Regímenes de bienestar: problemáticas y fortalezas en la búsqueda de la satisfacción vital de las personas
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Resumen
Desde una perspectiva teórica y comparativa de los regímenes de satisfacción vital, que surgen de Polanyi, Esping-Andersen y del trabajo reciente de Gough y Wood, este artículo ofrece una reflexión sobre la posición del Estado-nación, y de los actores no centrados en el Estado, en la defensa del bienestar y de la seguridad de agencia. Al presentarse el Estado-nación como un problema clave para una consideración comparativa global de las políticas sociales, los roles de otros actores por encima y por debajo del Estado-nación devienen importantes en cualquier análisis sobre las relaciones de poder, la reproducción social y los resultados de las políticas. Es evidente que en muchos países pobres, el problema para los actores estatales reside en que el poder, la autoridad y la legitimidad se encuentran ubicados en otro sitio. Esto se demuestra haciendo referencia analítica a la Matriz de Responsabilidad Institucional (MRI), con dimensiones nacionales y globales que abarcan el Estado, el mercado, la comunidad y el hogar. Una revisión de esta matriz señala otros espacios de poder, junto con una permeabilidad contaminante entre estás cuatro dimensiones del poder. Esta permeabilidad negativa surge de un despliegue de recursos culturales y sociales personalizados en lugar de un capital social accesible, es decir, transparentes y con rendición de cuentas, y tiene el efecto de reducir la capacidad de los actores estatales para actuar de manera democrática y abierta.
De manera significativa, los aspectos de la globalización pueden interactuar directamente con entidades subnacionales, y, así, esquivar y socavar al Estado. Las compañías multinacionales se relacionan con estructuras de poder étnicas y señores de la guerra locales para obtener acceso al petróleo, minerales, metales preciosos y diamantes, a veces, a través de acuerdos que vinculan el blanqueo de dinero con el armamento –promocionando, así, las bases regionales de poder a expensas de la autoridad central–. Los donantes internacionales (incluyendo las organizaciones caritativas) a veces saltan por encima del Estado para implementar proyectos a través de gobiernos regionales yONG. Las remesas eluden la capacidad fiscal del Estado. Los movimientos más amplios basados en la fe operan directamente con sus congregaciones. Las solidaridades étnicas transfronterizas presentan retos secesionistas a sus inestables Estados-nación. Las grandes concentraciones étnicas se sustituyen a sí mismas por la identidad nacional como el precio que pagan por permanecer como parte de un conjunto mayor.
Las transacciones económicas y políticas se canalizan a través de redes personalizadas de parentesco, clan, etnia, raza, casta y otras identidades parecidas, lo que supone exclusión y trato preferente. Además, hay organizaciones filantrópicas y de la sociedad civil incrustadas en las instituciones socioculturales que se ocupan del bienestar mientras reproducen seguridad dependiente y engendranpactos fáusticos. Claramente, esto constituye un panorama institucional complejo en el cual formular la idea de responsabilidad en las políticas sociales.
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estado bienestar, políticas sociales, nación, transnacionalismo
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