A vueltas con la palabra celtibérica kortika/gortika*

About the Celtiberian word kortika/gortika

Carlos Jordán Cólera**
Universidad de Zaragoza

Resumen: La palabra kortika / gortica aparece en seis documentos escritos en lengua celtibérica, cinco téseras de hospitalidad y el bronce de Luzaga, un documento de hospitalidad también. Desde muy temprano, se relacionó con la raíz *gʰer- «coger, tomar, recoger», que aparece en latín hortus «jardín», osco húrz, etc., irlandés antiguo gort «campo», galés medio garth «campo, corral», bretón antiguo gorth «corral», griego χόρτος «sitio cerrado», gótico gards «casa (como una propiedad vallada)». En uno de sus trabajos, J. Untermann planteó la posibilidad de que gortika «publica» (en latín) fuese un adjetivo derivado de un teórico *gorta «ciudad, comunidad». Dicha palabra ha aparecido en una nueva tésera celtibérica publicada en 2021. En este trabajo el autor revisa la etimología, la estructura morfológica de GORTA y gortika. Desde el punto de vista etimológico plantea que su significado originario está más cerca de los adjetivos latinos ciuica o ciuilis. También revisa la morfología y etimología de otras palabras que aparecen en diferentes documentos celtibéricos: gortono- (gortono, gortonei), korzonei, kortonikum y Cordono. A su juicio, las dos primeras están efectivamente relacionadas con GORTA y gortika, duda de la relación con kortonikum y está casi seguro de que CORDONO no pertenece a esta familia léxica.

Palabras clave: Téseras celtibéricas, gorta, kortika/gortika, gortono-.

Abstract: The word kortika / gortica appears in six documents written in the Celtiberian language, five hospitality tesserae and the Luzaga bronze, which is also a hospitality document. Early on, kortika / gortika was linked to the root *gʰer- «to seize, grab, enclose», found in Latin hortus «garden», Oscan húrz, etc., Old Irish gort «field», Middle Welsh garth «field, pen», Old Breton gorth «pen», Greek χόρτος «enclosed place», and Gothic gards «house (as fenced property)». In 1997, J. Untermann proposed that gortika, meaning «publica» (in Latin), was an adjective derived from a theoretical noun *gorta «city, community». This word has recently been identified in a new Celtiberian tessera published in 2021. In this study, the author revisits the etymology and the morphological structure of GORTA and gortika. From an etymological perspective, he argues that their original meaning is closer to the Latin adjectives ciuica or ciuilis. Additionally, he examines the morphology and etymology of other words found in Celtiberian documents, including gortono- (gortono, gortonei), korzonei, kortonikum and CORDONO. In his view, the first two are indeed related to GORTA and gortika, he expresses doubt about the connection with kortonikum, and he is almost certain that CORDONO does not belong to this lexical family.

Keywords: Celtiberian tesserae, gorta, kortika/gortika, gortono-.

 

* Este trabajo se ha realizado en el marco del proyecto de investigación Del Ebro al Rubicón. La cultura escrita de la Hispania Citerior en el contexto del Mediterráneo noroccidental (III a. n. e. - III d. n. e.) (PID2023-147581NB-I00), financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España. Queremos agradecer a los Drs. E. Benelli, A. I. Magallón García y M. Á. Rodríguez Horrillo la ayuda que nos han prestado para llevar a cabo este trabajo. Ocioso es decir que todo error es únicamente imputable al autor.
Las referencias a las inscripciones celtibéricas se hacen según Hesperia. Banco de datos de lenguas paleohispánicas (http://hesperia.ucm.es).

** Correspondencia a / Correspondence to: Carlos Jordán Cólera, Universidad de Zaragoza, Departamento de Ciencias de la Antigüedad, Facultad de Filosofía y Letras, C/ Pedro Cerbuna 12, 50009-Zaragoza – cjordan@unizar.es – http://orcid.org/0000-0002-2986-1344.

Cómo citar / How to cite: Jordán Cólera, Carlos (2025), «A vueltas con la palabra celtibérica kortika/gortika», Veleia, 42, 167-183. (https://doi.org/10.1387/veleia.26902).

Recibido: 10 septiembre 2024; aceptado: 22 octubre 2024.

ISSN 0213-2095 - eISSN 2444-3565 / © 2025 UPV/EHU Press

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1. Introducción

En cinco téseras escritas en lengua celtibérica aparece la palabra kortika / gortika:

[CU.01.01] libiaka kortika kar

[SP.02.14] turiaznka kortika

[NA.08.02] uaraka kortika

[SP.02.06] otoni antoros biltirei kortika

[SO.06.02] taruodure+ka · dureita / esainis · gortika / usama · andos / saikios · baisais / kaldaikikos.

El último caso, si es que realmente es una tésera propiamente dicha, está escrito en el sistema dual de escritura, lo que permite confirmar que el contenido fónico de kortika era aproximadamente ['gortika].

Volvemos a encontrar gortika en el bronce de Luzaga [GU.01.01], una tabula de contenido hospitalario con bastante seguridad: aregoratikubos · karuo · genei / gortika · lutiakei · augis · barazioka / erna · uela · tigerzetaz · so / ueizui · belaiokumkue / genis · garigokue · genis / sdam · gortikam · elazunom / karuo · tegez · sa · gortika / teiuoreigis.

2. Sobre la etimología de kortika / gortika

Desde el punto de vista etimológico, la línea principal de investigación sobre esta palabra, personificada por G. Bähr, U. Schmoll y J. Untermann, se centró en la raíz *gher- «coger, tomar, recoger» (IEW 442: 4. ǵher- «greifen, fassen, umfassen, einfassen»; LIV 177: *ǵʰer- «nehmen, holen»), que podemos encontrar en el latín hortus «jardín», osco húrz, etc., irlandés antiguo gort «campo», galés medio garth «campo, corral», bretón antiguo gorth «corral», griego χόρτος «sitio cerrado», gótico gards «casa (como una propiedad vallada)». Esa misma raíz, con un alargamiento -dh-, *gherdh- (IEW 444: ǵherdh- y gherdh- «umfassen, umzäunen, umgürten»; LIV 197: gʰerdʰ- «umschliessen, umgürten»), es la que se contempla también para la forma germánica reseñada y para la del eslavo antiguo gradъ «ciudad» (Wodtko 2000, s.u. kortika; Jordán 2019, 259-268).

Bähr 1948, 433 pensaba que gortika, que él transcribía como qo.r.ti.ca, podría tener el significado de «ciudad», a partir de un proto-celta *gort-, que comparaba con el latín hortus, más un sufijo -ika. Lo consideraba un sustantivo, de hecho unas líneas más adelante propone la traducción «diese Stadt» para la secuencia ś.a qo.r.ti.ca, esto es, sa gortika, cuyo acusativo sería ś.ta.n. qo.r.ti.ca.n (sdam gortikam), con una dental en el demostrativo para la que no encontraba explicación.

