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Fuocoammare1
Papeles del CEIC. International Journal on Collective Identity Research, núm. 2, pp. 1-6, 2017
Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea

Crítica audiovisual

Ficha Técnica

Título: Fuocoammare (Fuego en el mar)

Género: Documental

Dirección: Gianfranco Rosi

Guión: Gianfranco Rosi

Nacionalidad: Italiana

Productora: Coproducción Italia-Francia; Stemal Entertainment / 21 Unofilm / Cinecittà Luce / Rai Cinema / Les Films d'Ici / Arte France Cinéma

Duración: 108 minutos

Año: 2016

El documental de Gianfranco Rosi se centra en la isla italiana de Lampedusa, situada a unos 113 km de África y unos 120 de Sicilia, con una dimensión de 20 km cuadrados aproximadamente (0:57 min.).

Poblada en su mayor parte por pescadores, empieza a aparecer en los informes de toda Europa por convertirse en pocos años en uno de los primordiales focos de recepción de los migrantes que buscan la entrada a Europa por el Mar Mediterráneo. El propio documental nos sitúa en algunas cifras que dan cuenta de la magnitud que ha adquirido el fenómeno en la isla: “en los últimos 20 años, 400 mil migrantes han desembarcado en la isla, se estima que 15 mil personas murieron en el estrecho entre Lampedusa y Sicilia para acceder a Europa” (0:57 min.). De ahí nos introduce en la cotidianeidad de la población, al tiempo que muestra la llegada de las embarcaciones a la isla.

El lenguaje del documental se entrelaza a lo largo de toda la cinta entre los dos “mundos” que en ocasiones se entrecruzan y en otras parecen transcurrir separadamente. Planos estáticos que acceden a esos dos mundos diferenciados dan lugar a relatos que se suceden de forma paralela. Comienza el documental con un niño, Samuele, que juega en un árbol en busca de una rama que le sea útil para elaborar una honda. A su alrededor no parece haber nadie, y un día claro pero aparentemente frío, muestra el paisaje solitario de una vida rural y apacible que poco parece indicar su relación con el fenómeno migratorio al que asiste diariamente.

El siguiente plano, fijo, muestra la noche. Focos de vigilancia y radares, inundan el plano, mientras por radio imploran rescate y desde salvamento les piden la posición, un paisaje completamente distinto al anterior. Pronto se interrumpe la conversación, pues no parece ya haber respuesta. El siguiente plano muestra toda la instalación al completo, un gran aparataje de control que sobresale de una noche nubosa pero oscura. Un foco de luz va iluminando la superficie del agua, advertimos poco a poco que se trata de un ejercicio que se lleva a cabo desde un barco, en busca quizás de quienes habían pedido ser rescatados. Empieza a despuntar el alba, pero no hay rastro de la embarcación desde la que se pidió socorro.

El documental se acerca así a las situaciones que se viven en la isla, desde que se convirtió en puerta de acceso a Europa, y lo hace al mismo tiempo que muestra la vida de los pobladores de la región, aparentemente al margen, más allá de algún comentario ocasional. Se nos traslada así la imagen de una normalización del fenómeno, en una isla que se constituye en nueva puerta de entrada de migración, y con ello de control de las fronteras europeas.

Los siguientes planos se concentran en mostrar la tranquilidad, la normalidad de la isla, una emisora de radio, una señora cocinando, pero esa normalidad aparente tiene algo particular, no parece serlo del todo... La emisora de radio, que acompaña esa mañana de domingo de la señora que cocina, da paso a las noticias, en donde se habla de los cuerpos recuperados en el mar. En el barco había 250 personas: todo parece indicar que se trata de la misma embarcación que había contactado por radio la noche anterior (34 cuerpos se encontraron sin vida y 206 fueron rescatados) (7:29 min.), "pobres cristianos" (7:55 min.) atina a decir la señora, mientras se apresura a echar el aceite en la sartén... La radio da paso a otra noticia, un posible corte de energía al día siguiente. La noticia es la normalidad de la noticia, la cotidianeidad de un hecho que ha dejado de ser extraordinario para convertirse en cotidiano. Las costas escarpadas muestran la normalidad de una mañana de domingo, en un paisaje en el que se han instalado las embarcaciones de rescate.

