Inscripciones romanas de Torrecillas de la Tiesa (Cáceres)*

Roman inscriptions from Torrecillas de la Tiesa (Cáceres)

M.ª del Rosario Hernando Sobrino**, Arturo Moreno Benito
Universidad Complutense de Madrid - Archivo Epigráfico de Hispania

Antonio González Cordero
Fundación Antonio Concha

RESUMEN: Presentamos en este trabajo tres inscripciones funerarias, prácticamente inéditas, procedentes de Torrecillas de la Tiesa (Cáceres). Dos de ellas aportan nuevos testimonios de nombres personales indígenas.

Palabras clave: epigrafía funeraria, antroponimia indígena, Turgalium.

ABSTRACT: This paper shows three funerary inscriptions, virtually unpublished, from Torrecillas de la Tiesa (Cáceres). Two of them provide new testimonies of indigenous personal names.

Keywords: funerary epigraphy, indigenous personal names, Turgalium.

 

* Este trabajo está adscrito al Proyecto del Ministerio de Ciencia e Innovación «Manuscritos de la Biblioteca Nacional de Madrid para la Historia Antigua de España» (Ref.: PID2019-109530GB-I00), al Proyecto de Redes AVIPES-CM (ref. H2019-HUM/5742) de la Comunidad de Madrid/Fondo Social Europeo y a los Grupos de Investigación UCM Ciudades Romanas (Ref. 930692) y TEAPIMeG (Ref. 930750). Agradecemos a José Luis Gamallo Barranco la ayuda prestada en la autopsia de estos epígrafes; en su análisis hemos extrañado el buen hacer y consejos de nuestros amigos Joaquín Gómez-Pantoja y Pepo Madruga.

 

 

** Correspondencia a / Correspondence to: María del Rosario Hernando Sobrino, Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Geografía e Historia, c/Profesor Aranguren, s/n (28040 Madrid) – mrhernando@ghis.ucm.es – http://orcid.org/0000-0002-7509-7877.

Cómo citar / How to cite: Hernando Sobrino, M.ª del Rosario; Moreno Benito, Arturo; González Cordero, Antonio (2024), «Inscripciones romanas de Torre­cillas de la Tiesa (Cáceres)», Veleia, 41, -177. (Inscripciones romanas de Torrecillas de la Tiesa (Cáceres)*).

Recibido: 03 mayo 2023; aceptado: 10 mayo 2023.

ISSN 0213-2095 - eISSN 2444-3565 / © 2024 UPV/EHU

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1. Introducción

Presentamos aquí tres sencillas inscripciones funerarias, una de ellas inédita y las dos restantes apenas conocidas, procedentes del paraje de nominado «Los Casarones», situado en la localidad cacereña de Torrecillas de la Tiesa (fig. 1), al suroeste de su casco urbano; dicho paraje, ubicado en el cruce del río Tozo con la Cañada Real Leonesa Occidental y emplazado a la izquierda del camino viejo a Trujillo, constituye un extenso campo de vestigios arqueológicos —restos de tejas, ladrillos, sillares, piezas de molinos, contrapesos, etc., además de lagares excavados en la pizarra natural— (cf. Barbero 2015, passim).

Si nuestros datos son correctos, se trata de los primeros epígrafes romanos identificados en el término municipal de esta localidad, emplazada al noreste de Trujillo, por lo que vienen a cubrir el vacío evidenciado hasta la fecha en el sector. Del mismo modo, contribuyen a enriquecer el ya nutrido corpus de la antigua Turgalium (conventus Emeritensis, Lusitania), con cuyo territorio deben, sin duda, relacionarse[1].

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Figura 1. Situación de «Los Casarones» (mapa tomado de Iberpix).

2. Epígrafe funerario de Ambatus Camali f. (figs. 2-3)

Este epígrafe corresponde a una estela funeraria realizada en un esquisto pizarroso muy duro, de color oliváceo, en forma de laja casi rectangular aplanada, con un recorte muy tosco y ligeramente trapezoidal en la cabecera. Su estado de conservación no es muy bueno, habiendo sufrido cierto desgaste y exfoliación tanto en la cabecera como en los laterales, sobre todo en la parte derecha, lo que ha causado la pérdida de algunos de los caracteres. Medidas: 131 × 54 × 8,5.

