¡Alerta, alerta, alerta que caminan mujeres feministas por las calles argentinas! Sonidos, gritos y ruidos de memorias feministas en las calles de Buenos Aires

Alert, alert, alert that feminist women are walking through the Argentine streets! Sounds and noises of feminist memories in the streets of Buenos Aires

Jone Rubio Mazkiaran
Investigadora independiente, España

¡Alerta, alerta, alerta que caminan mujeres feministas por las calles argentinas! Sonidos, gritos y ruidos de memorias feministas en las calles de Buenos Aires

AusArt, vol. 9, núm. 1, pp. 17-26, 2021

Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea

Recepción: 21 Marzo 2021

Aprobación: 26 Mayo 2021

Resumen: La acentuación dicotómica entre el espacio público y privado (generados en la modernidad), provocó, entre otros factores, la evaporación de imaginarios que aludieran a la participación de las mujeres en el espacio público. Es por esta razón, por la que este estudio tratará de visibilizar herramientas de reapropiación y reinscripción de memorias en el espacio público. En este caso, la herramienta principal será el trabajo performativo realizado por el colectivo argentino Mujeres Públicas, quienes el año 2013 realizan la variación performática En la plaza, en la casa, en la cama. Ensayo para una cartografía feminista. Es así como la investigación se centrará en los discursos derivados de la incursión del cuerpos, voces y sonidos en las calles como activadores de memoria.

Palabras clave: MUJERES PÚBLICAS (COLECTIVO), PERFORMANCE, MEMORIA, CALLE, FEMINISMO, ARGENTINA.

Abstract: he dichotomous accentuation between public and private space (generated in modernity), caused, among other factors, the evaporation of imaginaries that alluded to the participation of women in public space. It is for this reason that this study will try to make visible tools for the reappropriation and reinscription of memories in the public space. In this case, the main tool will be the performative work carried out by the Argentine collective Mujeres Públicas, who in 2013 carried out the performative variation In the square, in the house, in the bed. Essay for a feminist cartography. This is how I will focus on the discourses derived from the incursion of bodies, voices and sounds in the streets as memory activators.

Keywords: PUBLIC WOMEN (COLLECTIVE), PERFORMANCE, MEMORY, ORY, STREET, STREET, FEMINISM, ARGENTINA.

1. Introducción

El colectivo Mujeres Públicas comenzó su andadura el 8 de marzo del año 2003, momento de gran ebullición social en Argentina y ligado a las luchas a favor del aborto. Es en este contexto en el que las integrantes, fuertemente ligadas a la militancia feminista1, generan el colectivo con el objetivo de irrumpir en el espacio público activándolo por medio de dispositivos gráficos. El nombre del colectivo trata de jugar con el simbólico patriarcal del término atribuido a lo público. Tal como explican las integrantes del colectivo (2014a), para las mujeres no hay un espacio que no sea político.

Sin embargo, la irrupción de los cuerpos de las integrantes del colectivo por medio de acciones en el espacio público las hace visibles en el espacio político patriarcal. Por lo que, hacen de la intervención urbana una herramienta de pensamiento colectivo a causa de la inmediatez que conlleva visibilizar su expresión artística en la calle.

Estas cuestiones, nos llevan a pensar en la catarsis colectiva que implica la fácil difusión de estas prácticas, y al mismo tiempo, me impulsan a pensar a las prácticas colectivas desarrolladas en el espacio público. Como dice Maite Garbayo (2016), las acciones subvierten espacios, contextos y relaciones, lo cual quiebra los estándares normativos establecidos, invirtiendo así normas urbanas y creando nuevos modos de relacionarse con el espacio. Aun cuando pasaran en un contexto diferente podrían ser consideradas como performances políticas en las que las problemáticas individuales, derivadas de la situación social del contexto, finalmente se transforman en reivindicaciones colectivas.