Frente a la llegada de migrantes, todos los dispositivos de control fronterizo parecen ponerse a disposición de esa protección de las fronteras, del confín (Campesi, 2012), no sólo de Italia, sino de Europa. El documental nos muestra el despliegue que se pone en marcha ante la localización de una embarcación. Un helicóptero visualiza a la embarcación, a la que se aproximan las lanchas de rescate que trasladarán a los migrantes al barco de salvamento. Mientras los van trasladando, el personal de rescate va hablando de la salud de los migrantes y de ahí son trasladados a tierra firme, donde pasan a un centro en el que permanecerán hasta nuevo aviso.

Una vez en el centro, esperan los migrantes envueltos en sus mantas térmicas a ser cacheados por la policía antes de establecerse allí. Los policías bromean sobre el olor a gasoil de los migrantes. Pasan de ahí a un centro de identificación, en donde serán fotografiados, quedando entonces registrados, mismo mecanismo que se emplea en todos los puestos fronterizos.

En la “otra vida” de la isla, Samuele pregunta a su padre cómo era la vida de pescador, este le explica cómo se desarrollaba su trabajo, en las condiciones en las que tenían que trabajar, el tiempo que pasaban lejos de la familia. El siguiente plano muestra a un médico examinando a una embarazada, proveniente de una de las embarcaciones; está relata las posibles secuelas que ello pudo ocasionarle en la gestación.

El documental sigue su curso mostrando a los niños jugar, pero también a los internos del centro de migrantes organizando un partido de fútbol. Un mismo cielo y un mismo suelo cobijan y sostienen dos realidades similares pero distantes, aun conviviendo en menos de 20 km cuadrados.

El documental nos desvela que “Fuocoammare” (Fuego en el mar) es una canción dedicada a los pescadores, que alude al mal tiempo, cuando no podían salir a pescar. Una de las señoras que aparece en el film la pide para que la pasen en la radio. El tiempo es malo para la pesca, pero aun así llegan embarcaciones cargadas de migrantes que intentan llegar a las costas de Lampedusa.

Los migrantes relatan su salida de los países de origen, su periplo a lo largo de las fronteras que han atravesado, esas situaciones son cantadas, como sucesivas “tormentas”2 por las que viaja el migrante. Dificultades que interceden en su camino y que quedan grabadas como parte del viaje. Un viaje que resulta muy costoso en todos los sentidos, física y emocionalmente, pero también económicamente, con precios por el viaje en cayuco que oscilan entre 800 euros (en la bodega, la forma más precaria) hasta 1800 arriba, con unas condiciones deplorables en ambos casos, con graves consecuencias físicas, mortales en ocasiones.

El relato del periplo por el que pasan habla de las huellas emocionales, de la catástrofe incorporada a su relato de vida, en el que su propio relato los deviene “otro” (Soulet, 2009), al tiempo que enuncia lo que el propio cuerpo ha atravesado y el peso emotivo que ello carga (Bessin, 2009), incluso de cara a continuar el camino, menciona uno de los migrantes en el canto: “Hoy estamos aquí, Dios nos rescató, sin riesgo entramos en el mar, si no morimos en las prisiones libias no moriremos en el mar, y entramos en el mar, y no hemos muerto” (52:36 min.)

Los naufragios están a la orden del día, por lo que una nueva partida de salvamento se vislumbra en el film. Un médico narra escenas a las que no puede acostumbrarse, reconocimiento de cadáveres infantiles, mujeres que dan a luz a bordo, quemaduras químicas por el combustible. Un viaje que deja su marca en el propio cuerpo. Un grupo de mujeres recién rescatadas de su embarcación, llora desconsoladamente. No se traducen sus palabras, su dolor no tiene traducción posible.

Las palabras del médico que atendía a estas gentes condensan la relación a establecer con este fenómeno, el sentir que moviliza: "es deber de todo ser humano que sea humano ayudar a estas personas” (1:02:25 min.). Este sentir impregna la propia configuración del humanitarismo (Barnett, 2013; Fassin, 2015), y es precisamente uno de los discursos que se moviliza a raíz de las muertes en el Mediterráneo (De Lucas, 2015).