Las letras, capitales, se han ejecutado a base de un piqueteado continuo, corregido posteriormente por la abrasión del surco con un instrumento cortante, hasta obtener un trazo más definido y profundo que acentúa la irregularidad de su trazo. Al tener que sortear el plano irregular de la cara donde se han grabado, las grafías se han dispuesto con cierto desorden en los renglones; algunas de ellas tienen un marcado ápice, que es especialmente acentuado en la V. Medidas: lín. 1: 8,3; lín. 2-3: 8. De no corresponder a un efecto óptico, se aprecia una única interpunción, un punto, en la lín. 3.

El epígrafe, que apareció al remover la tierra con las gradas de un tractor —muy cerca de una pequeña necrópolis de tumbas construidas a base de lajas de pizarra y junto al cortijo que da nombre a la finca de «Los Casarones»—, se conserva en un corral propiedad de D. Juan José Campo Durán, vecino de Torrecillas de la Tiesa, a quien desde aquí agradecemos las facilidades ofrecidas para realizar su análisis.

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Figuras 2-3. © Antonio González Cordero.

[Am]batus
[Ca]mali [f]ilius

3
h(ic) s(itus) · e(st) s(it) [t(ibi) · t(erra) · l(evis)]

Se recuerda en este epígrafe a un individuo cuya estructura onomástica está formada por un nombre único y el patronímico. En ambos casos se trata de nombres de raigambre indígena sobradamente atestiguados tanto en el registro epigráfico peninsular como en el correspondiente a la Lusitania[2]; no obstante, mientras que Ambatus muestra una amplia dispersión, documentándose prácticamente por toda la Hispania indoeuropea, Camalus, aunque se atestigua también en el área galaica, se concentra especialmente en Lusitania, no faltando testimonios en el propio conjunto turgaliense[3].

La sencillez del epígrafe, la ausencia de la invocación a los dioses Manes y la consignación del difunto en nominativo abogan por una datación en el siglo i d.C., posiblemente en su primera m­itad.

3. Estela con creciente lunar (fig. 4)

Fragmento correspondiente a la parte media-superior de una estela de pizarra de color gris oscuro con concreciones de barro endurecido. Debido a sucesivas reutilizaciones, la pieza ha perdido casi completamente la cabecera, así como parte del lado derecho y su mitad inferior; estas roturas han comportado la pérdida de algunas letras al inicio de cada una de las cinco líneas conservadas y quizá, aunque no es seguro —ni necesario, como se verá más adelante—, la de una línea final. Pese a su pérdida, en la cabecera es aún visible la parte inferior de un creciente lunar, muy tosco, ejecutado en rehundido. Medidas: (65) × (45) × 9,5.

Las letras son capitales de regular factura, con remates, e incisión profunda, destacando el trazado de la A, cuya barra horizontal es aquí diagonal y no llega a cerrarse. Medidas: lín. 1: 6,3; lín. 2-5: 6. Las interpunciones, regularmente distribuidas, son puntos.

Procede de un cercado próximo al Cordel de Merinas, donde se han documentado varios asentamientos romanos. Los más cercanos, y por extensión más importantes, fueron el de «La Señora» y el ya citado de «Los Casarones», ubicados ambos en la orilla izquierda del río Tozo, que presentan materiales similares.

Como la precedente, la estela la conserva D. Juan José Campo Durán; su fotografía fue publicada hace unos años por Jesús Barbero Mateos (2015, 8) quien, sin embargo, simplemente seña­ló su existencia, el material en que fue ejecutada y su estado de conservación: «Piedra de pizarra talla­da con inscripciones. Está partida y deteriorada, aunque pueden apreciarse inscripciones alfabéticas».

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Figura 4. © Antonio González Cordero.

[T?]apila
[C]untiri · f(ilia)

3 [h(ic) ·] s(ita) · e(st) · Avi- o Ave-
[l]ius · Bo[.] /
[1-2?]ti [· f(ilius) - - -]

6
[- - - - - -]?

