Papel crítico 81

 

José Barrera Blanco*

Universidad Complutense de Madrid

Urban Religious Events: Public Spirituality in Contested Spaces

Autores: Paul Bramadat, Mar Griera, Julia Martínez-Ariño y Marian Burchardt (Editores)

Páginas: 272

Editorial: Bloomsbury, 2021

Ciudad: Londres

* Correspondencia a / Correspondence to: José Barrera Blanco. Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, Departamento de Antropología Social y Psicología Social. Campus de Somosaguas (28223 Pozuelo de Alarcón) – josbar01@ucm.es – http://orcid.org/0000-0002-6339-4049.

ISSN 1695-6494 / © 2022 UPV/EHU

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Entre las profecías fallidas de la secularización, una aún no muy conocida atañe a la nunca acabada desaparición de lo religioso del espacio urbano. Como el conocido teólogo protestante Harvey Cox sostenía en su célebre «La ciudad secular» (1968), la modernidad imaginaba las ciudades como los escenarios ideales del avance secular, especialmente en la forma de una progresiva retirada de los símbolos, prácticas y actores eclesiales de los espacios públicos. Pero, como este libro plantea con rotundidad, esto no sólo no ha llegado a ocurrir en la mayor parte de los casos, sino que uno de los rasgos más importantes de la cultura religiosa contemporánea consiste precisamente en el esfuerzo de visibilidad pública que los distintos actores religiosos ponen en práctica en el espacio urbano. Hoy, los parques, las plazas, las esquinas, las calles, e incluso las rotondas de las ciudades pueden convertirse en escenarios religiosos de cualesquiera de las muchas expresiones de la diversidad religiosa actual. A través de la ocupación y el uso confesional de los espacios públicos urbanos, las comunidades religiosas pueden reivindicar visibilidad, o afirmarse simbólicamente en un área de la ciudad, así como demostrar su voluntad de participación en la sociedad general, dependiendo de cuál sea su posición social de partida y su aspiración.

Las intersecciones entre religiosidad y espacio urbano se han venido explorando en los últimos años desde una emergente convergencia de dos ámbitos de estudio: las sociologías y antropologías de la ciudad, por un lado, y de las religiones y espiritualidades, por otro. Así, Urban Religious Events: Public Spirituality in Contested Spaces se ubica en el marco de una literatura que se viene ocupando de las religiones como fenómenos específicamente urbanos. En esta literatura encontramos algunas obras significativas como Topographies of Faith (Becci, Burchardt y Casanova, 2013), Postsecular Cities: Religious Space, Theory and Practice (Baker y Beamont, 2011), Exploring the Postsecular: The Religious, the Political and the Urban (Molendijk, Beaumont y Jedan, 2010) o Religion and Urbanity Online (Rau y Rüpke, 2020), así como numerosos artículos que incluyen la obra anterior de un buen puñado de los autores que firman este Urban Religious Events, como Mar Griera, Julia Martingez-Ariño, Marian Burchardt, Hubert Knoblauch, Avi Astor, Irene Becci, Alberta Giorgi y otros.

Dentro de esta literatura, las cuestiones a las que se intenta responder son ¿en qué formas la vida urbana y la religiosidad contemporánea están operando conjuntamente? ¿qué tipo de transformación social de la cultura urbana y la cultura religiosa está en marcha?, o también ¿qué aporta la actividad religiosa a la experiencia de la ciudad contemporánea y qué, recíprocamente, aporta el espacio público urbano a las formas contemporáneas de espiritualidad? Y en esta línea, el presente volumen se plantea cuestiones más específicas como ¿qué transformaciones del paisaje urbano estamos observando a partir de la acción de los actores religiosos? ¿qué estrategias usan los actores religiosos para acomodarse o para acomodar la ciudad a la espiritualidad? Para explorar estas cuestiones el libro presenta un nutrido y heterogéneo repertorio de casos que ocupan once capítulos (además de la introducción y un epílogo que dan sentido de conjunto a la recopilación) y que presentan trabajos de campo realizados en diversos enclaves urbanos.