Schmoll 1959, 39, n. 2 varió el análisis morfológico y consideró que cortica en su transcripción era un adjetivo, cuya traducción más ajustada, siguiendo a Bähr, sería «urbana, publica». Y así, la secuencia caruo(s) cortica vendría a significar «tessera publica». No es el momento de entrar ahora en analizar caruo(s), que seguramente es un antropónimo (para lo que uid. Jordán 2019, 724 y 844-845), ni tampoco en el análisis de stan, como verbo, «sistunt (stiterunt)» en la traducción de Schmoll, que tiene todo el aspecto de ser un demostrativo (Jordán 2019, 230-233).

Untermann (Beltrán et alii 1996, 120), en la línea de Schmoll, también pensaba en un significado de publicus, -a, no solo para kortika, sino también para kortikos [Z.09.03, I-55]: I-54. burzu · atokum I-55. aualos · kortikos I-56. amu · kankaikiskum. En el caso del tercer bronce de Botorrita podría indicar, a su juicio, el título de algún funcionario público o de un publicus, como seruus publicus. Además, relacionaba kortika con la palabra korta que aparece en el Bronce Res [SP.02.08, B-2] y planteaba la posibilidad de que esta última fuese el nominativo plural neutro, *gorta, de un teórico *gortom, cuyo significado vendría a ser el de «ciudad, ciuitas», pensando en el paralelo latino castrum / castra. Muy poco después, Untermann 1997, 561 consideraba posible el análisis de korta < *gʰor-tā, como un nominativo singular femenino, siempre dentro de la etimología planteada por Bähr-Schmoll y con un significado «Stadt» o «Stadtgemeinde, res publica». El contenido fónico de korta vendría a ser, pues, [gortā]. Desde el punto de vista morfológico, en ambos casos, estaba proponiendo una formación con la raíz en grado o y el sufijo -to- o el sufijo -- (Wodtko 2000, s. u. korta; Irslinger 2002, 258 y 330). A los primeros se los denomina sustantivos tipo νόστος (García Ramón 2016). Son nombres masculinos y designan una acción o el resultado de una acción. Es decir, de la raíz verbal *gher- con un significado originario «coger, tomar, recoger», de donde «encerrar», se formaría un sustantivo *gʰor-to-, que podríamos “traducir” al español como «encierro», en tanto acción, y «encerramiento», en tanto resultado (en el DRAE s. u. encierro aparece como primera acepción «acción y efecto de encerrar», al igual que s. u. encerramiento. Utilizamos ambos términos aquí para diferenciar los dos significados, máxime cuando la tercera acepción de encerramiento, ya desusada, es «coto o término cerrado, para pastos u otros usos»).

A día de hoy podemos decir que la derivación *gorta gortika, que se adivinaba en Schmoll y planteó expresamente Untermann, era acertada, gracias al epígrafe contenido en una tésera procedente de Briviesca (BU), antigua Virovesca [BU.07.02]: ROLENICAS GORTAS CAR (Martínez-Chico & Prósper 2021; Jordán 2022, 292-296).

Los editores de la pieza, Martínez-Chico & Prósper op. cit., 180, prosiguen en la línea de Bähr, Schmoll y Untermann de que GORTA / gorta / korta es una forma de la raíz *gher- «coger, tomar, recoger», aunque incluyen el siguiente matiz morfológico. En realidad, el sufijo *- está conformado por el sufijo *-eh2, formador de abstractos verbales y colectivos, de modo que *gʰort-eh₂ es un colectivo del temático *ghor-to- (Irslinger 2002, 327-329). El significado originario de *gortā vendría a ser «lugar cercado, recinto» («enclosure, precint») que derivaría al de «municipio». A su vez, el adjetivo *gortiko- significaría «relacionado con la ciudad», de donde «público» (literalmente dicen: “GORTAS is accordingly likely to mean «municipality», and the adjective *gortiko- means «related to the city» > «public» (a translation which must be credited to Schmoll 1959, 39, fn. 2: «urbanus, publicus»)”).

Desde el punto de vista morfológico y sintáctico el análisis del epígrafe ROLENICAS GORTAS CAR es sencillo: aparece el sustantivo CAR, nominativo singular de un tema en -r, núcleo del mensaje, del que depende el sintagma ROLENICAS GORTAS, cuyo núcleo, GORTAS, es el genitivo del singular de un tema en -a, con el que va concordando el adjetivo ROLENICAS, derivado de un teórico topónimo *Rolena (pensando que sea también un tema en -a). Es decir, que el epígrafe en cuestión viene a decir «tésera de la ciudad rolénica».

Una construcción alternativa a esta sería ROLENICA GORTICA CAR, en donde en lugar del sustantivo GORTA se utilizaría el adjetivo derivado GORTICA, concordando con CAR, con la que también iría concordando ROLENICA, cf. libiaka kortika kar [CU.01.01].

Si el análisis etimológico expuesto hasta ahora aquí, según el cual el par *gʰortā / *gʰortika está relacionado con *gʰor-to- «lugar cerrado», es cierto (y pensamos que lo es), y se acepta la doble interpretación de Schmoll, GORTICA está más cerca semánticamente hablando de la palabra latina urbāna, «de la urbe o ciudad, que pertenece a la urbe o ciudad» (lo mismo que su sinónimo urbicus, -a, -um), que de publica «del pueblo, que pertenece al pueblo [populus]»; y, por lo tanto, hay que acercar GORTA a urbs. Sea cual sea la etimología de este sustantivo latino, parece que hace referencia a un concepto espacial, que acaba siendo la sede física, rodeada habitualmente de murallas, donde se asentaba el populus (Hadas-Lebel 2015, 239-240).

De las principales etimologías que se han propuesto para urbs, al menos dos hacen referencia a ella como un lugar cercado y, por lo tanto, encerrado, en sus primeros momentos. Georgiev 1938 (con algún posible precedente que nos ha sido imposible encontrar) planteó que urbs podía proceder de *ghordhis, cf. lituano gardìs «puerta, reja», žar̃dis «pasto para caballos, pasto cercado», prusiano antiguo sardis «cerca», o ghordhos, que ya hemos visto a propósito de eslavo antiguo gradъ. Es decir, que GORTA y urbs estarían radicalmente relacionadas. La evolución sería: *ghordhis > *hurbis > *hurbs > urbs, con los mismos pasos en el caso de ghordhos. Confesamos nuestro deseo de que fuera cierta esta propuesta. Sin embargo, compartimos las dificultades fonéticas que encuentra Driessen 2001, 52-53, para aceptar esta equiparación, sobre todo la referida a la resolución de la velar sonoro-aspirada inicial y el cierre de la o. Menos problemática resulta la transformación de la dental sonoro-aspirada.