Pese a la fractura del lateral izquierdo de la estela, los restos conservados en lín. 1-2 permiten deducir que el individuo en ella recordado presenta una estructura onomástica peregrina, formada por un nombre único y un patronímico. No obstante, dicha fractura dificulta la identificación del nombre registrado en lín. 1: si bien nada impide considerar la presencia del antropónimo Apila, presumible forma femenina del documentado Apil(i)us (Abascal 1994, 280; OPEL I, 142; Atlas 94; Vallejo 2005, 161-162), la dispersión de este último y la posibilidad —deducible de la lín. 2— de que falte una letra al inicio de la primera línea nos inclinan por plantear la presencia de Tapila. Frente al nombre previo, que hasta la fecha se atestigua lejos del actual territorio extremeño, fundamentalmente en los concelhos portugueses de Braga y Bragança, Tapilus[4] se lee con seguridad en un epígrafe del territorio de Caurium (CILCC IV 1293, de Torre de Don Miguel, en el que se registra dos veces) y en otro más del correspondiente a Norba Caesarina (CILCC I 299, de Salvatierra de Santiago). Se trataría, en cualquiera de los dos casos, de nombres con registros poco relevantes, desde el punto de vista cuantitativo, en el territorio peninsular. Menos problemas plantea completar el nombre que aparece en la filiación: Cuntirus; pese a estar, como los previos, escasamente documentado, este antropónimo se registra exclusivamente en Lusitania[5] y, de acuerdo con Vallejo (2005, 299), Cunt- «es solo lusitano».

Tras la fórmula de deposición, sencilla, se registra una nueva secuencia onomástica, también en este caso integrada por un nombre único seguido de la filiación, que bien pudiera corresponder al dedicante de la inscripción. Como nombre único, y habida cuenta de la rotura del final de lín. 3 y del inicio del lín. 4, creemos se pueden proponer dos opciones: bien Avil(l)ius, bien, considerando la presencia de II por E al final de lín. 3, Avelius. En el primer caso estaríamos ante un nomen utilizado en calidad de nombre único; no obstante, y si nuestros datos son correctos, apenas si contamos con testimonios del uso de Avilius como nombre único en la epigrafía peninsular[6]. En el segundo caso, por el contrario, estaríamos ante un nombre especialmente bien representado en el ámbito de la Lusitania, en general y, en las actuales tierras cacereñas, en particular[7], contando con testimonios seguros en el propio conjunto de la antigua Turgalium[8]. Visto el ambiente onomástico del territorio, la segunda opción parece, en principio, más plausible. Por lo que respecta al nombre que consta en la filiación, la fractura de la pieza no consiente su lectura con certidumbre: son claros su inicio (Bo-) y su final (-ti), segmentos que se acomodarían perfectamente a Boutius, uno de los antropónimos más comunes en el registro de la Lusitania[9], bien representado en la epigrafía cacereña, en su conjunto, y en la turgaliense[10]; no obstante, para aceptar su presencia habría que considerar que en lín. 5 no faltan letras por la izquierda y, en consecuencia, que el texto estaba centrado. Por lo mismo, no creemos que puedan descartarse otras posibilidades[11].

Si, en efecto, el segundo individuo fuese el dedicante, cabría considerar, a su vez, dos posibilidades: la primera, que no falte ninguna línea de texto y que en el espacio perdido de la mitad derecha de lín. 5 constase la abreviatura de una fórmula de dedicación integrada por dos o tres elementos a lo sumo, como f(aciendum) c(uravit) o d(e) s(uo) p(osuit)[12]. La segunda, que el dedicante acompañase la dedicación con la consignación del parentesco que le unía a la difunta (uxori, matri...) y, por lo mismo, que debamos considerar que puede haberse perdido una línea.

La ausencia de la invocación a los dioses Manes, la consignación del difunto en nominativo y la presencia de dedicante —opción que, como ya se ha indicado, nos parece asumible—, abogan por una datación en la segunda mitad del siglo i d.C.

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Figura 5. © M.ª del R. Hernando Sobrino. Figura 6. © A. González Cordero.

