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Lomeña Cantos, Andrés (2016). Ficcionología. La construcción de los mundos narrativos. Madrid: Dado Ediciones1
Papeles del CEIC. International Journal on Collective Identity Research, núm. 1, pp. 1-7, 2018
Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea

Revisión Crítica

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Lomeña Cantos Andrés. Ficcionología. La construcción de los mundos narrativos. . 2016. Madrid. Dado Ediciones. 309 pp.

DOI: https://doi.org/10.1387/pceic.18057

La novela erige simulacros de vida al tiempo que funda mundos sociales habitados por individuos, instituciones y capitales de toda índole. Mediante esta construcción, el artefacto literario predilecto de la modernidad ha representado y configurado los imaginarios sociales con los que comprendemos y ocupamos el mundo. Metafóricamente atravesados por complejos entramados conceptuales al servicio de la teoría literaria, y no tanto de la sociología de la literatura, se delimitan las líneas de incidencia de la ficción en la sociedad y viceversa: ¿operan las lógicas de ficción y realidad de una forma tan categórica y excluyente: aquí la ficción, allí los hechos?

En medio de este debate entre ficción, realidad y sus influencias, la sociología de la literatura, carente en los últimos tiempos de conceptos fuertes con los que explicar los entrelazamientos entre la ficción y la realidad social circundantes al artefacto (p. 61), ha quedado vaciada de parte de su significatividad en este campo. Es en este marco de austeridad conceptual donde la noción de ficcionología emerge como alternativa para analizar la ficción literaria, valiéndose de elementos de distinta naturaleza (actantes, técnicas narratológicas, tematizaciones, etc.) para postularse como un valioso elemento en aras de la reubicación de la sociología para el análisis.

En esta dirección, Andrés Lomeña Cantos, el 17 de octubre de 2016, en el marco de los seminarios del programa de doctorado “Modelos y áreas de investigación en ciencias sociales” del Departamento de Sociología 2 de la UPV/EHU, impartió un seminario titulado “Mundos literarios y mundos sociales. El sociólogo como novelista y el novelista como sociólogo”. En este encuentro, el autor de Ficcionología. La construcción de los mundos narrativos expuso los vínculos entre dos disciplinas que se encargan de representar y recrear realidades habitadas. Y es que la novela y la sociología, aunque se diferencien en la aproximación metodológica, comparten el mismo objeto de estudio: abordar las complejidades relativas a la tensión entre la estructura y la acción. El problema es que si bien en la disciplina sociológica la novela ―o la literatura en general― ha sido desalojada a los arrabales de la misma en forma de de cita al comienzo de capítulos o secciones, en el espacio de los estudios literarios, la sociología de la literatura, o más concretamente aquellas referencias directas al estudio de las tensiones subyacentes al contexto social al que hacen referencia las novelas, ha sido fagocitada por la teoría literaria. De esta forma, el estudio de carácter sociológico del mundo ficcional, es decir, del universo social construido por medio de la novelización (costumbres, características, historia social, instituciones y relaciones de poder, etc.) es desprovisto del análisis externo de la obra “exalta(ndo) la idea de la literatura como una construcción de mundo a la vez que obvia la existencia del mundo real” (p. 7). En esta línea, como el autor expresa, la paradoja que sostienen muchos de los grandes teóricos de la literatura en torno a que se puedan construir mundos novelados obviando el contexto en el que se enmarcan las obras guía la pregunta del presente trabajo de investigación.

Así pues, Dado Ediciones2 ha puesto en circulación un complejo e interesante ensayo en el que, entrecruzando teoría literaria y sociología de la literatura,― se buscan con ahínco espacios de convivencia para cuestionar cómo la novela, por inimaginable que parezca en la narración ficcional realizada, se construye en paralelo o a continuación de la realidad (o ficción) social que habitamos. A través de dicho postulado se construye Ficcionología, negociando el hábitat sociológico en medio de la forma de análisis filológica que ha ido fagocitando el poder discursivo de nuestra ciencia social.

