¿Cómo se dibuja el mapa de un mapa? Del arte de resistencia al arte de la orientación
##plugins.themes.bootstrap3.article.main##
##plugins.themes.bootstrap3.article.sidebar##
Resumen
La ciudad se ha construido y se construye por decantación y superposición. Y en su representación lo que predomina es el plano abatido, ni la ciudad en la que vivimos ni su historia es entendible sin su vista cenital. Esta priorización de lo cenital tiene su origen en los hábitos de la cartografía: el cartógrafo hace tiempo que asumió la esencia de su oficio y devino “planificador”, con cierta literalidad, aquel que hace posible el dominio del espacio, aplanándolo. Y su obra está más próxima a una visión “topológica” que geométrica. La planificación genera por sí misma una imagen de la ciudad caracterizada por una visión normalizadora que simplifica el espacio “real” obviando las contradicciones, disensiones y ambigüedades; apoyándose en criterios económicos, estadísticos, etc.; todos ellos herramientas de “punta gruesa”, aptas para el desbaste, para el encajado, ideales para igualar o nivelar, pero inservibles para construir matices. La planificación se convierte irremediablemente en un ejercicio totalitario de poder, de una manera tan insistente y prolongada, que la ciudad abandonó sus metáforas para absorber la imagen que le domina en el continuo proceso de su planificación y que hoy da aspecto a nuestro mundo de vida. Sin duda, hace mucho que abandonamos la ciudad para habitar el mapa. La ciudad y la vida están ordenados por capas traslúcidas superpuestas que conforman, desde sus estratos materiales hasta las relaciones de poder, sublimado en un Sistema de Información Geográfica (GIS) y orientados por la infalibilidad de un Sistema de Posicionamiento Geográfico (GPS). Un territorio saneado y homogeneizado, un mapa construido bajo la coartada del orden y cuya vocación es la del dominio. Habitar el mapa siendo conscientes de su predeterminación implica la necesidad de construirnos uno propio, pero ¿cómo se dibuja el mapa de un mapa?
Cómo citar
##plugins.themes.bootstrap3.article.details##
CARTOGRAFÍA, TOPOLOGÍA, PLIEGUE, SUBJETIVACIÓN, ORIENTACIÓN
Deleuze, Gilles. 1989. El pliegue: Leibniz y el Barroco. Traducción de José Vázquez & Umbelina Larraceleta. Barcelona: Paidós
Hauser, Arnold. (1964) 1971. El Manierismo, crisis del Renacimiento. Trad., Felipe González Vicen. Madrid: Guadarrama
Bauman, Zygmunt. 2007. Tiempos líquidos: Vivir en una época de incertidumbre. Traducción de Carmen Corral. Barcelona: Tusquets
Esta obra está bajo una licencia internacional Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0.
Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-SA 4.0)
Usted es libre de:
- Compartir — copiar y redistribuir el material en cualquier medio o formato
- Adaptar — remezclar, transformar y construir a partir del material para cualquier propósito, incluso comercialmente.