Driessen op. cit., por su parte, plantea partir de *u(o)rbʰ-(i-) «cercado», en referencia originariamente al «área delimitida para realizar auspicios». De allí, en latín, urbs pasó a designar de manera general a la ciudad en sentido físico.

3. Una precisión semántica

Dado el tipo de documento que creemos que es una tessera celtibérica (o parte de ellas), a todas luces de carácter oficial en las que en muchos casos está implicada una comunidad, es bastante improbable que su significado se circunscriba al aspecto físico, «asentamiento» y no se extienda al institucional. Se hace necesario, pues, aceptar una deriva semántica hacia ese sentido y que se mantengan los dos significados, «asentamiento» (urbs) e «institución» o que acabe privilegiándose este último. Entonces hay que poner en paralelo GORTA con el ciuitas latino, en tanto que «ciudad», resultado, como es sabido, de la concreción de su significado abstracto originario, «ciudadanía» o, al menos, eso suele aceptarse.

Creemos que prueba de ello es la referencia en los documentos epigráficos oficiales de la época y del entorno a comunidades indígenas, de contenido en algún caso cercano. Así sucede en la tésera de Herrera de Pisuerga (Valladolid) [HAE 2452] en donde se habla de la ciuitas Maggauiensium; en la tésera de Palencia [CIL II 5763 (p 1050)], en donde aparece la ciuitas Palantina; y en la Tabula Contrebiensis [CIL I 2951 a], donde se hace mención de la Sosinestana ciuitas. Las estructuras sintácticas en que aparecen referidas estas comunidades son [ciuitas + genitivo del plural del localicio referido a los habitantes], [ciuitas + el localicio referido a la comunidad] y [el localicio referido a la comunidad + ciuitas]. Mientras que de los dos primeros conocemos otros casos en la Península, el último es único, de momento. Es el que aparece en ROLENICAS GORTAS, lo que nos hace pensar que en la tabula se mantuvo el orden sintáctico celtibérico.

Si GORTA es parangonable con ciuitas, gortika lo sería con los correspondientes adjetivos latinos cīuīlis, -e y cīuĭcus, -a, -um, derivados de cīuis, no de cīuĭtas. Vine 2006 ha planteado que el sustantivo cīuis es en origen un abstracto, tema en -i, pendant de un tema en -o, *keiwo- «próximo socialmente», con un formante pronominal *ki «este (aquí)» + -wo-. En un primer momento *keiwis significaría «proximidad social», de donde derivaría por un proceso de concreción a «sociedad», entendida como un «grupo de gente socialmente próximo». De esta manera se entiende que cīuīlis, -e y cīuĭcus, -a, -um, los derivados de cīuis, signifiquen «relacionado con la sociedad, con el orden civil» más que con el «ciudadano en sí». Posteriormente, mediante un proceso de individualización cīuis paso a significar «ciudadano». Así, pues, habría que interpretar gortika como cīuīlis o cīuĭca.

Además, a este significado etimológico habría que sumar el contextual-institucional. Es decir, en las téseras en las que apareciese (o no) estaba indicando que era un documento que estaba relacionado con una sociedad ciudadana concreta, indicada por el adjetivo u otra referencia toponímica, en tanto en cuanto el poseedor podía disfrutar de los mismos derechos que los nativos de la comunidad, que obviamente no necesitaban dicho documento ni ningún otro que los identificase como tales.

4. Una precisión morfológica

Hasta ahora estamos considerando que gortika es un adjetivo. La razón principal es la interpretación morfo-sintáctica de [CU.01.01] libiaka kortika kar, donde el aspecto de kortika es el de un adjetivo que concuerda con libiaka y kar.

En [SP.02.14] turiaznka kortika, [NA.08.02] uaraka kortika, [SP.02.06] otoni antoros biltirei kortika, debemos suponer que kar no está expreso.

En [SO.06.02] taruodure+ka · dureita / esainis · gortika / usama · andos / saikios · baisais / kaldaikikos desconocemos su análisis sintáctico. En el bronce de Luzaga [GU.01.01], tampoco sabemos con exactitud su estatus sintáctico en la línea 2, mientras que en la línea 6, sdam gortikam y la línea 7, sa gortika, la concordancia que presenta apunta a que esta palabra no parece un adjetivo. De hecho, no parece que vaya concordando con ningún sustantivo. La solución para estos dos últimos documentos podría pasar por pensar que estamos ante una sustantivación de ese adjetivo por braquilogía que afecta a kar. A partir de libiaka kortika kar «tésera ciudadana libiense» [i.e. tésera que otorga la ciudadanía libiense] libiaka kortika (sc. kar) «(sc. tésera) ciudadana libiense» [i.e., la que otorga la ciudadanía libiense] kortika «la (sc. tésera) ciudadana (libiense)» [i.e., la que otorga la ciudadanía].

¿Y si kortika/gortika no fuese un adjetivo y fuese un sustantivo? Esta idea remonta nada más y nada menos que a Hübner 1893, 172, para el que, qrtca (en su transcripción), debido a su variación morfológica en el bronce de Luzaga y a su aparición en la tésera [CU.01.01], “apparet appellativum esse, non nomen proprium”. Tovar 1948, 31 aceptó en un primer momento este análisis y estableció la relación con la mencionada raíz *gʰer-, que presentaría una ampliación -t. También aludió a una posible relación con *kor-, cf. gr. κοίρανος «general, rey, señor», gótico harjis «ejército», irlandés antiguo cuire «tropa, ejército», galés cordd «tribu, clan, tropa» (IEW s. u. koro-s, koryo-s «Krieg, Kriegsheer»; koryo-no-s «Heerführer»). La segunda posibilidad queda eliminada actualmente porque sabemos que la velar debe ser sonora.

Sí que se ajusta desde el punto de vista fonético la propuesta de De Bernardo 2000. Según la autora kortika era un abstracto en , derivado con un sufijo velar a partir de *gʷʰorti- «calor», de significado igual al latín fauor. Consideraba que en karuo gortika de Luzaga, la primera palabra era el genitivo de *karuom, de la raíz *kar- «amar», de la que quedaría en el resto de documentos kar como abreviatura. Traducía el sintagma kortika kar como amicitiae favor. No compartimos el análisis de kar como abreviatura de karuo, ni tampoco el etimológico de kortika.

Retomando la propuesta de Tovar, podría pensarse en una formación originaria *gʰor-ti-kā con el sufijo recién indicado. Dos inconvenientes surgen. El primero es que es un derivado sobre un tema *gʰor-ti- con la raíz en grado -o-. Así, por ejemplo, Irslinger 2002, 191, expresa su reparo a la restitución *kortika que llevaba a cabo Meid 1994, 38-39, por esa razón (la raíz según este autor es otra). Es cierto que es una cosa poco habitual en el panorama indoeuropeo, pero no imposible con estas construcciones con sufijo *-ti-. En latín existe un reducidísimo grupo de palabras con ese sufijo que presentan la raíz en grado -o-: hostis < *gʰos-ti-s, mōns < *mon-ti-s, fōns < *dʰon-h2-ti-s (Vine 2004, 374-376; dejamos aparte por problemas etimológicos frōns y pōns, incluidos por Weiss 2009, 316).