Y es que, en la misma línea, la autora incide en el componente estético de las tomas físicas de plazas, calles, dotado de derecho a la palabra y a su propia representación como sujeto político (Garbayo 2016). De manera que la acción Ensayo para una cartografía feminista2 de Mujeres Públicas (2014b) podría funcionar como método para visibilizar y reflexionar sobre las situaciones de opresión de sujetos femeninos en una sociedad patriarcal.

2. Memorias en las calles

Maurice Halbwachs (1991) considera que la memoria se deposita en dos marcos básicos: los temporales –fechas y periodos concretos considerados socialmente significativos- y los espaciales –lugares y objetos que evocan la vida social-. Cabe remarcar que la carencia de elementos pertenecientes a estos marcos supondría su ausencia, lo cual impide su presencia en la memoria colectiva.

En la misma línea, Teresa del Valle considera el pasado un constructo del presente, con lo que, por medio de una visión diacrónica de ‘presentes pasados’ (1997) se descubren el poder de las decisiones pasadas en la construcción de la memoria social actual. Tales decisiones, implican una selección de personas, o acontecimientos que quedarán inscritos en el imaginario social como ‘legados de la posteridad’ (ibíd.). Del Valle incide en la importancia que el callejero tiene en la consolidación de la memoria colectiva, como herramienta de reconocimiento de personas o acciones centradas en contextos espaciales concretos (ibíd.). Tal como afirma en el siguiente apartado:

(…) Tiene su propia perspectiva histórica a través de los momentos en los que se da un nombre por vez primera o se suprime, se cambia. Se reconoce en muchos casos a personas o acciones ubicadas en contextos que abarcan desde el ámbito de lo político y económico hasta lo religioso, cultural y social. Da saltos en el tiempo al traer al presente, su presente, aquello que se quiera rescatar por encima de la época a la que pertenece, de manera que puede atrapar el recuerdo de un personaje del pasado para actualizarlo fuera de su momento histórico. Y un rasgo general importante es que pocas veces se selecciona la marginalidad, sino que se tiende a exaltar a través de las personas las clases dominantes. (Del Valle 1997).

La no pertenencia a las clases dominantes responde a la oclusión del ‘marco espacial’ de la memoria al que alude Maurice Halbawchs (1991). La oclusión a la que fue sometida la figura femenina influye en el recuerdo de su presencia en el entramado urbano y obstruye la composición de imaginarios ligados a esta. Si bien la incursión de las mujeres en el espacio público durante la modernidad fue un hecho real, se ha desvanecido de la memoria social en favor de actores dominantes del periodo en el que estuvieron presentes.

Miren Llona, de forma similar a Teresa del Valle, propone el desarrollo de lugares de memoria para la construcción de una memoria histórica feminista. Lo que, como relata la autora, “deja constancia del paso de los sujetos por el mundo” (Llona 2020). Así pues, Llona habla de la capacidad evocadora tanto de espacios físicos, como de manifestaciones o representaciones rituales que dejen constancia de los actos realizados por mujeres en el pasado.

Con el fin de recuperar un lugar que el patriarcado ha negado al sujeto femenino, Teresa del Valle (1997) constata la efectividad de diversas acciones que impliquen su presencia y recuerdo en el espacio público como algo legítimo. Estas acciones –como generadoras de memoria– deberían desarrollarse partiendo de una reflexión contextualizada de hechos pasados e incidir en las aportaciones que tales recuerdos podrían hacer a la situación actual. En este sentido, la autora liga las acciones con un modo “de plasmar de forma visible y ritualizada nuevas referencias y nuevos axis dentro de la vida de la urbe” (ibíd.).

Lo cual se alinea con la perspectiva del sociólogo francés Michel De Certeau, quien considera que la calle se transforma por la intervención de los caminantes en esta, y que crearían relatos (1990). Estos relatos los que recorren espacios y generan lugares.