La exposición se organiza en torno a tres partes en las que se van presentando diferentes aspectos de la interacción entre espacios públicos urbanos y las prácticas religiosas. Empieza por una primera parte en la que se exploran distintos modos de efervescencia religiosa en la ciudad, como la presencia de sitios religiosos (templos, altares, etc.) en la colonia Ajusco en Ciudad de México (Hugo José Suarez), los festivales ecologistas de Lausana y Ginebra (Irene Becci y Salomé Okoekpen), la reivindicación de la religiosidad pública en la plaza P­ushkinskaya de Moscú (Nadezhda Rychkova), o la revisión sistemática de distintas formas de festivales religiosos en Italia (Alberta Giorgi y Maria Chiara Giorda). En una segunda parte, el texto aborda la cuestión de las políticas simbólicas de los grupos religiosos en el espacio público, tratando cuestiones más orientadas al uso del espacio como elemento de contestación y de reivindicación de identidades políticas, lo que se aborda a través del análisis de los discursos espaciales en Jerusalén (Nimrod Luz), de las celebraciones públicas de los judíos en Barcelona (Julia Martínez-Ariño), las pugnas por la visibilidad católica en Madrid (Mónica Cornejo-Valle), y el inesperado conflicto entre las asociaciones indígenas y las asociaciones de yoga y nueva espiritualidad en Vancouver (Paul Bramadat). Finalmente, en una tercera parte se pone el acento en la religiosidad urbana como experiencia corporal y sensorial particular, a través del análisis de la intimidad ritual en un Zikr berlinés (Omar Kasmani), la práctica de la meditación en espacios públicos en Barcelona (Mar Griera y Ana Clot-Garrel), el despliegue de una visita papal a Berlín (Hubert Knoblauch) y la corporeización de lo sagrado en una práctica evangélica de Jiu-Jitsu en Río de Janeiro (Raphael Schapira).

Como suele ser común con este tipo de libros, lograr la armonía de los distintos casos y perspectivas constituye uno de los principales desafíos del texto. En este caso, las líneas en torno a las cuales los casos se alinean son fundamentalmente temáticas y, secundariamente, metodológicas. Los métodos y técnicas usados por los autores no son idénticos, pero en todos los casos se mantienen en el ámbito de las metodologías cualitativas, con un importante peso de la etnografía y el análisis simbólico en la mayor parte de los textos. Partiendo de una semejanza temática de los casos, la principal aportación de este compendio se fundamenta en la exploración de las transformaciones tanto religiosas como urbanas contemporáneas y el desarrollo de algunos conceptos clave, como el que propone el texto desde el título: eventos religiosos urbanos.

Más allá de una expresión meramente descriptiva, eventos religiosos urbanos se propone como una contribución conceptual específica del libro, inspirada en la idea de eventización de la vida ritual desarrollada por autoras como Michaela Pfadenhauer (2010) y Monika Salzbrunn (2004), entre otros. Por un lado, los autores trabajan con una idea general de eventos religiosos urbanos que van adaptando a los casos y que se define en la introducción como «expresiones de religiosidad que tienen lugar en espacios públicos urbanos» (p. 2) que transforman las prácticas en experiencias culturales, profundizan en el ámbito emocional del ritual, crean un sentido de comunidad que en muchas ocasiones es global y transgreden las reglas y los significados hegemónicos del uso del espacio. Como se ve, el concepto pone un énfasis especial en la experiencia sensorial, estética y emocional que los autores entienden como un rasgo que lleva la noción de evento más allá de lo que entienden como ritual. Aunque no se aporta ni explora una definición concreta de ritual como concepto, tal vez esta perspectiva constituye un innecesario reduccionismo del concepto de ritual que bien puede parecer al lector, quizá especialmente desde una perspectiva antropológica, como un término perfectamente afín al énfasis sensorial, estético y emocional. De hecho, es llamativo que el que posiblemente sea el teórico que con más dedicación ha trabajado sobre la noción de evento, Donald Getz (2007), ha reivindicado precisamente el concepto antropológico de ritual como antecedente e inspiración de su noción de evento, de uso corriente en publicidad y turismo.