El primer capítulo, titulado “Mundos numinosos: entre la Sociología de la Literatura y la Teoría Literaria” (pp. 21-99), el autor expone cuáles han sido los tradicionales espacios de operación de cada una de estas disciplinas al tiempo que narra el cambio acaecido en el seno de la teoría literaria que, con el paso de los décadas, ha reforzado la lectura inmanente del texto erosionando así la dimensión analítica extrínseca. Asumiendo y alimentando esa deriva técnica con cada vez más fuerza se han ido perfilando las líneas de investigación que restaban relevancia al análisis de las estructuras, la agencia y los flujos sociales en los que se enmarca la obra a favor de un estudio que asume que, tanto la obra como el autor/a, más que individuos sujetos a su contexto, capitales y estructuras, encarnan a genios al uso, casi visionarios, capaces de perfilar las tendencias y narraciones fuera de lo tradicional y heredado (en esta línea véase: Bloom, 2006a; 2006b).

El capítulo podría diferenciarse en dos bloques: el primero arrancaría mostrando el advenimiento de los mundos ficcionales para reivindicar el papel que estos ocupan en el estudio tanto de la teoría literaria como de la sociología de la literatura. Después, incidiendo en el concepto de heterotopía, se reflexiona sobre la cuestión de habitar y conformar aquellos mundos creados erigidos en tensión permanente con el entorno social en el que se enmarcan, tanto en lo relativo al espacio y al tiempo como lo referido a la autoría. Paralelamente, el segundo bloque propone el término ficcionología, es decir, el “estudio sociológico de la ficción narrativa” (p. 51). Por medio de este término se ayuda a vehicular la idea capital del ensayo que afirma que es imposible construir mundos de ficción sin negociar y apropiarse de elementos externos, tanto materiales como simbólicos. Esta representación amplifica la mirada a la hora de comprender los problemas y las posibles soluciones derivadas de las disputas internas acontecidas en el seno de la teoría literaria, así como de los malentendidos en torno al “pacto novelesco” (el pacto tácito entre escritores/as y lectores/as sobre lo que es ficción y realidad en el texto novelado) y la compleja e interrelacionada realidad que tiende puentes entre lo que se construye como ficción y lo que se habita como realidad.

El segundo capítulo, titulado “La circulación del capital literario” (pp. 101-158) explora los flujos y racionalidades que circundan las obras de ficción, incidiendo especialmente sobre los criterios por los que aquellas obras que más se aproximan al canon literario hegemónico, es decir, aquellas obras que son “preceptivas (y) que se han impuesto a otras de menor valor estético, cultural o sociológico” (p. 101) dispuestas como artefactos que reflejan el sentir artístico, social y cultural de una época. Para ello el autor hace uso de las más de cincuenta entrevistas personales realizadas que conforman el trabajo de campo3, cuyas transcripciones se encuentran accesibles a través de la página web de la editorial (www.dadoediciones.org/ficcionologia). La sistematización del trabajo de campo ha permitido así la puesta en común de diferentes visiones de comprender la construcción de una novela y, de la mano de este análisis, “encontrar ideas relacionales y no esenciales sobre la sociología de la literatura, esto es, a encontrar puntos de convergencia en los intersticios de cada autor” (p. 107). Este capítulo da cuenta de un campo abierto y confortable en el conflicto, dispuesto y propenso a la negociación en torno a conceptos como los de energía social y canon, pero que no logra poner de acuerdo a las diferentes escuelas de la forma de ponderar el genio individual de un sujeto y la influencia del entorno en la conformación de su obra, tal y como se muestra en la ya célebre controversia entre Stephen Greenblatt y Harold Bloom (pp. 143 y ss.).

El tercer capítulo, “Mundos materiales y heterocosmos textual” (pp. 159-182) aborda la cuestión del desbordamiento del texto literario por otros cauces más allá de los contenidos en el propio artefacto-novela. En esta dirección el investigador se ocupa de desarrollar, según la teoría de Genette (1989), los cinco tipos de trascendencia textual (intertextualidad, paratextualidad, metatextualidad, hipertextualidad y architextualidad) surgidos a partir de la circulación del capital literario. Esta sección apuntala el discurso construido en los dos capítulos anteriores sobre los flujos de ida y vuelta entre el artefacto y el contexto en el que este se construye.