El segundo problema es la necesidad de restituir una nueva proto-forma *gʰor-ti- junto a *gʰor-to-. Ahora bien, quizá haya algún dato indirecto que nos permita mantener ambas y es la pareja gortonei / gorzonei, si, como se verá, no son realmente variantes dialectales.

Con la cantidad de textos que tenemos en la actualidad, quizá no haya que eliminar la idea de que gortika fuese un abstracto con el sufijo velar -kā. Su significado sería entonces equiparable al originario del latín ciuitas, «ciudadanía». El único texto que entonces exigiría una explicación sintáctica sería [CU.01.01] libiaka kortika kar. La solución pasaría por una construcción apositiva, tipo «tésera ciudadanía libiense». En el resto de téseras, la braquilogía operaría sobre kortika: libiaka kortika kar «tésera ciudadanía libiense» *libiaka (sc. kortika) kar «tésera (sc. ciudadanía) libiense» (sc. libiaka kortika) libiaka «(sc. tésera ciudadanía) libiense».

Una construcción paralela a gortika como sustantivo sería toutika [SO.03.01]. A partir de una base toutio- se añadiría el sufijo -ika para indicar el sustantivo abstracto con el mismo significado de «ciudadanía», según De Bernardo (Jimeno et alii 2010). Es la única palabra que aparece en el epígrafe. Obviamente, el análisis como adjetivo es también viable. En cualquiera de los dos casos, sustantivo o adjetivo, llama la atención la no indicación de la comunidad a que ese refiere. Queda en el aire ese dato, así como saber qué diferencia habría entre uno y otro sustantivo (gortika/toutika «ciudadanía») o adjetivo (gortika/toutika «ciudadana», «que otorga la ciudadanía»).

En cualquier caso, si kortika/gortika es un adjetivo, es de género gramatical femenino, y su masculino entonces es kortikos/gortikos. Una secuencia kortikos aparece en el tercer bronce de Contrebia Belaisca (Botorrita), [Z.09.03, I-54/56]: burzu · atokum / aualos · kortikos / amu · kankaikiskum. Untermann (Beltrán et alii 1996, 120 y 1997, 587), ya lo hemos adelantado, planteó la posibilidad de que fuese el título de algún funcionario público o de algún publicus, en el sentido de un seruus publicus. Pero el mismo autor admitía que podría tratarse de un simple antropónimo yuxtapuesto a aualos y amu, los tres del grupo familiar de los kankaikiskum. Parecía decantarse por la primera opción, dada la escasez de paralelos antroponímicos indígenas en la península ibérica. Y en esto no le faltaba razón, pues no existen. Fuera de ella podría traerse a colación el antropónimo en Panonia Cortilus, considerado por Meid 2005, 227, celta, a partir de *kor-to-, de *(s)ker- «(re)cortar», haciendo referencia a su corta estatura y carácter rechoncho. Si este fuese un paralelo válido de kortikos, habría que leerlo [kortikos] y entonce sería difícil conectarlo etimológicamente con [gortikos]. El tercer gran bronce de Contrebia Belaisca no está escrito en sistema dual, con lo que kortikos puede estar encubriendo [kortikos], [kortigos], [gortikos], [gortigos], sin tener en cuenta la posibilidad de un grupo muta cum liquida inicial [kro-] o [gro-].

En el Bronce de Novallas [Z.02.01, -5] aparece la secuencia ODAS PVBLICVS que hay que interpretar como un sintagma en acusativo del plural. El determinado, ODAS, lo es de un tema en dental y el determinante, PVBLICVS, del correspondiente adjetivo de tres terminaciones *publikos, -a, -om. Este adjetivo también aparece en la línea 2, ODAS PVBLI-, que parece la misma secuencia; línea 3, PVBLIC+[-1] antecedido de LITANOM; y en la muy fragmentaria línea 10, PVBḶ[-1-2-]. Ha sido considerado un préstamo del latín pūblicus, -a, -um (Beltrán et alii 2021, 125-127). Este adjetivo es, hasta donde se sabe, estrictamente latino y está derivado de pŏpulus (con algún problema de explicación para la -ū- de la forma clásica, cf. EDLIL s.uu. populus y pūbēs, -is), sustantivo que también está testimoniado en umbro (entre otras formas poplom, puplum). Parece que hacía referencia en un principio a un conjunto de personas, en concreto, el que podía portar armas y luego fue derivando a un significado más neutro de «pueblo» en cuanto conjunto de personas (cf. LEW s.u.; DÉLL s.u.; EDLIL s.u.; WOU s.u.; Hadas-Lebel 2015). La cuestión que se plantea es: si gortikos, -a, -om, parece estar más cercano a ciuicus, ciuilis, entonces, ¿qué significa o a qué equivale *publicos? Dado el documento y la expresión en el que aparece, podemos especular que este adjetivo poseía una dimensión jurídica, como opuesto a priuatus, que era desconocida para los celtíberos o que, al menos, no cubría gortikos.

5. Una caución etimológica

La palabra gorta, korta, presenta en los diferentes dialectos vascos significados como «ejido, campo común de todos los vecinos, donde suelen reunirse los ganados y establecerse las eras», «terreno de un particular rodeado de monte comunal», «cuadra», «establo, cuadra de bueyes», «parte trasera de una casa», «sel» (OEH s. u. korta; DEV s. uu. gorta y korta). Este apelativo también es utilizado tanto en la antroponimia como la toponimia: Gortari, Gortázar/Cortázar, Azcargorta, Algorta/Alcorta, Corta, Cortabarría, etc. (Michelena 2011, s. u. gorta «ejido», «cuadra» y korta «sel», «cuadra», «establo»).

La etimología más aceptada es considerar gorta / korta un préstamo del (latino-)romance corte, que procede del latín cohors, cohortis y en cuya etimología está implicada “nuestra” raíz *gʰer-, *kom-gʰr̥-ti- (EDLIL s. u. cohors).

La posibilidad de considerar un préstamo desde el celtibérico u otra variedad hispano-celta gorta es difícil. Michelena 1974, 191 daba expresamente esta palabra, g- / korta «sel» «cuadra» < corte, junto a ahata «pato» < anate o padura «marisma» < padule, los tres préstamos latino-romances, como ejemplos del paso de -e > -a en vizcaíno y en todo el vasco occidental, frente a la conservación de la vocal anterior en el resto. Se trataba de una innovación vizcaína, inducida por motivos morfológicos, más que fonéticos (para esta cuestión, Michelena 1990, 128). En dialectos orientales, como el salacenco y el roncalés, la forma es gorte (OEH, s. u. korta), así como los antropónimos navarros tipo Gorteuerrieta (Irache 1283), Gorteburu (1300) (Michelena 20115, s. u. gorta «ejido», «cuadra»).