En esta línea, Teresa Del Valle aboga por la creación de nuevos espacios/lugares derivados de tres procesos de cambio: conservación, transformación y creación (1997). Y es esto lo que genera una nueva referencia al espacio, rompe con lo anteriormente establecido y se convierte en punto de partida para nuevos cambios, lo cual facilita la regeneración de connotaciones atribuidas a los lugares. Estos se construyen por medio de la ocupación temporal del espacio público, entre las que se encuentran manifestaciones y procesos creativos. Por consiguiente, tales factores resultan un método efectivo en la reapropiación del espacio público que hace el colectivo Mujeres Públicas, quien irrumpirá en el espacio haciendo de su relación con este una cuestión política.

En esta conjunción del cuerpo como herramienta política, Mari Luz Esteban define el cuerpo político como una articulación de representaciones, imágenes, ideas, actitudes técnicas y conductas. Por descontado, este conjunto de factores materializados por medio del cuerpo político responde a una configuración corporal que determinada o influenciada desde un movimiento social (Esteban 2009). Por lo que, al referirnos al cuerpo político determinado por el feminismo, este se concreta a nivel individual y colectivo.

Esta cuestión se verá claramente reflejado en el trabajo de Mujeres Públicas, ya que al mismo tiempo que el cuerpo de las artistas, entendido como cuerpo colectivo, muestra los límites sociales y físicos que lo constriñen, sirve también para transformar y transformar su significado, junto con la del espacio que lo rodea (Jones 2000). Y en este caso, bajo una lectura feminista, entendemos que las artistas mujeres que se valen de esta metodología tienen la capacidad de reconfigurar y crear nuevas lecturas, tanto de su propio cuerpo, entendido como cuerpo político-como las del espacio que las rodea.

3. Mujeres Públicas: ¡Mapas para todas!

En la plaza, en la casa, en la cama. Ensayo para una cartografía feminista (2013) trata de una variación performática desarrollada por el colectivo de activismo visual argentino Mujeres Públicas. El proyecto tiene como fin crear una posible genealogía feminista en torno al espacio público de la ciudad de Buenos Aires, por ello, las artistas desarrollaron una cartografía que recogiera hechos destacables ligados a tal perspectiva. Tras esta convocaron una acción callejera que recorriera algunos de los espacios marcados en tal mapa, y finalmente se desarrolló una instalación audiovisual creada a partir de la acción colectiva generada en torno al ensayo cartográfico (Rosa 2013).

El método de intervención urbana desarrollado por el colectivo argentino trata de crear un espacio de debate por medio de la imagen, o el texto explicito, directo y de fácil acceso; lo cual se materializa por medio de carteles, objetos cotidianos y acciones ubicadas en el espacio público con el humor, la ironía y el juego como estrategia. Ciertamente, en defensa de la sencillez del método de transmisión Mujeres Públicas considera que ‘en la convicción de que lo estético no sólo comunica, sino que también permite condensar y hacer accesible lo que se encuentra disperso’. Por ello, entendemos la defensa de Mujeres Públicas por la dimensión política de lo estético, no solo como algo que reside en una serie de ideas concretas, sino, en el modo de transmitirlo (Lucero 2018). Una concepción que podríamos ligar a la definición que Luisa Muraro hace de lo político (2012), entendido como un método de diálogo y entendimiento.

Fue en esta búsqueda de métodos para generar espacios de debate y diálogo en la calle donde surgió la idea de desarrollar una cartografía feminista de la ciudad de Buenos Aires. En este caso, la idea partió del objetivo de incidir en la reflexión sobre la historia del feminismo en la ciudad, de los cambios que se dieron en esta por acciones desempeñadas por mujeres; y partiendo de estas acciones pasadas, crear un debate en torno a la pertinencia de acciones futuras (Rosa 2014). No obstante, los casos seleccionados no aluden a grandes proezas históricas comparables con la historiografía patriarcal, estas se centran en actos de afectividad, luchas individuales y colectivas realizadas por mujeres, entendidas como acciones feministas a favor de sus derechos.

