. Vis la reconstruye minuciosamente basándose en una rica documentaci de archivos espales e italianos.
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Reses de libros
Esta obra demuestra que los mayores enemigos de la Replica no fueron los carlistas, sino los monárquicos alfonsinos, agrupados en Renovaci Espala de Antonio Goicoechea y el Bloque Nacional de José Calvo Sotelo, que utilizaban la revista Acci Espala como medio de propaganda de sus ideas. Desde 1931 estuvieron decididos a acabar con la Replica manu militari, para lo que necesitaban contar con un sector del ejército, que fue la Uni Militar Espala (UME), y con la ayuda de un Estado extranjero, que fue la Italia fascista, sin importarles que eso provocara una guerra civil.
Los monárquicos no tenían masas ni grupos paramilitares, a diferencia del carlismo, que organizel Requeté. Eran élites que disponían de mucho dinero gracias a que les financiaban el exrey Alfonso XIII, la aristocracia, la oligarquía financiera y terrateniente y, sobre todo, el banquero Juan March. Con ese dinero Renovaci Espala pagaba a la UME y a la Falange de José Antonio Primo de Rivera para reclutar sus milicias: eran grupos de pistoleros que contribuyeron a acrecentar la violencia política en la primavera de 1936, al mismo tiempo que una parte del ejército preparaba la sublevaci.
Segn Ángel Vias, el partido Renovacin Espaola era una tapadera que encubría la conspiraci en marcha desde 1931. Había una trama civil, liderada por Goicoechea, Calvo Sotelo y Pedro Sainz Rodríguez, cuyos viajes a Roma ha documentado, y una trama militar, encabezada por generales monárquicos: Kindelán, Orgaz, Barrera, Ponte… Los enlaces entre ambas tramas eran el teniente coronel Galarza y el capitán Vig. Esta conspiraci buscaba sustituir la Repblica por una dictadura militar que daría paso después a la restauraci de la Monarquía. El jefe supremo de ella iba a ser el general Sanjurjo, exiliado en Portugal tras ser amnistiado por el Gobierno de Lerroux de su condena por el golpe fallido que fue la sanjurjada en 1932. Su delegado en Espa era el general Mola, «el Director» de la conspiraci militar tras la victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936. Si el golpe triunfaba, Sanjurjo sería el regente o jefedel Estado, mientras que el jefe del Gobierno sería Calvo Sotelo, cuyo modelo de Estado era la Italia de Mussolini, pues se había declarado fascista en su famoso discurso en las Cortes el 16 de junio de 1936.
¿Qué papel representaba Franco en esta conspiraci? Muy reducido. Hasta junio de 1936 no se suma ella. Su misi consistía en dominar las islas Canarias, para lo cual asesinal general Balmes seg demostrVis en el libro La conspiraci del general Franco (2011 y 2012), y mandar el ejército de África en el Protectorado espal de Marruecos.
El asesinato de Calvo Sotelo el 13 de julio de 1936 y una semana después la muerte de Sanjurjo en accidente de avioneta por la impericia del piloto Ansaldo supusieron el descabezamiento de la trama monárquica, que acababa de conseguir en Roma el armamento (sobre todo aviones modernos) que necesitaba para la guerra que estaba dispuesta a desencadenar para derrocar la Repblica. Este nuevo escenario fue aprovechado por Franco para ponerse al frente de la suble-
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vacin, atribuyéndose un protagonismo que no había tenido en su preparacin; de ahí que Vis le tache de impostor. Los aviones italianos, comprados por los monárquicos, junto con los alemanes que consiguide Hitler, sirvieron a Franco para pasar el ejército de Marruecos a la península y avanzar de forma imparable hacia Madrid, mientras que el ejército de Mola quedparado en la sierra de Madrid. Todo ello coadyuva que el 1 de octubre de 1936 un grupo de generales monárquicos otorgaran todo el poder a Franco, quien gracias a una argucia asumila doble jefatura del Gobierno y del Estado, que tenían que haber desempedo Calvo Sotelo y Sanjurjo, retrasando ad calendas graecas la restauraci de la Monarquía.
En las conclusiones del libro, el profesor Vis considera «culpables de la guerra civil» a los monárquicos, los fascistas y Juan March. Y rebaja considerablemente los «méritos» de Franco en la conspiraci: se hizo con el poder debido a que los monárquicos perdieron a sus líderes político y militar en julio de 1936.
José Luis de la Granja Sainz
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