“Cosmografías literarias” (pp. 183-208) conforma el último apartado netamente teórico a través del cual, y por medio del concepto de cosmografía, esto es, “la descripción del universo literario, la concretización del amueblamiento de mundo” (p. 188), se proponen diferentes esquemas interpretativos complementarios al potencial descriptivo del campo de estudio para visibilizar la existencia de mundos ficticios elaborados concretamente en el género de la novela. Especialmente clarificador resulta este capítulo en el que el autor realiza una descripción accesible a los/as lectores/as legos en el campo de las teorías de los mundos posibles más acreditadas en este ámbito: las reflexiones de Thomas Pavel, Umberto Eco, Lubomír Dolezel, Marie-Laure Ryan y Eric Hayot son expuestas individualmente de forma concisa y clara.

El quinto y último capítulo, “Mundos posibles comparados: dos estudios de caso” (pp. 209-271), sintetiza la teoría expuesta en todo lo anterior a la luz de dos obras complejas que rompen los moldes clásicos de la novela naturalista y la narratología clásica. A la manera de tipos perfectos para la apreciación de los ensamblajes que construyen los límites y nexos entre realidad y ficción, las novelas Pórtate bien (Cicero, 2014) y La espada de los cincuenta años (Danielewski, 2015) son traídas a colación.

La muy sugerente y sociológica novela de Cicero busca ubicar al individuo moderno y occidental contemporáneo en el centro de una estructura en crisis que niega y entorpece la agencia. De este hecho, al tiempo que las instituciones y las condiciones creadas sujetan al sujeto, se generan las condiciones de posibilidad para que se reconfiguren nuevas estrategias y forma de ser y estar en el mundo (Tejerina y Gatti, Eds., 2016). Sin embargo, y en esta línea, la novela busca centrarse en la zona negativa de lo social, en aquella que incide con mayor profundidad en la noción de precariedad compleja y simple de la vida del protagonista; un joven precarizado plenamente consciente de su condición de subalterno que construye por medio de la narración existencialista su propia línea de fuga. La de Danielewski, por el contrario, sirve como artefacto metaliterario que revienta los cánones narratológicos tradicionales erigiéndose como una compleja macroestructura paratextual (el conjunto de los enunciados que acompañan al texto principal de la obra: título, prefacio, portada y contraportada, solapas, etc.). La historia, que podría adscribirse al género de terror, alberga múltiples digresiones lingüísticas, narratológicas y estéticas que aportan complejidad para forzar el uso de nuevos conceptos y herramientas analíticas como la de ficcionología propuesta por el autor. Esta obra, forzosamente abierta al análisis lejano del texto dada su enérgica capacidad de interpelación, obliga a tener en consideración los marcos de comprensión, lectura e interpretación. Esto, en sí mismo, evidencia la distancia con la forma tradicional de analizar la novela utilizada por las escuelas hegemónicas de la teoría literaria que obvian el análisis extrínseco de la misma.

A modo de conclusión, en “De los universos de ficción a los multiversos sociales” (pp. 273-289) el autor nos coloca frente a las posibilidades abiertas de la novela, ante las nuevas formas de interpretar y representar la realidad en un mundo que está en permanente negociación por el rol de constructor de imaginarios sociales.