Por lo que, partiendo de la recolección de estos actos desarrollaron una genealogía anteriormente invisibilizada, y esta se materializó inicialmente en un mapa. En relación con el mapa diseñado para Ensayo para una cartografía feminista, el colectivo considera lo siguiente:

(…) Este mapa es una cartografía del afecto y de la memoria. Es una celebración de instantes radicales y pequeños gestos de luchadoras insurrectas que se atrevieron a interrumpir y cambiar recorridos esperados, tomando la ciudad como terreno concreto donde transformar la vida. Es un homenaje a esas mujeres que son nuestra genealogía (Mujeres Públicas 2013a).

De manera que, por medio de la materialización de tales experiencias en el mapa, se crea un posible recorrido transitable para quien lo posea. Y a través del tránsito generado por la persona que posee el mapa, el recuerdo del acto pasado se alinea con el cuerpo que lo transita, trayéndolo así al presente. Es por ello, en la búsqueda de nuevos tránsitos por la ciudad, como muestra el fragmento de texto redactado por el colectivo (Mujeres Públicas 2013a), van más allá de actos ligados a una concepción histórica canónica, ya que buscan pequeñas acciones emborronadas por tales perspectivas. Como es el suceso ligado a Amelia, titulado en el mapa: Telefonista humillada apuñala a su jefe. Poco se sabe del suceso más allá de lo que desvela el título del mapa. Pero, tal como muestra este, tras la acción desempeñada por la telefonista, las condiciones de sus compañeras de trabajo mejoraron.

Ciertamente, este objeto se convirtió en acción el día 4 de mayo de 2013, cuando Mujeres Públicas propuso realizar un recorrido colectivo, para reactivar algunas de las zonas cartografiadas, en las que la historiadora Andrea Andújar guiaba a los participantes, cuan guía turística. En palabras de María Laura Rosa (2014), este mapa alude tanto a lo imaginario como a lo real, y partiendo de esta alusión crea una constelación de microrrelatos compuesto por historias de mujeres que una vez pusieron el cuerpo en la ciudad para reivindicar sus derechos. Por lo que, del mismo modo en el que aquellas mujeres incidieron en el espacio público, Mujeres Públicas propone la reapropiación de esta esfera por medio de una acción colectiva que recorra tales espacios, haciendo del acto de caminar algo poético y político.

Cabe incidir en lo colectivo de la acción, que como relata María Laura Rosa (2014), la interrelación entre las que se unieron al acto se convirtió en un único caminar, y sus voces hicieron de ello un hecho político. Además, el identificarse con algunos de los sucesos recuperados, o la misma reflexión que implicaba escuchar los relatos narrados por Andrea Andújar, transforma la dimensión histórica canónica ligada al espacio público y la convierte en relatos e historias creadas desde lo emotivo, desde lo afectivo.

Estas reflexiones e impulsos emotivos se canalizan, como muestra el documento audiovisual de la acción (Mujeres Públicas 2013b), por medio de sonidos y gritos reivindicativos ligados a la lucha feminista3. Por lo que, el cuerpo que emite sonidos se convierte en protagonista del espacio público, del mismo modo en que proyecta testimonios pasados y también presentes relativos al momento concreto en el que esta acción se desempeña (Rosa 2014). En la misma línea, los gritos reivindicativos intercalados en el discurso desarrollado por la narradora del recorrido – la historiadora Andrea Andújar–, desvinculan la acción de lo que podríamos entender como una ruta turística, haciendo de ello un caminar impulsado por las emociones que provocan el recuerdo de las experiencias femeninas pasadas en las participantes actuales.

En la misma línea, el recorrido realizado por el colectivo y sus acompañantes creó un nexo entre activismo callejero y activismo visual, en el que se hizo del caminar colectivo una acción de desobediencia poética (Cuello 2014). Una desobediencia que cuestionó las narrativas ligadas a los espacios de la ciudad, así como los modos de transitar por esta en base al género de los individuos, concretamente de las mujeres.

