Después del Tratado de Basilea. Ideología, usos y costumbres de guerra en el ataque británico de 1797 a la isla de Puerto Rico

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Publicado 25-06-2024
István Szászdi León-Borja

Resumen

Después de la caída de la isla de Trinidad, casi sin resistencia, ante el general Albercroomby, este militar inglés enrumbó su flota a Puerto Rico pensando que el factor sorpresa –al no haberse roto las hostilidades entre Gran Bretaña y España en el Caribe desde la firma del Tratado de Basilea entre Madrid y París– volvería a rendir buenos resultados para Albión. No fue así, el gobernador y capitán general de la isla don Ramón de Castro, con el Regimiento de la Isla y la ayuda de las milicias criollas de blancos y pardos, consiguió mantener al enemigo, que con una poderosa armada y no menos artillería atacaba la ciudad desde la Laguna del Condado. El burgalés Castro diseñó una defensa artillada desde el alto de la finca Olimpia, en el otro lado de la laguna, y desde el fortín de San Jerónimo. Este fuerte contaba con una extraña guarnición compuesta de un ejército regular y de ciudadanos franceses vecinos de la isla que enarbolaron la bandera tricolor francesa. Los defensores rechazaron el desembarco británico.

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Keywords

Tregua, Guerra, Franceses, Banderas, Soberanía, Capitulación, Prisionero

Sección
Artículos