***

La escasez de títulos publicados enmarcados en el campo de la sociología de la literatura dice mucho de la actividad y renovación a la que está sujeta este campo. Es por ello que habría que felicitarse doblemente por la publicación de este ensayo: de un lado, por contribuir a dilucidar este espacio social en ocasiones abandonado o minusvalorado, y del otro, y con todo el mérito, por la calidad, rigurosidad y originalidad de la propuesta. No es una obra sencilla, incluso diría que para el lector/a no demasiado inmerso en las líneas, corrientes y autores/as de la disciplina, su entrada podría resultar compleja e imbricada. No obstante, y tras la inmersión inicial, el registro comienza a tornarse familiar, giro al que contribuyen las referencias y ejemplos a novelas y autores/as conocidos/as por el público medio y para las que se aportan nuevas miradas y posibles interpretaciones (son frecuentes las referencias a Javier Cercas; David Foster Wallace; Miguel de Unamuno; Lionel Shriver; Jeffrey Eugenides; Jonathan Frazen; Robert Musil; Alberto Manguel; Mario Vargas Llosa, etc.).

En definitiva, Ficcionología. La construcción de los mundos narrativos es una compleja aunque valiosísima invitación para la comprensión del entramado existente en torno a la construcción de la ficción novelada, así como de las negociaciones y tensiones entre la estructura y la agencia en la literatura.

Referencias

Bloom, H. (2006a). Genios. Un mosaico de cien mentes creativas y ejemplares. Barcelona: Anagrama.

Bloom, H. (2006b). El canon occidental. Barcelona: Anagrama.

Brossat, A. (2016). El gran hartazgo cultural. Madrid: Dado Ediciones.

Cicero, N. (2015). Pórtate bien. Málaga: Pálido Fuego.

Danielewski, M. Z. (2014). La espada de los cincuenta años. Barcelona: Alpha Decay.

Genette, G. (1989). Palimpsestos. La literatura en segundo grado. Madrid: Taurus.

Halbwachs, M. (2017). Los orígenes del sentimiento religioso según Durkheim. Madrid: Dado Ediciones.

Rodríguez López, R. (Ed.) (2016). Contrapsicología. De las luchas antipsiquiátricas a la psicologización de la cultura. Madrid: Dado Ediciones.

Skornicki, A. (2017). La gran sed de Estado. Michel Foucault y las ciencias sociales. Madrid: Dado Ediciones.

Tejerina, B. y Gatti, G. (Eds.) (2016). Pensar la agencia en la crisis. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

Notas

1 Beneficiario del Programa de Formación de Personal Investigador no-doctor (FPI) del Gobierno Vasco/Eusko Jaurlaritza.
2 Mención aparte merece la editorial encargada de poner en circulación este ensayo, fundada en el año 2016 bajo el nombre Dado Ediciones. Dado, que cuenta con excelentes e inéditos títulos en su colección, merece ser considerada como una de las más prometedoras distribuidoras en el campo de las ciencias sociales y la filosofía al contribuir, con cada una de sus colecciones y títulos puestos en tránsito, a la mejor comprensión de la realidad social. Además del ensayo que se reseña, adscrito a la colección “Entelequia” (encargada de difundir textos propios del territorio de la retórica, la poética y la literatura), la colección “Disonancias” incide sobre la crítica social desde diferentes puntos de aproximación, albergando títulos de reputados académicos como Alain Brossat (2016), Roberto Rodríguez López (Ed.) (2016) y Arnault Skornicki (2017). Por último, la colección “Inédita”, que consta por el momento de una sola (aunque difícilmente mejorable) contribución, pone en circulación un texto clásico y sin traducción hasta el momento al castellano de Maurice Halbwachs (2017) en el que analiza la noción de campo religioso en la obra de Émile Durkheim.
3 Es una lástima que entre las entrevistas no realizadas se encuentren las de Harold Bloom, Pascale Casanova, Umberto Eco y Franco Moretti, cuatro de los más prestigiosos y conocidos académicos por el público medio del campo. Tal y como dice en su libro Lomeña Cantos “no pudieron o no quisieron ser entrevistados” (p. 105). Por el contrario, otros muchos académicos igual de reputados y productivos sí fueron exitosamente contactados, entre muchos otros: Brian McHale; Darko Suvin; Jonathan Culler; Linda Hutcheon; Lubomír Dolezel; Marie-Laure Ryan; Stephen Greenblatt; Ted Underwood; Thomas Pavel, etc.


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