4. Epígrafe realizado en pizarra (figs. 5-10)

Se trata de una estela de pizarra de color marrón oscuro, sumamente erosionada y maltratada por las numerosas huellas de impactos y de arrastre de instrumentos agrícolas, lo cual dificulta extraordinariamente la lectura de su epígrafe, que ocupa aproximadamente la mitad superior de la pieza (fig. 5). La presencia en el reverso de un panel repleto de cazoletas semiesféricas, junto a algún halteriforme, nos hacen considerar la posibilidad de que originalmente formase parte de los ortostatos de la cámara de un monumento megalítico, pues no es infrecuente encontrar en ellos este tipo de grabados (fig. 6). Medidas: 205 × 54 × 8,5.

Las letras son capitales rústicas de factura tosca; medidas: lín. 1: 6,3; lín. 2-7: 6. Se advierte una única interpunción, un punto, al final de la lín. 2.

Según Barbero Mateos, quien publica su fotografía, la describe y da cuenta de su estado de conservación, la estela fue «destapada por las gradas de un tractor que realizaba faenas de arado»[13] en «Los Casarones». En la actualidad se encuentra tendida en el suelo a la derecha del cordel de merinas de Torrecillas de la Tiesa en dirección a Trujillo: 36º 33’41,5” N y 5º 45’35,8” W.

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Figura 7. © A. González Cordero. Figura 8. Ortofoto © D. Óliver Miguel-Vela.

Como ya se indicó, la lectura del texto es francamente difícil: el material en el que se ha ejecutado la pieza, la erosión (especialmente fuerte en su lateral derecho), las marcas producidas por el volteo y las múltiples abrasiones, no consienten —a pesar de la autopsia realizada en diferentes ocasiones y con diferentes luces y las fotografías y ortofotos obtenidas (figs. 7-10)— más que una lectura altamente hipotética, que es la que aquí presentamos.

C̣u[- - - ?]
Coruti
(sive Corn̂uti) ·
3
f̣(ili-) an(norum) C+
+ATVA
p̣atị
6
++V++
suo

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Figura 9. Ortofoto © D. Óliver Miguel-Vela. Figura 10. © M.ª del R. Hernando Sobrino.

Ni la observación directa de la estela ni las diferentes fotografías tomadas permiten deducir la presencia de restos de letras previas a la primera línea aquí apuntada; este hecho, unido a la aparente presencia de un antropónimo en genitivo en lín. 2, nos induce a considerar la posibilidad de que en lín. 1 figurase un antropónimo del que solo se han conservado sus letras iniciales: Cun-[14] o Cum-[15]; cierto es, no obstante, que tampoco resulta claro que se hayan perdido letras en el final de esa línea, por lo que tal consideración no se basa más que en la aplicación de los esquemas antroponímicos usuales en la epigrafía del territorio. En lín. 2, la única cuya lectura, al menos en principio, parece clara, se aprecia Coruti; de admitir esta forma, nos encontraríamos ante un unicum, por más que los nombres formados sobre el radical Cor- no sean desconocidos en la onomástica de Lusitania (Vallejo 2005, 291-294); no obstante, no descartamos que se trate de un error por Cor­nuti e, incluso, que deba considerarse la presencia de un nexo, en absoluto claro, NV, que arrojaría el mismo resultado; en cualquier caso, nos hallaríamos ante Cornutus, un cognomen latino (Kajanto 1965, 330) con escasísima presencia en el registro epigráfico hispano[16].

Visto el aparente nombre en genitivo de lín. 2, en el inicio de lín. 3 cabría esperar la F de f(ilius, -a),
pero lo cierto es que dicho rasgo no resulta evidente, pues lo que se percibe es un trazo vertical con solo un trazo horizontal, no con dos. Se podría considerar, por lo mismo, que la F de la filiación bien se hubiese elidido y hubiésemos de entender
Cun[---] Cornuti (f.), bien se hubiese perdido al final de lín. 2 y se debiese completar Cun[---] Cornuti [f.], extremo este no comprobable en el estado de la pieza. De este modo, en la lín. 3 se podría leer TANC-, siendo la T y la C dudosas, y, así, admitir la presencia de un nuevo antropónimo como el bien conocido Tancinus, -a; partiendo de la base de que posiblemente nos encontremos ante una estela funeraria y en atención a los usos onomásticos de la zona, en la que no son usuales ni los dobles idiónimos ni las organizaciones suprafamiliares, este antropónimo correspondería al nombre personal de un potencial dedicante.