Además, si bien la acción colectiva se ha desarrollado o documentado una única vez, la materialización de la investigación de Mujeres Públicas en el mapa posibilita realizarla con todas sus variaciones posibles. Con lo que estos resquicios de memoria se reactivan, y hacen de estos una genealogía femenina ligada a la ciudad, inscribe recuerdos y genera nuevos sucesos. Y es que, como relata De Certeau (1990) el espacio es un lugar practicado, reformulado por los caminantes que generan una lectura, un sistema de signos en torno a este.

Ciertamente, En la plaza, en la casa, en la cama: Ensayo para una cartografía feminista muestra cierta similitud con la relación que De Certeau hace entre el caminar y la construcción de relatos. Y es que, tal como considera este, los relatos atraviesan y construyen lugares, haciendo con ellos frases e itinerarios (De Certeau 1990). Por lo que, desde este lugar, la visibilización de sucesos disipados por narrativas hegemónicas en torno al entramado urbano de la ciudad de Buenos Aires, se convierte en un ejercicio de reinterpretación y regeneración de los relatos inscritos en los callejeros de la ciudad. Enunciados por el caminar colectivo de las participantes.

4. Conclusiones

Entender el cuerpo de las artistas como cuerpo político y social, impulsa la posibilidad de rememorar y/o referenciar actos pasados interpretados desde un lugar que anteriormente no ha sido tratado. Lo cual implica la creación de nuevos imaginarios, más allá de los rasgos androcéntricos inscritos en el espacio público pasado y actual.

Esta colectividad mostró la unificación de los relatos visibilizados por las artistas, y al mismo tiempo citó a quienes ejecutaron tales acciones. Ya que, hacen de ello una cuestión común entre todas las participantes, que al unísono muestran su malestar ante las normas sociales que se les aplica por su condición de mujeres. En la misma línea, el hecho de que tal reinscripción de la memoria femenina fuera materializada en un mapa, posibilita la continua rememoración de tales actos por todo aquel que opte por seguir lo marcado en este.

Así pues, las acciones mostradas en este estudio son nuevos actores ligados al marco espacial de la memoria citado por Maurice Halbawchs (1991), se convierten en parte de este. Además, al estar estas documentadas o materializadas en diferentes soportes, se convierten en vestigios de lo ocurrido, lo rememorado o lo reconfigurado. Por lo que, su constante repetición por parte de las artistas, o participantes, junto con el consumo de los soportes documentales de los proyectos desarrollados por estas, posibilita la rememoración de actos por un lado y, por el otro, la reestructuración de un espacio que el patriarcado ha negado a las mujeres.

Partiendo de estas premisas, entendemos que la ciudad regida por los parámetros marcados por normativas patriarcales, como es la ciudad moderna, se concibe a través de la mirada, como si de un panóptico se tratara. Y los imaginarios ligados a los espacios públicos de esta, se construyen por medio de grandes relatos históricos, grandes hazañas épicas e individualistas. El trabajo de Mujeres Públicas nos muestra la experiencia de la ciudad desde otro lugar, las artistas, y las participantes, habitan la ciudad desde el afecto, desde la memoria, desde pequeños relatos, que desde la cotidianeidad construyen realidades, o reconstruyen experiencias y recuerdos invisibilizados, pero no olvidados.

Referencias bibliográficas

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Rosa, María Laura. 2014. “La sonoridad de los caminos recorridos”. Duoda 46: 38-52. https://www.raco.cat/index.php/DUODA/article/view/279173

Notas

[1] Mujeres Públicas. El colectivo se compone de tres integrantes: Fernanda Carrizo, Lorena Bossi y Magdalena Pagano.
[2] Si bien la cartografía se diseñó y materializó el 2012, la acción que analizaremos tuvo lugar el año 2013; por lo que, nos referiremos a esta fecha a la hora de tratar el caso de estudio.
[3] Gritos como: "¡Alerta, alerta, alerta que caminan, mujeres feministas por las calles argentinas!", "Mujer que lucha, no vuelve a la cucha!", etc.
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