6. ¿Un paralelo de gorta fuera de la península ibérica?

Es posible que existiese un cognado de gorta en la Antigüedad. Se trata de la población etrusca Hortanum, que Plinio NH 3.52 cita y que tiempo después refiere Paulo Diácono HL 4.8 como Horta, identificada con la actual Orte (por ejemplo, ya Smith 1845, s. u. Horta u Hortanum; para el texto pliniano, Winkler & König 2002, 238; para el texto de Paulo MGH SS rer. Germ. in us. schol. 48, 1878, 146, ya con esa localización y diferentes lecturas del topónimo).

Es evidente que el hecho de que la ciudad sea etrusca no quiere decir que el topónimo también deba serlo. No es extraño ver que dicho nombre se relacione con un hipotético teónimo etrusco Hurta /Horta, diosa, casualmente, de la vegetación, cuya existencia, precisamente, se basa en la del topónimo (por ejemplo, Smith, op. cit.). No existe ninguna referencia en las fuentes etruscas a dicha divinidad.

Siguiendo con las fuentes etruscas, una referencia indirecta al topónimo podría ser el gentilicio hurtates, en Tarquinia (CIE 10009; TLE s. u. hurtates), que tendría su origen en el localicio conformado con el sufijo -ate, basado este, a su vez, en el topónimo en cuestión *hurta (Massarelli 2009, 155).

Quizá relacionados etimológicamente también se hallen los matrónimos hurtual, de nuevo en Tarquinia (SE XXXIII, 475; TLE s.u. hurtual) y hurtinial, en Ponte Felcino, Perugia (CIE 3447; TLE s. u. hurtinial), y el antropónimo hurtinas (CII 2606), de origen desconocido y datado en el s. VI a. e. Pero no deja de ser muy hipotética esta posibilidad.

Si aceptamos un origen indoeuropeo para el topónimo, el de Hortă puede ser pefectamente *gʰort-eh₂, con la consabida abreviación latina de la vocal final. Al apelativo, con la vocal todavía larga, se le añadió el sufijo -no- de donde se derivaría Hortānum (Leumann 1977, 324; Weiss 2009, 289-290; Olsen 2010, 184-185).

Dentro de las fuentes latinas, se ha puesto en relación con Hortānum la referencia virgiliana, En. 7.715, Hortīnae/Ortīnae classes. Cuando se ha hecho, suele subrayarse la diferencia vocálica (ya así Smith op. cit., s.u. Horta or Hortanum; Conington 1876, 72; en épocas más recientes, Fordyce 1977, 190-191; Horsfall 2000, 469, estos últimos con preferencia por la lectura Ortīnae classes), que no presenta dificultades de explicación desde el punto de vista lingüístico. Se trata de una formación latina mediante el sufijo -īno- (Leumann 1977, 326-329; Weiss 2009, 288-289; Olsen 2010, 176-184).

De las diferentes posibilidades, el adjetivo hortīnus, -a, -um puede proceder de < *gʰorti-h3n(h2)-o- / -eh2, una formación Hoffmann/Olsen. Estamos hablando del conocido sufijo Hoffmann *-h3on- de significado posesivo, reformulado según Olsen como el nombre radical *h3énh2- «carga o cargo», que formaría originariamente compuestos, clase de palabras proclives a la derivación secundaria por medio de la vocal -o- (Olsen 2020, 87-190). En este caso, un derivado temático secundario, habría que partir de un compuesto determinativo con el acento en el segundo miembro del compuesto. El primero podría ser tanto un tema en -o-, *gʰorto-, como un tema en -i-, *gʰorti-. Dado que tenemos bien testimoniado hortus, no hace falta plantear un teórico hortis originario, aunque no está del todo descartada esta última forma por lo ya dicho y lo que se va a decir.

No podemos olvidar, sin embargo, la variante sin la fricativa glotal sorda inicial, que podría exigir una posible alternativa etimológica, aunque no necesariamente morfológica. Por otro lado, llama la atención la aparente homonimia entre hortina y el etrusco hurtinas.

7. Palabras del corpus celtibérico que han sido relacionadas con kortika / gortika

7.1. Gortono-

[SP.02.03] es una pequeña lámina de bronce en la que se lee lo siguiente:

[.]rdas · oboi · gortono ·

alaboi · atigo · ueidui

argatobezom · loudu

loukaiteidutas · dures

bundalos · gortonei

Los problemas de lectura no afectan a las palabras que nos interesan. En las líneas 1 y 5 aparecen gortono y gortonei. Morfológicamente son el genitivo y el locativo del singular, correspondientemente, de un tema en -o, *gortonos, si fuese masculino, *gortonom, si fuese neutro. La relación con *GORTA y gortika es fácil de establecer. Además, la aparición de un caso locativo al final del documento hace factible pensar que la palabra en cuestión tiene un significado espacial, bien un topónimo, bien un apelativo toponímico. Que fuese un topónimo, ya se mantuvo durante mucho tiempo. De hecho, a esta pieza se le ha denominado tradicionalmente y todavía se sigue haciendo “Bronce de Cortono”, manteniendo la lectura en clave no dual kortono, kortonei. Tenía su réplica en el nombre de la ciudad etrusca de Cortona. Con la lectura según el sistema dual es difícil seguir manteniendo ese paralelismo.

La formación morfológica de kortono, kortonei no resultaba clara para Untermann. De hecho, en Beltrán et alii 1996, 120, planteaba a propósito de korta del Bronce Res, que fuese el nominativo-acusativo plural neutro, como latín castra, de un teórico apelativo *kortom, del cual podría derivarse un topónimo *kortōno-, mediante un sufijo individualizador -ōn- ampliado con la vocal temática. Él mismo encontraba dificultades para explicar -to- en lugar de -tu-, pensando en una transformación *ō > *ū, y así lo manifestaba. Sin embargo, ese cambio es el que se da en sílaba final en celta (y celtibérico). La forma *kortōno- debería en todo caso evolucionar a *kortāno-, al encontrarse dicha vocal en sílaba no final.

Inmediatamente, Unterman 1997, 419, parece que quiso sortear el problema de la vocal y optó por explicarla acudiendo a un sufijo -ono-, con o breve, que «offensichtlich nicht zu verwechseln mit -un- und seiner Erweiterung -uno- < -ōn, -ōno- in Personennamen (§§645, 720)». En este sufijo utilizado en la onomástica celtibérica, puede estar implicado, efectivamente, el sufijo individualizador indicado, pero también el ya mencionado sufijo Hoffmann *-h3on- de significado posesivo.