Sin embargo, y en atención a la regular ejecución de la T en lín. 2 y 4, no podemos desechar la posibilidad de que ese rasgo inicial de lín. 3 sea efectivamente una F, pues la probable secuencia ANC que le sigue, por más que la C sea dudosa, consentiría desarrollar an(norum) C+[17] y —además de permitir corroborar el carácter funerario del epígrafe— esperar que el trazo que le siga complete el numeral relativo a la edad.

A partir de la lín. 4 la lectura se complica aún más: tanto si se asume la primera posibilidad de las dos señaladas para la lín. 3, que implicaría —como mucho— la presencia de un genitivo que señalase la filiación del supuesto dedicante, como la segunda, que supondría leer aquí el nombre, único, del dedicante, lo cierto es que los rasgos visibles no parecen acomodarse a ningún antropónimo constatado en la epigrafía peninsular: los trazos centrales —ATV— se avendrían al popular Caturo[18], pero su lectura es impedida por el que le antecede (que pudiera ser una S) y el que le sigue (que parece corresponder a una A, de factura semejante a la previa de la misma línea).

En lín. 5 sería posible, aún con muchas dudas, leer patri, de suerte que pudiéramos estar ante la relación de parentesco que uniría al presumible dedicante registrado en lín. 3-4 —o solo 4— con el difunto. En lín. 6 los rasgos conservados no permiten plantear hipótesis de lectura satisfactorias y que adquieran sentido entre la aparente secuencia patri suo que parece se deduce de la línea que antecede (lín. 5) y la línea que le sigue (lín. 7).

Nuestra lectura es, como ya se adelantó, altamente hipotética y en absoluto satisfactoria y, por lo mismo, no aconseja ofrecer aproximaciones cronológicas.

5. Conclusiones

Las inscripciones analizadas, y en especial las dos primeras, cuyas lecturas no plantean excesivos problemas, contribuyen a ampliar la ya abultada nómina de antropónimos indígenas del conjunto epigráfico de Turgalium, aportando nuevos testimonios de nombres sobradamente conocidos y muy populares en el registro epigráfico de la Lusitania, tales como Ambatus y Camalus, y de otros menos atestiguados, pero ya documentados en el mismo registro, como Cuntirus.

Del mismo modo, estos sencillos epígrafes funerarios han permitido identificar a individuos que presentan estructuras onomásticas típicamente peregrinas (Ambatus Camali f., Tapila Cuntiri f. y Avellius Bo[- - -]ti f.), que no son en absoluto extrañas en el área central y septentrional de la Lusitania, fundamentalmente en la secuencia cronológica en la que creemos deben insertarse las inscripciones analizadas.

Desde un punto de vista material, es de lamentar que la segunda de las piezas presentadas no se conserve completa, pues en su parte superior, como se dijo, se advierte un tosco creciente lunar, elemento decorativo usual en la estelas funerarias cacereñas y documentado, con variantes de ejecución diversas, en piezas procedentes de las localidades del entorno inmediato, como Aldeacentenera (Esteban & Ramos 2018), Deleitosa (HEp 2013, 107), Madroñera (CILCC II 633) y, por supuesto, Trujillo (CILCC II 800).