Los controles en las aguas del Mediterráneo, con operaciones como Poseidón (2006), Tritón (2014), Sophia (2015), coordinadas desde Frontex (Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas), muestran el control (incluso tecnológico (Rodier, 2012)) que se trata de establecer en el acceso a la línea fronteriza externa de la Unión Europea. Se articulan también las normas de reconocimiento de los sujetos que acceden a la frontera, fundamentalmente para los casos en los que se va a aplicar la ley de asilo, construyéndose así el Sistema Europeo Común de Asilo (SECA) (Unión Europea, 2014). La legislación construye por tanto la diferencia en función de las propias normas de reconocimiento (De Lucas, 2002), se construye la figura del “asilado” y se normativiza el tratamiento de los migrantes que entran por las fronteras de Europa, se introducen en el régimen de extranjería, desde el momento en el que se registra la entrada al Estado. Se podría hablar de este proceso como una forma de gobernar las vidas en catástrofe (Revet y Langumier, 2013), gestión que recae aquí en la legislación, en la categorización del sujeto.

El documental culmina con la misma cotidianeidad con la que empezaba, cuando todo parece seguir su ritmo en un mar embravecido. Una señora tiende la cama, la emisora de radio continúa en su trabajo, y el niño vuelve a los muelles y hace que dispara al aire. Parece haberse acostumbrado a su parche en el ojo. Mientras las barcas se mecen por el vaivén de las olas.

De un hecho que irrumpe en la cotidianeidad de la isla, en donde toda la vida de sus pobladores giraba en torno a la pesca, a un nuevo paisaje en el que dos realidades conviven, el mundo de los pescadores, con su actividad considerablemente disminuida, y la de isla acceso a Europa para la migración. La normalización del fenómeno tras décadas aconteciendo parece haber creado esa división de dos mundos que se separan, conviven, pero solo en ocasiones se entrecruzan. Tal y como Samuele se acostumbró a llevar el parche en el ojo, la isla parece haberse acostumbrado a las embarcaciones de salvamento marítimo, y a los radares, pero no así, no obstante, a las muertes y tragedias que traen consigo los naufragios.

La llegada de migrantes por mar se ha convertido en parte del paisaje de ciertas zonas costeras, se ha incorporado al propio mecanismo de control de las fronteras como hábitat de los pobladores.

Referencias

Barnett, M. (2013). Empire of Humanity. A History of Humanitarianism. New York: Cornell University Press.

Bessin, M. (2009). Le trouble de l'événement : la place des émotions dans les bifurcations. En M. Bessin, C. Bidart y M. Grossetti (Eds.), Bifurcations. Les sciences sociales face aux ruptures et à l’événement (pp. 306-328). París: La Découverte.

Campesi, G. (2012). Migraciones, seguridad y confines en la teoría social contemporánea. Revista Crítica Penal y Poder, 3, 1-20.

Fassin, D. (2015). La economía moral del asilo. Reflexiones críticas sobre la «crisis de los refugiados» de 2015 en Europa. Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, 70(2), julio-diciembre, 277-290.

De Lucas, J. (2002). BladeRunner. El Derecho guardián de la diferencia. Valencia: Tirant to Blanch

De Lucas, J. (2015). Mediterráneo: El naufragio de Europa. Valencia: Tirant Humanidades

Revet, S. y Langumier, J. (2013). Le gouvernement des catastrophes. París: Karthala.

Rodier, C. (2012). El negocio de la xenofobia. Madrid: Clave Intelectual.

Soulet, M.H. (2009). Changer de vie, devenir autre : essai de formalisation des processus engagés. En M. Bessin, C. Bidart y M. Grossetti (Eds.), Bifurcations. Les sciences sociales face aux ruptures et à l’événement (pp. 273-288). París: La Découverte.

Unión Europea (2014). Un Sistema Europeo Común de Asilo. Luxemburgo: Oficina de Publicaciones de la Unión Europea.

Notas

1 Beneficiaria del Programa de formación de personal investigador no doctor del Gobierno Vasco.
2 Utilizo aquí el término “tormentas” para hacer un símil con las tormentas que vivían los pescadores en altamar cuando iban a pescar, como en el propio film se relata. “Tormenta” como dificultades, como obstáculos que se suceden en un emprendimiento.


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