Mientras que el sufijo individualizador está asegurado en aquellos antropónimos tipo abulu, abulos; statulu, statulos, etc., con un nominativo *-C-ōn, genitivo *-C-n-ŏs, en el caso de aquellos que presentan un paradigma -u, -unos, tipo melmu, melmunos; letontu, letontunos, etc., ya es más difícil decidir cuál de los dos está operando. Un antropónimo conformado con el sufijo individualizador ha podido extender analógicamente a todo el paradigma la vocal final del nominativo. Lo mismo puede suceder en los antropónimos del segundo tipo, al menos en el timbre, pues la alternancia esperada es -ū < *-ōn, -ānos < *-ōnos. Decidirse por uno o por otro depende en primer lugar de la semántica que será la que nos guíe para pensar en un sufijo individualizador o en uno posesivo.

Si volvemos a la propuesta inicial de Untermann en el caso de kortonos, ahora gortonos, deberíamos partir de la forma de genitivo correspondiente a un nominativo de un tema en nasal conformado por ese sufijo individualizador sobre un adjetivo de tema en -o, como suele ser habitual. De *gortos se formaría un nominativo *gortu, *gortū < *gʰort-ōn, sin la vocal temática, al que le correspondería un genitivo *gortnos, *gʰŏrt-n-ŏs, con el sufijo en grado cero o el ya indicado analógico (y desechado) *gortūnos. La solución pasa por pensar en una forma *gortonos, *gʰŏrt-ŏn-ŏs, con el sufijo en grado pleno no alargado, extensión analógica desde el acusativo singular *gortona < *gʰort-on-m̥ (este grado también aparecería en el nominativo del plural, *gortones < *gʰort-on-es). Esta solución es la que plantea Stüber 1998, 91, para formaciones antroponímicas lepónticas del tipo atilonei [TI-12], piuonei [TI.39], donde se mantiene la -ŏ-, conformados a su juicio con el sufijo individualizador. Sería a partir de ese tema *gorton- desde donde se operaría una tematización, dando lugar *gŏrtŏnŏs o *gortonom, paradigma en el que gortono y gortonei cuadrarían.

Otra explicación, para esa vocal breve del sufijo sería recurrir de nuevo al sufijo Hoffmann. Olsen 2010, 158-188, plantea que el sufijo *-ōno-, que aparece en distintas funciones como la formación de divinidades femeninas, el sufijo de dominación (Herrschersuffix) y otras en una serie de lenguas como el griego, latín e indo-iranio, tiene su origen en compuestos adjetivales bahuvrīhi tematizados. A este sufijo, el germánico y el celta responden con uno *-ŏno-.

Según la autora, la mejor manera de explicar la variante con vocal breve es pensar que en el “sufijo/raíz Hoffmann”, en época de comunidad, a la hora de tematizar un compuesto, se habría dado la siguiente evolución: partiendo del genitivo del singular del compuesto originario *-o-h3nh2-os se operaría la ley νεογνός, de donde *-o-h3n-os; sobre este tema *-o-h3n- se operaría una tematización secundaría, *-o-h3n-o-. En aquellos compuestos en los que el acento fuese sobre la vocal temática se darían las condiciones que harían posible la desaparición de *-h3-, impidiendo de esta forma el alargamiento de la vocal, que sí aparecía en aquellos casos en los que el acento iba sobre ella o tenía otro timbre. En unas lenguas pudo extenderse analógicamente una cantidad u otra. En germánico y celta predominaría el sufijo con la vocal breve. Uno de los pocos ejemplos, por no decir el único, de mantenimiento de esta vocal breve en latín sería domĭnus < *domŏnŏs < *domo-h3n-ó-s.

En celtibérico gortono podría ser un ejemplo de estas formaciones, *gʰorto-h3n(h2)-ó- > *gʰorto-no- > gorto-no-, con una deriva semántica «cercado el cercado el resultado de ese cercado la población». Se trataría de una de esas funciones fuera de la indicación de dominación y patronímicos, como sucede en germánico (gótico), que a partir de akrs «campo» se formó akrans «cosecha, cultivo, en tanto que carga del campo» < *(h2)agro-no- < *(h)agro-h3n(h2)-ó-.

En cualquier caso, la explicación morfológica dista de estar clara. La posibilidad de que gortono, -ei esté relacionado con gorta y que su significado hay que buscarlo en la esfera semántica de «ciudad» sensu lato está bastante bien fundada.

7.2. ¿Paralelos de gortono- fuera de la península ibérica?

Delamarre 2012, s.u. gortonā, indica que Gortona es la lectura correcta en lugar de la más aceptada Gorgobina, oppidum de los Boyos mencionado por César BG 7.9.6. Es la lectura, en acusativo, que aparece en los manuscritos de la rama β, aquellos que contienen todo el corpus cesariano (Krebs 2023, 59). En 1904, M. J. Soyer no solo localizó Gorgobina en la actual localidad de Sancerre, sino que planteó que había que privilegiar la lectura Gortona. En primer lugar, la lectura Gorgobina no tenía paralelos. En cambio, indicaba, Gortona o Cortona sí que los presenta, como el caso de la ciudad etrusca y el de los cortonenses relacionados con Caesaraugusta (Plinio NH 3.3.24). Aportaba, además, los nombres que había recibido la ciudad de Sancerre a lo largo de su historia: Gorthonas o Gordonas en época merovingia; Cortono castro, Gordone Castrum y Cortonica vicaria en la carolingia; y Castrum Gordonicum, además del adjetivo Gordonensis, entre 1012-1104. A estos argumentos filológico-lingüísticos pensaba que también le acompañaban los topográficos, pues Sancerre está a un altura de 300 metros, cosa que cuadraría muy bien con la situación típica de un oppidum galo. La identificación arqueológica y toponímica fue refrendada por É. Thévenot en 1960 (para toda esta cuestión uid. Krausz 2015).

Con la ciudad de Sancerre relacionó Antin 1959 lo que para él era un antropónimo Gortonicus o Gurdonicus, según la lectura que él privilegiaba del difícil pasaje 27.2 del diálogo sobre la vida de S. Martín, de Sulpicio Severo. El sintagma Gortonicum/Gurdonicum hominem, significaría «de Gortona, *Gordona», con el sentido de «Sancerrois sans cervelle». Su análisis etimológico lo relacionaba con el adjetivo latino gurdus «burdo, palurdo, estúpido». También Evans 1966 propone derivar gurdonicus, según su lectura, de gurdus, con significado de «stolidus», aunque sin relacionarlo con Sancerre y buscando paralelos en formas del galés medio. Grosjean 1954 fue más radical al respecto y, acudiendo a los glosarios de Leyde y de Werden restituyó turonicum hominem «un hombre de Tours», resolviendo el problema del antropónimo/adjetivo, planteando una referencia toponímica que cuadraría bien con el personaje Gallo que aparece en el pasaje.