Del mismo modo, resulta de interés destacar que los tres epígrafes han sido elaborados en pizarra o esquisto pizarroso; máxime teniendo en cuenta que, de acuerdo con Esteban y Ramos (2021), son muy escasas en la provincia de Cáceres las inscripciones funerarias ejecutadas en este material; de hecho, los autores indican que existen solo seis testimonios, procedentes —de acuerdo con sus datos— de Brozas (CILCC I 110, del territorium de Norba), Logrosán (CILCC II 162, del territorium de Turgalium)[19], Monroy (CILCC I 231, del territorium de Norba), Nuñomoral (CILCC III 1001 (del territorium de Capera), Villamesías (CILCC II 861, del territorium de Turgalium) y Zorita (CILCC II 902, del territorium de Turgalium), a los que suman el epígrafe de Madroñera que dan a conocer en su artículo; a ellos debe añadirse, además, otra estela de Monroy (por tanto del territorio de Norba) publicada con posterioridad (Esteban 2022). Con estos tres nuevos monumentos que aquí presentamos queda de relieve que el uso de este material, con dichos fines, si bien minoritario, no fue extraño en el territorio de la antigua Turgalium, donde se concentran ya seis ejemplares. Señalaban los mismos autores en el trabajo citado que las inscripciones realizadas en pizarra «suelen ser elaboraciones muy toscas, impropias de cualquier taller que se precie y elaboradas seguramente también en el entorno familiar»; la tosquedad es, en efecto, evidente en dos de los epígrafes aquí presentados, pero no en el tercero —el que porta el creciente lunar— que está trabajado con cuidado, si bien condicionado por el material.

Bibliografía

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Barbero Mateos, J., 2015, «Piedra, espacio y tiempo en los llanos de la Tiesa. Elementos arqueológicos en Torrecillas de la Tiesa. Apuntes para un catálogo comarcal», en: XLIII Coloquios Históricos de Extremadura. Dedicados a Luisa de Carvajal y Mendoza en el IV Centenario de su muerte (Trujillo, del 22 al 28 de septiembre de 2014), Trujillo, 85-110 [disponible en: https://www.chdetrujillo.com/wp-content/uploads/2014/Barbero-Jesus.pdf., cuya paginación se sigue aquí].

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Vallejo, J. M.ª, 2005, Antroponimia indígena de la Lusitania romana (Anejos de Veleia, series Minor 23), Vitoria-Gasteiz: UPV/EHU.

[1] El territorium de Turgalium ha sido definido por Esteban Ortega del siguiente modo: «abarca desde los ríos Tamuja y Gibranzos por el Oeste extendiéndose hasta la comarca de Las Villuercas que, siguiendo el arco formado por la Sierra de las Corchuelas, harían frontera por el Este con el territorio augustobrieguense (sic). Por el Norte el Tajo sirve como frontera natural y al Sur los límites provinciales actuales» (en CPILC II, p. 9).

[2] Para Ambatus, -a: Abascal 1994, 269-271; OPEL I, 92; Atlas 83-84; Vallejo 2005, 134-140; para Camalus, -a: Abascal 1994, 269-271; OPEL II, 27; Atlas 130; Valle­jo 2005, 249-255. De acuerdo con Gorrochategui & Vallejo (2003, 364), Camalus, -a es, en Lusitania, el tercer nombre indígena mejor representado, mientras que Ambatus ocupa el puesto n.º 10 en el listado de nombres más frecuentes. Véanse, igualmente, los registros lusitanos, actualizados, en la base de datos ADOPIA [http://adopia.huma-num.fr/names/512 y 141, respectivamente; consultada el 8-10-2022].

[3] CILCC II 453 (Berzocana); CILCC II 595 (Jaraicejo); CILCC II 692 y 696 (Santa Cruz de la Sierra) y CILCC II 769 (Trujillo). Datos tomados de http://adopia.huma-num.fr/names/512 [página visitada el 8-10-2022].

[4] Para ese nombre véase Abascal 1994, 523; OPEL IV, 107; Atlas 316; Vallejo 2005, 423-424; http://adopia.huma-num.fr/names/1860 [consultada el 8-10-2022].

[5] CILCC IV 1197 (Coria, Cáceres), EFRBI 176 (Idanha-a-Velha, Idanha-a-Nova, Castelo Branco) y HEp 13, 2003-2004, 573a (Yecla de Yeltes, Salamanca); datos tomados de http://adopia.huma-num.fr/names/725 [página visitada el 8-10-2022]. Cf. Abascal 1994, 340; OPEL II, 87; Atlas 157; Vallejo 2005, 298-299.