Como sugiere el subtítulo del libro, la dimensión espacial es un eje fundamental del análisis a lo largo del conjunto de los textos. En la línea del giro espacial que han tomado algunas sociologías y antropologías de la religión desde la década de 1970 (proceso que explican Irene Becci y Salomé Okoekpen en su capítulo), los trabajos presentes en este compendio entienden el lugar sagrado desde una perspectiva relacional de interacción entre sujetos, objetos y elementos naturales. Se intenta ir más allá del enfoque meramente urbano (en la que se explora la ciudad como experiencia cultural y socialmente específica) y se adopta una mirada más geográfica que se interroga por el papel específico de los espacios (sus usos, sus significados, su historia, etc.) en la construcción de la experiencia religiosa contemporánea. En este sentido, aunque los autores comparten un mismo enfoque, los procesos sociales en los que fijan la mirada son distintos: por ejemplo, mientras Raphael Schapira y Omar Kasmani exploran en sus capítulos la formación de subjetividades religiosas a partir de usos alternativos del espacio, los trabajos de Paul Bramadat y de Alberta Giorgi y Maria Chiara Giorda se centran en las convivencias y negociaciones entre actores religiosos, civiles y gubernamentales que se producen durante la organización de los eventos. Quizá el texto pierde la oportunidad de desarrollar de forma más sistemática una aportación teórica propia relacionada con la dimensión espacial, ya que el tema queda un tanto disperso en la proliferación de conceptos y expresiones como paisaje, espacialización, topografía, heterotopías, geografías, lugares, mapas, arreglos espaciales, escalas, territorios y otros. Sin duda, precisamente el análisis de la experiencia religiosa a partir del estudio del espacio es una aportación relevante y poco frecuentada en la literatura sobre religiosidad, con lo que esta proliferación de términos tiene su interés, pero la misma prolijidad revela también una menor organización teórica, propia, por otro lado, de un momento exploratorio de la teoría que no resta realmente valor a la propuesta.

Por otro lado, el concepto de evento también permite atender a las dimensiones temporales de las manifestaciones religiosas urbanas, a menudo condicionadas por una cierta fugacidad propia de la vida urbana. En este sentido, y como ejemplifican los casos analizados en la primera parte, las prácticas religiosas pueden ser también una forma de contrarrestar la precariedad del acontecer urbano, con actividades alrededor de templos que representan una presencia estable en la ciudad, o bien, siguiendo los casos analizados en la segunda y tercera partes del libro, las prácticas religiosas también pueden ser ellas mismas temporalmente inestables (celebraciones únicas en el tiempo y limitadas a unas horas). E incluso en algunos de los textos conviven estas dos dinámicas: prácticas religiosas efímeras que buscan establecer una memoria confesional más estable a través de recorridos y lugares de la ciudad (como se muestra en los capítulos de Julia Martínez-Ariño y Hubert Knoblauch).