No vamos a entrar aquí en la intepretación de todo el párrafo (para ello, uid. Blom 2009), pero si de lo que trataba Sulpicio era de hacer referencia a una persona rústica, a “un hombre basto que habla sin afeites ni elevaciones” (en traducción de Codoñer 1987, 222), entonces no vemos mucho problema en ver ese significado en gortonicum o gurdonicum, pero no relacionándolo con gurdus, sino con la familia gorto-, gortono-, que aquí se está tratando (pace Vendryes 1910, 532). Esta idea no es, pues, nueva. Babut 1910 ya la planteó. Privilegiando la lectura gorthonicum, decía (pp. 291-292): “Il y a pourtant une autre explication du mot qui est aussi bien adaptée au contexte, et qui a le double avantage de donner au mot un radical connu et de nous épargner l’invraisemblance d’un nom nouveau, et totalement inconnu par ailleurs, du pays et du peuple gaulois. Le radical Gort, dans toutes les langues celtiques, désigne un jardin ou un champ cultivé. Ainsi Gorthonicus voudrait dire : « Homme des champs », et répéterait non pas le Gallum hominem qui a précédé, mais le rusticior”.

En nota enviaba a Holder, Altkeltischer Sprachschatz, s. u. Gort-o-, y confirmaba la etimología de un teórico celta *gortos mediante la consulta con su celtista de referencia J. Rhys.

Quizá tengamos cognados de gortono- en Italia, si el testimonio de Plinio 3.106 de la ciudad frentana de Hortōna fuese cierto, esto es, que la hache no fuese espuria. En latín presentaría ō por la generalización de esa cantidad en dicho sufijo, según lo expuesto. La forma griega Ὄρτων en Estrabón 5.4.2 y Ptolomeo 3.1.19, sin la indicación de la fricativa glotal sorda, obliga a ser cautos, aunque si la hubiese tenido en algún momento, resultaría ser la transcripción al griego de un teórico *hortō < *gʰorto-h3on(h2), la forma a partir de la cual se formaría Hortōna < *gʰorto-h3n(h2)-eh2. El problema de la indicación de la fricativa glotal sorda (o lo que quedaba de ella) aparece también con la localidad del Lacio Ortōna (Livio 2.43), Ὀρτῶν (Dionisio de Halicarnaso 8.91), cuyos habitantes aparecen como Hortenses (Plinio 3.69).

Plinio 3.114 hace referencia a otros Hortenses, en concreto, a unos Uruinates cognomine Metaurenses et alii Hortenses, en zona umbra, cuya ciudad se localiza en la actual Collemancio, al sur de Bettona (Winkler & König 2002, 298). Esta última formación con el sufijo -ēnsis es típicamente latina, aunque todavía no esté bien explicado el origen de dicho sufijo (Weiss 2009, 320-321).

7.3. korzonei

Otra palabra que se ha relacionado con gortono- es korzonei. Aparece en otra lámina de bronce, [TE.03.01], el Bronce de Torrijo. Su lectura es:

kelaunikui

terkininei · es-

kenim · tures · lau-

ni · olzui · obakai

eskenim · tures

useizunos · korzo-

nei · lutorikum · ei-

subos · atizai · ekue · kar-

tinokum · ekue · lakikum

ekue · tirtokum · silabur

sazom · ibos · esatui

¿Es la misma palabra que gortonei? La verdad es que es bastante difícil pensar que no lo es (sobre las diferentes interpretaciones de ambas piezas, Jordán 2019, 670-693). Fijémonos en las estructuras sintácticas:

[SP.02.03, -4/5]

tures

useizunos

korzonei

[TE.03.01, -5/7]

dures

bundalos

gortonei

Si aceptamos que lo es, debemos explicar la diferente grafía: korzo- frente a gorto-. Dejando a un lado la cuestión de la dualidad (en donde por cierto, el silabograma ko es simple en ambos documentos), una posible explicación sería acudir a diferencias dialectales, de modo que -rt- > -rθ- o -- en Torrijo, mientras que eso no pasa en el bronce de Gortono (Jordán 2019, 675).

El problema que surge entonces es explicar kartinokum (ll. 8-9) y tirtokum (l. 10) de Torrijo, donde parece que estamos ante la misma secuencia. En el caso de tirtokum puede tratarse de un espejismo, pues es relativamente fácil pensar en una secuencia *trito-, para nada extraña en la antroponimia celta peninsular (Vallejo 2005, 432-436). Más difícil es pensar en krati- o grati- para kartinokum. No hemos sabido encontrar un elemento antroponímico que pueda aplicarse aquí, más allá de formaciones que empiecen por kra- o gra- dentro y fuera de la península ibérica. Tan solo hay un ejemplo teonímico de una dedicatorias a unas Matronis Gratich(is?) [CIL 13, 7971], que Delamarre 2007, 105, recoge en su obra, pero que tiene aspecto de ser un elemento germánico más que celta (Neumann 1987, 120, propone un nominativo plural Gratichihenae). Por lo tanto, si la secuencia gráfica responde realmente a kartino- o gartino-, estamos en un contexto fónico muy parecido al de *gortono-.

Otra solución es pensar que no estamos ante la misma palabra, aunque pudiesen estar relacionadas etimológicamente: *gortoney, por un lado, y *gortyoney, por otro. Prósper 2014, 132-134, proponía partir para korzonei o de *gor-tyon-ey o de *gor-(e/i)-tyon-ey, en ambos casos, dativo singular de un abstracto de un tema en nasal, bien de una raíz *gʰer- «desear», bien de *ĝʰer- «encerrar». A juicio de la autora, si se parte de la primera raíz, aceptando un valor causativo, esta palabra podría indicar algún tipo de acción legal y acercarse semánticamente al latín exhortatio, con lo que kortika/gortika podría significar «obligatorio». Ahora bien, si se parte de la otra raíz, la formación podría pensarse en un significado «acto de encerrar», de donde «hecho de imponer unos límites». kortika/gortika significaría originariamente «relacionado con el límite de la ciudad», de donde se llegaría a «público». Prósper, en la editio princeps de la tésera de Briviesca ya mencionada (Martínez-Chico & Prósper 2021, 172) todavía duda de que GORTAS, gortika, kortono, kortonei y korzonei, compartan raíz.

Con lo que llevamos dicho hasta el momento, la forma korzonei podría partir del tema *gʰorti-, al que se le añadiría el sufijo *-h3onh2-: nominativo *gʰorti-h3on(h2) > *gortiō > *gorθū; acusativo *gʰorti-h3on(h2)-m̥ > *gortyona > *gorθona; genitivo *gʰorti-h3n(h2)-os > *gʰortīnos; dativo *gʰorti-h3n(h2)-ey > *gortīney. Estos dos últimos casos se reharían a partir del tema del acusativo, como *gorθonos y *gorθoney.

Es muy posible que la forma [---]rzonei [Z.09.02] sea idéntica, según indica Prósper. Parece una hebilla de cinturón que fue reaprovechada como soporte de escritura. La posibilidad de que estemos, pues, ante un apelativo es bastante alta.