[6] Una vez corregida la lectura del epígrafe correspondiente a CILCC II 645, de Plasenzuela, Cáceres (donde antes se leía Avilius —de donde Atlas 107— se lee ahora Avitius), resta únicamente el testimonio registrado, en femenino (Avilia), en un epígrafe funerario de Miranda do Douro, Bragança (AE 1987, 569 = HEp 3, 1993, 451; cf. Abascal 1994, 292).

[7] Abascal 1994, 291; OPEL I, 221-222; Atlas 105-106; Vallejo 2005, 197-198.

[8] CILCC II 449 (de Aldeacentenera, en femenino: Avelea), CILCC II 582 (de Ibahernando, en la filiación: Aveli) y CILCC II 690 (de Santa Cruz de la Sierra; también en genitivo). [Datos tomados de http://adopia.huma-num.fr/names/321; página visitada el 8-10-2022].

[9] Abascal 1994, 303-304; OPEL I, 142; Atlas 117-119; Vallejo 2005, 216-222. Según Gorrochategui & Vallejo (2003, 364), Boutius, -a es el segundo nombre indígena mejor representado en la epigrafía de la Lusitania (véase, también, http://adopia.huma-num.fr/names/415; consultada el 8-10-2022).

[10] CILCC II 406 y 410 (de Abertura), CILCC II 463 (de Campolugar), CILCC II 725 y 784 (de Tru­jillo) y Esteban & Ramos 2021 (de Madroñera, en femenino: Boutia).

[11] Ciertamente, el listado de antropónimos constatados hasta la fecha en el ámbito de la Lusitania que podrían adecuarse a los restos conservados no es excesivamente amplio, limitándose a Bovat(i)us (Marialva, Meda, Guarda; AE 1985, 528) y Boucatus (San Vicente de Alcántara, Badajoz; AE 2014, 594; HEp 2014-2015, 107) [muestreo realizado a partir de http://adopia.huma-num.fr/es/atlas; página visitada el 8-10-2022].

[12] Véase, por ejemplo, CILCC II 410, de Abertura: Cabura / Bouti f(ilia) / h(ic) s(ita) e(st) / Caturo / Tafi f(ilius) d(e) s(uo) f(ecit).

[13] Barbero 2015, 7. El autor considera también la posibilidad de que se trate de un elemento prerromano reutilizado.

[14] Se podría pensar en algún nombre formado sobre el radical Cunt-, que parece característico de Lusitania (Vallejo 2005, 298-299); sea como fuere, lo cierto es que el único antropónimo documentado hasta la fecha, Cuntirus, parece excesivamente largo para el espacio conservado.

[15] Por lo que cabría considerar, como opciones, Cumelius y Cum(i)us, nombres presentes, aunque con un único registro en el caso del segundo, en Lusitania (Abascal 1994, 340; Atlas 156; Vallejo 2005, 298; http://adopia.huma-num.fr/names/724 y 723, respectivamente [página consultada el 8-10-2022]).

[16] Cf. Abascal 1994, 335, que registra solamente cuatro testimonios, uno en la Baetica, otro más en Lusitania (véase Atlas 154 y http://adopia.huma-num.fr/names/692 [página visitada el 8-10-2022]) y dos en la Hispania citerior; estos datos se pueden completar con la consulta de las bases de datos que, si bien amplían el registro de este cognomen en la Hispania Citerior, que suma dos nuevos registros, confirman su escasa representación [datos tomados de https://db.edcs.eu/epigr/epi_ergebnis.php y http://eda-bea.es/pub/search_select.php; consultadas el 8-10-2022].

[17] No faltan centenarios en el propio conjunto turgaliense, así CILCC II 760, de Trujillo, entre otros.

[18] Caturo es el décimo segundo nombre indígena con mayor representación en la Lusitania (Gorrochategui & Valle­jo 2003, 364; http://adopia.huma-num.fr/names/565 [página consultada el 8-10-2022]).

[19] No obstante, la referencia que indican los autores a pie de página corresponde a un epígrafe de Madrigalejo, efectivamente ejecutado en pizarra.