Por último, hay dos elementos más que son una constante a lo largo de todos los casos analizados, y que otorgan al conjunto del texto unidad y consistencia temática tanto como los elementos anteriores, y se trata de la cuestión de la visibilidad y la de la contestación urbana por medios religiosos, ambas relacionadas en cierto modo. Si bien es cierto que la literatura sobre visibilidad religiosa y la literatura sobre contestación urbana constituyen antecedentes bibliográficos muy diferentes el uno del otro, a través de obras como esta se encuentran y dialogan. El tema de la visibilidad se ha convertido en un asunto cada vez más presente en la sociología de la religión a medida que se ha ido instalando la perspectiva y la realidad del postsecularismo, que, entre otras cosas, hace referencia a la presencia de agendas confesionales en la esfera pública. En el marco de Urban Religious Events, cada caso va analizando la visibilidad religiosa bien como meta o bien como estrategia, dependiendo generalmente de la presencia del grupo religioso en la sociedad general en términos de hegemonía o minoría. Así, la visibilidad es en sí misma un objetivo del evento religioso en contextos sociales donde los grupos religiosos suelen pasar desapercibidos, como es el caso de la visita del Papa Benedicto XVI a Berlín (Hubert Knoblauch) o las meditaciones colectivas organizadas en Barcelona (Mar Griera y Anna Clot-Garrell), mientras que en contextos donde los grupos religiosos tienen una notable presencia socio-política, la visibilidad funciona como una herramienta al servicio de una agenda más compleja, como sucede en las peregrinaciones de palestinos en Jerusalén (Nimrod Luz), las protestas de cristianos ortodoxos en la plaza Pushkinskaya (Nadezhda Rychkova) o el manejo selectivo de los discursos seculares en distintos eventos de inspiración católica en Madrid (Mónica Cornejo-Valle). Como pasaba con la dimensión espacial, quizá aquí la diversidad de la casuística no ha facilitado una muy deseable sistematización de los usos contestatarios no sólo del espacio, sino de la visibilidad religiosa en sí misma, que bien podrían beneficiarse de un marco teórico más cercano quizá a las teorías de la acción colectiva. A pesar de ello, los casos son aportaciones relevantes precisamente a futuras formas de incluir la espiritualidad entre las formas, recursos, estrategias y narrativas de la acción colectiva, en la medida en que la sociología de los movimientos sociales ha dado a la actividad religiosa una atención muy limitada.

Urban Religious Events tiene la habilidad de poner en relación un puñado de temas sobre religión y espacio urbano que no se tratan a menudo de forma conjunta, aunque diría que es la cuestión religiosa la que aporta aquí el elemento innovador, pues asuntos como la visibilidad, contestación, espacio público y la ciudad se han venido analizando articuladamente por otras sociologías y antropologías distintas a las de la religión. Pero precisamente esta cuestión, la religiosidad en sus formas de interactuar con otros fenómenos sociales y culturales contemporáneos, está aún pendiente de un análisis más profundo y este libro contribuye precisamente a avanzar en esta dirección. En este sentido, como el libro propone, el avance no puede consistir únicamente en un ejercicio descriptivo, si bien este es sin duda necesario para el avance del conocimiento y la fundamentación de la teoría. Se hace necesario también proponer nuevos conceptos y aproximaciones que permitan analizar el comportamiento de los grupos religiosos actuales y, al mismo tiempo, permitan trascender las dicotomías clásicas de la modernidad como secular-religioso y público-privado en las que parecía haberse atascado el análisis de la religión contemporánea por demasiadas décadas. Justamente para esto, resulta del máximo interés atender y comprender los esfuerzos de visibilidad y de contestación urbana de los grupos religiosos en la medida en que trabajan formas conscientes y estratégicas de disolución de esas dicotomías. Mientras los actores sociales buscan establecer un nuevo continuo social y cultural en el que la religiosidad sea parte de los asuntos públicos, la sociología tiene sin duda que dar cuenta de los procesos históricos y generar perspectivas que acompañen y expliquen la crítica, la crisis y quizá el ocaso de las dicotomías modernas.

Referencias

Baker, C., y Beamont, J. (Eds.) (2011). Postsecular Cities: Religious Space, Theory and Practice. Londres, Nueva York: Continuum.

Becci, I., Burchardt, M., y Casanova, J. (2013). Topographies of Faith. Leiden: Brill.

Cox, H. (1968). La ciudad secular. Barcelona: Península.

Getz, D. (2007). Event studies: theory, research and policy for planned events. Oxford: Elsevier.

Molendijk, A.L., Beaumont, J., y Jedan, C. (Eds.) (2010). Exploring the Postsecular: The Religious, the Political and the Urban. Leiden, Boston: Brill.

Pfadenhauer, M. (2010). The eventization of faith as a marketing strategy: World Youth Day as an innovative response of the Catholic Church to pluralization. International Journal of Nonprofit and Voluntary Sector Marketing15(4), 382-394.

Rau, S., y Rüpke, J. (Eds.). (2020). Religion and Urbanity Online. Berlín, Boston: De Gruyter.

Salzbrunn, M. (2004). The occupation of public space through religious and political events: How Senegalese migrants became a part of Harlem, New York. Journal of religion in Africa34(4), 468-492.