7.4. kortonikum

[SP.02.07] es una tésera celtibérica de plata. Representa un prótomo de caballo y su lectura es:

duinikukuei ·

kortonikum

· kar ·

Si esta interpretación paleográfica es correcta, relacionar etimológicamente kortonikum con gorta y gortika se hace difícil por motivos obvios. La solución pasa por considerar que no está escrita en clave dual, de modo que kortonikum puede ser la expresión escrita de [gortonikum]. Creemos que esto último es bastante difícil. Pensamos que todos los silabogramas de la serie velar ka3, ko3, ku2 son claramente complejos y puede hablarse, por lo tanto, de un contraste gráfico gradual. En cambio, los silabogramas de la serie dental son tu1, simple, y to1, complejo. Pensamos que en el signario dual utilizado por el celtibérico la oposición gráfica privativa entre do y to se daba mayoritariamente entre los alógrafos to3 (con dos trazos verticales) y to1/2 (con tres trazos verticales). En esta pieza aparece, pues, el signo marcado. Este to2, complejo, conforma a su vez una oposición gráfica gradual con tu1 [du], simple, ya que son silabogramas de la misma serie pero diferente núcleo vocálico. De momento un alógrafo to de cuatro trazos verticales solo se ha encontrado en una ocasión, precisamente, toutika [SO.03.01].

Pero pensemos que el contenido fónico de lo escrito es [gortonikum]. Su análisis sería el de un genitivo del plural de un adjetivo derivado con el sufijo -iko- de gortono-, gortonikos, -a, -om. Obviamente recuerda a ese gortonicus que se ha planteado a propósito del texto de Sulpicio.

La paleografía nos obliga, no obstante, a mantener la lectura kortonikum [kortonikūm]. Una interpretación muy sugerente es ver el equivalente al latino Cortonensium, genitivo del plural de un nominativo plural Cortonenses que aparecen mencionados por Plinio el Viejo 3.3.24 como estipendiarios de Caesaraugusta. Aparecería así una nueva forma de nombrar, aunque sea indirectamente, a una ciudad en una tésera. Esta estructura podría también aparecer en la tésera [NA.07.02] terdabiizum kaar. Queda por explicar la forma duinikukuei (para las interpretaciones de ambas piezas, Jordán 2019, 562-567 y 574-576).

7.5. Cordono

En el Gran Panel o Tabula Monichana de Peñalba de Villastar se conservan cuatro epígrafes en alfabeto latino y lengua latina. La número 2 viene a decir, con algunos problemas de lectura en la primera línea, aunque no en la segunda (Beltrán, Marco & Jordán 2005, 936):

Deo (?)

Cordono

La número 3 es más larga y presenta dificultades de lectura en la última línea, en donde quizá se hable de un sacrificio de unas yeguas. Su lectura es (Beltrán, Marco & Jordán ibid.)

[¿-?]II k(alendas) Maias

Cornuto

Cordono

[C?]aius Atilius (?)

+++++++++++

En ambas aparece un teónimo Cordonus. Establecer una relación con la secuencia gorta - gortika - gortono- presenta de nuevo la dificultad de la discordancia de las oclusivas.

En la inscripción número 3 se menciona una fecha algún día anterior a las kalendas de mayo. Marco (Beltrán, Marco & Jordán op. cit., 941) apuntaba posibles fechas del calendario romano en que se celebrarían unos determinados ritos. Una de ellos serían los Parilia o Palilia, celebrados ante diem undecimum kalendas maias, esto es, el 21 de abril, en honor de la antiquísima deidad Pales (con la que se relaciona el nombre del Palatino), genio protector de los ganados.

Siguiendo con esta última, planteamos para Cordonus una proto-forma *kordʰo-h3n(h2)-ó-, «el que está a cargo del rebaño». Estamos hablando de un derivado de un compuesto bahuvrīhi, a partir de un temático originario, que acabaría siendo en celtibé­rico kordŏno-, o quizá mejor korðŏno-, «el que está a cargo del rebaño», del mismo modo que *tewto-h3n(h2)-ó- acabaría siendo en celtibérico toutŏno-, «el que está a cargo del pueblo», que tendría su paralelo morfológico perfecto en el gótico þiudans «rey» (para estas últimas formaciones, Olsen 2010, 175). La formación adoptada y adaptada al latín quedaría Cordōnus, como lo sería Toutōnus.

La primera parte de la formación, *kordʰo-, sería un grado -o- de ḱerdʰo-, ḱerdʰā- «fila, rebaño» (IEW 579), que aparece en indio antiguo śardha- (m.), śardhas- (n.) «manada, tropa, multitud, muchedumbre», griego κόρθυς «montón (de grano?)», gótico haírda, nórdico antiguo hjǫrd, inglés antiguo heord, alemán alto antiguo herta «rebaño», inglés actual herd «rebaño», alemán actual Herde. La única formación que aparece con el grado -o- es la griega y no parece definitiva (GEW, DÉLG, EDG s. u. κόρθυς). No aparece en las lenguas celtas porque la forma del galés medio cordd «tropa, multitud, muchedumbre, familia» procede de *koryo- (Matasovic s.u. *koryo-). Este hecho, obviamente, no es un punto a favor de la etimología propuesta.

8. Un último apunte etimológico

Como ejemplo de la vitalidad de la familia léxica de gorta, no solo en la península ibérica, sino también al otro lado de los Pirineos, queremos recordar brevemente que, además de gortonā, Delamarre 2012 da la entrada gortiā(s) «la haie, les haies», que daría razón de los topónimos Gorses (Lot, Gorcias s. XI), Gorze (Mos, Gortia en 973) y Lagorce, Gironde, Gorcia en 1171). La forma puede analizarse, en paralelo a contrebia, como *gʰort-yā > *gortyā.

El DRAE recoge el sustantivo algorza de origen hispano-mozárabe (*alúrsa), y este del celta *gŏrtya, con el escueto significado de «barda o cubierta que se pone en las tapias». Aunque se indica que es poco usado, en alguna zona de La Rioja guarda cierta vitalidad en tiempos recientes, para indicar la «protección de cañizos o sarmientos que se coloca sobre las tapias de los corrales y heredades» (Pastor 2010, 494).

También se ha puesto en relación con *gortyā el topónimo vasco Gorza (Agud 1973, 46), merindad de Sangüesa (Navarra), zona vascona en la antigüedad. Comparte oficialidad con Güesa, su contrapartida romance. Según Belasko 1999, s. u. Güesa, este topónimo puede ser producto de la evolución de Gorza, que está testimoniado como Gosa en el 1034, Guosa en el 1085, Gueza en el 1350 y Eguessa en 1532 (cf. Michelena 1990, 362). Es decir, que aunque se impuso vía romance, ni su origen ni parte de su evolución lo eran. Alguno de estos topónimos recuerda, obviamente, al oscense Guasa. Pero, habrá que seguir indagando…

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